Por Mariano De Vedia - LA NACION
Para atender las nuevas amenazas planteadas, como las del narcotráfico y las que ya se libran en el terreno virtual del ciberespacio, el Presidente decidió darle más protagonismo al Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, que conduce el teniente general Bari del Valle Sosa, el militar en el que hoy deposita su mayor confianza.
El combate contra el narcotráfico seguirá estando en manos de las fuerzas de seguridad, especialmente a través del programa Escudo Norte, en la frontera caliente con Bolivia, Paraguay y Brasil. Pero en el ámbito militar se constituirá un Comando Conjunto de Fuerzas Especiales, para dar apoyo sostenido y poder de disuasión frente a la amenaza creciente del narcotráfico, a partir del refuerzo de la presencia de efectivos en las poblaciones vulnerables. Esa fuerza, que inicialmente tendrá unos 1100 hombres y mujeres y podría extenderse hasta 5000 en un año, dependerá directamente del Estado Mayor Conjunto.
"Estamos promoviendo un instrumento militar basado esencialmente en el accionar conjunto, que nos permitirá avanzar hacia la eficacia de nuestras Fuerzas Armadas", dijo expresamente Macri, al insistir en el concepto de "conjuntez", una palabra que ya esta internalizada en el ámbito de las Fuerzas Armadas.
Macri está lejos de pensar en unas Fuerzas Armadas identificada con la imagen de "salvadores de la patria". Por eso insiste en la necesidad del desarrollo profesional, la coordinación de las acciones y la "articulación eficiente".
"Tenemos un sistema de defensa desactualizado, producto de años de desinversión y de ausencia de una política de largo plazo y seguimos conservando un despliegue territorial para amenazas antiguas ", dijo Macri, al poner de manifiesto una de sus obsesiones: la modernización y el trabajo en equipo.
El objetivo es tener nuevas herramientas para proteger la soberanía y la integridad territorial.
Macri se propuso, además, la misión de "saldar una deuda con las Fuerzas Armadas de la democracia", tarea que no se reduce a la problemática salarial, sino que exige el compromiso sostenido de todos los sectores político. No está aún claro, al respecto, si estas reformas pasarán por el Congreso, el ámbito natural para reunir consensos.
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