Allí estarán las oficinas del Banco Interamericano de Desarrollo. Pero además será un cruce peatonal con 6.000 metros cuadrados de espacios verdes
(Infobae) - "Esta idea de puente simboliza el espíritu de lo que queremos hacer con la integración de las villas", aseguró el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, al anunciar la construcción del nuevo edificio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el Barrio 31.
La mega estructura, que incorpora nuevas tecnologías para hacerlo completamente sustentable, se elevará sobre tres puntos de apoyo repartidos en diferentes zonas: al oeste, entre el Centro de Exposiciones y la Autopista Illia (acceso desde Recoleta); al este, próximo al edificio de Scholas (acceso desde Barrio 31); y junto a la calle Padre Mugica, que corresponde al acceso a Vialidad y Transporte.
El proyecto, a cargo del renombrado arquitecto chileno Alejandro Aravena, comenzarán en enero de 2019 y, según anunciaron, terminarán en un plazo de dos año. Durante este proceso se empleará a más de 1.000 personas y una vez finalizada la obra se estima que trabajarán 500 personas en las oficinas.
El revolucionario edificio-puente conectará el barrio con el Parque Thays, desde el Centro de Exposiciones y Convenciones y la estación Facultad de Derecho de la Línea H, con una peatonal que sumará 6.000 metros cuadrados de espacios verdes en su cubierta. Gracias a ella, calculan que los habitantes de la zona podrán ahorrar hasta una hora de viaje por día.
Los accesos peatonales, ubicados en ambos lados del edificio, tendrán escaleras mecánicas y ascensores.
El mismo Aravena señaló durante la presentación que la habilitación de un parque en el techo del edificio se convirtió "no en el problema, sino en parte de la solución", ya que, con ese peso extra, se resolvió la cuestión de las vibraciones que podrían generar el paso de los trenes por debajo.
El BID es un organismo internacional creado en 1959 cuyo objetivo es financiar proyectos que apunten a reducir la pobreza y fomentar el crecimiento en América Latina y el Caribe. Desde el Gobierno porteño destacan que el tamaño de la inversión "refleja la confianza que está volviendo a lograr el país" internacionalmente.
Un arquitecto inspirado por las favelas y obsesionado con la inclusión social
Alejandro Aravena, quien en 2016 ganó el prestigioso premio Pritzker (una especie de Nobel de la arquitectura), entiende a la arquitectura como una herramienta que puede combatir la desigualdad social.
A pesar de haber diseñado grandes edificios en distintos países, uno de sus diseños más conocidos es probablemente el complejo de viviendas sociales de Quinta Monroy, en Iquique, Chile.
Este proyecto, inspirado en la construcción no planificada de la favelas, permitió a unas 100 familias (que habían estado ocupando un terreno de media hectárea en el medio de la ciudad) tener la posibilidad de ampliar su casa en la medida de sus posibilidades y a su ritmo.
El secreto fue utilizar el escaso subsidio que les concedió el gobierno para construirles "media casa buena" en lugar de "una casa entera pero demasiado pequeña". Así, al momento de ser entregada, cada casa incluía solo la mitad del proyecto final.
La unidad incluía baño, cocina, escaleras y paredes pero de tal manera que llegado el momento de ampliarla todos los elementos se integrarán fácilmente con las nuevas construcciones. Las estructuras estaban planeadas para soportar las futuras ampliaciones. La idea innovadora fue "canalizar" la capacidad de construcción de las propias familias.
Con este "libre" crecimiento de las viviendas tanto horizontal como verticalmente se logró aprovechar al máximo el bajo presupuesto con el que se contaban.
"Cuanto más complejo es el problema, mayor es la necesidad de simpleza", dijo Aravena en 2014 al inicio de una charla TED en la que explicó algunos de sus diseños sociales.
Edificio puente del BID
(Infobae) - "Esta idea de puente simboliza el espíritu de lo que queremos hacer con la integración de las villas", aseguró el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, al anunciar la construcción del nuevo edificio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el Barrio 31.
La mega estructura, que incorpora nuevas tecnologías para hacerlo completamente sustentable, se elevará sobre tres puntos de apoyo repartidos en diferentes zonas: al oeste, entre el Centro de Exposiciones y la Autopista Illia (acceso desde Recoleta); al este, próximo al edificio de Scholas (acceso desde Barrio 31); y junto a la calle Padre Mugica, que corresponde al acceso a Vialidad y Transporte.
El proyecto, a cargo del renombrado arquitecto chileno Alejandro Aravena, comenzarán en enero de 2019 y, según anunciaron, terminarán en un plazo de dos año. Durante este proceso se empleará a más de 1.000 personas y una vez finalizada la obra se estima que trabajarán 500 personas en las oficinas.
Peatonal con espacios verdes
El revolucionario edificio-puente conectará el barrio con el Parque Thays, desde el Centro de Exposiciones y Convenciones y la estación Facultad de Derecho de la Línea H, con una peatonal que sumará 6.000 metros cuadrados de espacios verdes en su cubierta. Gracias a ella, calculan que los habitantes de la zona podrán ahorrar hasta una hora de viaje por día.
Los accesos peatonales, ubicados en ambos lados del edificio, tendrán escaleras mecánicas y ascensores.
El mismo Aravena señaló durante la presentación que la habilitación de un parque en el techo del edificio se convirtió "no en el problema, sino en parte de la solución", ya que, con ese peso extra, se resolvió la cuestión de las vibraciones que podrían generar el paso de los trenes por debajo.
El BID es un organismo internacional creado en 1959 cuyo objetivo es financiar proyectos que apunten a reducir la pobreza y fomentar el crecimiento en América Latina y el Caribe. Desde el Gobierno porteño destacan que el tamaño de la inversión "refleja la confianza que está volviendo a lograr el país" internacionalmente.
Un arquitecto inspirado por las favelas y obsesionado con la inclusión social
Alejandro Aravena, quien en 2016 ganó el prestigioso premio Pritzker (una especie de Nobel de la arquitectura), entiende a la arquitectura como una herramienta que puede combatir la desigualdad social.
A pesar de haber diseñado grandes edificios en distintos países, uno de sus diseños más conocidos es probablemente el complejo de viviendas sociales de Quinta Monroy, en Iquique, Chile.
Este proyecto, inspirado en la construcción no planificada de la favelas, permitió a unas 100 familias (que habían estado ocupando un terreno de media hectárea en el medio de la ciudad) tener la posibilidad de ampliar su casa en la medida de sus posibilidades y a su ritmo.
El secreto fue utilizar el escaso subsidio que les concedió el gobierno para construirles "media casa buena" en lugar de "una casa entera pero demasiado pequeña". Así, al momento de ser entregada, cada casa incluía solo la mitad del proyecto final.
La unidad incluía baño, cocina, escaleras y paredes pero de tal manera que llegado el momento de ampliarla todos los elementos se integrarán fácilmente con las nuevas construcciones. Las estructuras estaban planeadas para soportar las futuras ampliaciones. La idea innovadora fue "canalizar" la capacidad de construcción de las propias familias.
Con este "libre" crecimiento de las viviendas tanto horizontal como verticalmente se logró aprovechar al máximo el bajo presupuesto con el que se contaban.
"Cuanto más complejo es el problema, mayor es la necesidad de simpleza", dijo Aravena en 2014 al inicio de una charla TED en la que explicó algunos de sus diseños sociales.
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