Según el portal de noticias USNI News, la marina americana ya ha destinado los 350 millones de euros necesarios para la construcción de dos barcos de guerra autónomos de unos 90 metros de eslora y un desplazamiento en torno a las 2.000 toneladas, basados en los buques de apoyo a plataformas offshore entregados por la US Navy a la marina iraquí en 2012, y capaces de operar sin un solo tripulante a bordo. Estos buques serán los primeros de una serie de 10 barcos a construir durante los próximos cinco años, y que formarán, en palabras del director de presupuestos de la US Navy, la Ghost Fleet (Flota Fantasma en español) de la marina americana.
Los buques de la Flota Fantasma estarán equipados con una serie de sensores que ampliarán la capacidad de detección de la flota. La proliferación de misiles antibuques supersónicos e hipersónicos que amenazan a los portaaviones y grandes buques anfibios exige la detección de estas amenazas desde tan lejos como sea posible, pero la curvatura de la Tierra disminuye la capacidad de detección de misiles o aeronaves volando a baja altura de los destructores y cruceros que protegen los grupos navales.
La Flota Fantasma se encargará de navegar por delante del resto de los buques de la flota, con sus sensores a máxima potencia en la búsqueda de posibles amenazas, y avisar a los cruceros y destructores para que se encarguen de neutralizarlas. Los buques de la Flota Fantasma también estarán equipados con sus propios misiles, aumentando el poder de destrucción de la flota y encargándose de las misiones más peligrosas sin poner en riesgo las vidas de los marineros americanos.
El éxito del programa Sea Hunter, del que hablamos hace unos meses en el blog, ha sido clave en la decisión de construir la Flota Fantasma. El Sea Hunter es el primer buque no tripulado de la US Navy, un cazador robótico de submarinos con capacidad para navegar durante 90 días autónomamente en cualquier condición climática sin necesidad de que ningún humano lo controle a bordo o remotamente, mediante una serie de sensores que le permiten evitar otros buques o cualquier tipo de accidente geográfico.(Source/Photo/Author: VDB/Juan A. Olivera)
Los buques de la Flota Fantasma estarán equipados con una serie de sensores que ampliarán la capacidad de detección de la flota. La proliferación de misiles antibuques supersónicos e hipersónicos que amenazan a los portaaviones y grandes buques anfibios exige la detección de estas amenazas desde tan lejos como sea posible, pero la curvatura de la Tierra disminuye la capacidad de detección de misiles o aeronaves volando a baja altura de los destructores y cruceros que protegen los grupos navales.
La Flota Fantasma se encargará de navegar por delante del resto de los buques de la flota, con sus sensores a máxima potencia en la búsqueda de posibles amenazas, y avisar a los cruceros y destructores para que se encarguen de neutralizarlas. Los buques de la Flota Fantasma también estarán equipados con sus propios misiles, aumentando el poder de destrucción de la flota y encargándose de las misiones más peligrosas sin poner en riesgo las vidas de los marineros americanos.
El éxito del programa Sea Hunter, del que hablamos hace unos meses en el blog, ha sido clave en la decisión de construir la Flota Fantasma. El Sea Hunter es el primer buque no tripulado de la US Navy, un cazador robótico de submarinos con capacidad para navegar durante 90 días autónomamente en cualquier condición climática sin necesidad de que ningún humano lo controle a bordo o remotamente, mediante una serie de sensores que le permiten evitar otros buques o cualquier tipo de accidente geográfico.(Source/Photo/Author: VDB/Juan A. Olivera)