Rusia ha comenzado a desarrollar un nuevo caza-interceptor de gran altitud operacional, el MiG-41, a partir del venerado MiG-31, que, según los expertos, aún no tiene parangón en el mundo.
Pese a que Rusia ya dispone del mejor caza-interceptor del mundo, el MiG-31, se ha embarcado en el desarrollo de un aparato aún mejor que se llamará MiG-41, según ha anunciado un miembro del Comité de Defensa de la cámara baja del Parlamento ruso, Alexánder Tarnáyev, citado por la agencia Interfax.
"La dirección del país ha decidido incluir un proyecto de desarrollo del avanzado interceptor de gran altitud en el nuevo programa de armamento que se inicia en el año 2020. El aparato será desarrollado a partir del caza-interceptor MiG-31, la aeronave que se adelantó a su época en varias décadas. No descartamos que el desarrollo de nuevos aviones pueda comenzar antes de 2020, ya que es muy necesario para nuestras Fuerzas Armadas", ha afirmado.
Las características del MiG-31 aún no han sido superadas por ningún avión de esta clase
El interceptor biplaza supersónico de gran radio de acción MiG-31 fue desarrollado por OKB-155 (ahora la corporación MiG) en los años 70. El interceptor fue el primer avión soviético además de la cuarta generación y la primera aeronave de combate del mundo equipados con el radar AESA. Por tanto, la numerosa flota de estos aviones heredada de la URSS ha sido sometida a un amplio programa de actualización y está enfocada al aumento del alcance de localización y destrucción de objetivos en distancias de hasta 320 y 280 kilómetros respectivamente.
Las características del MiG-31 aún no han sido superadas por ningún avión de esta clase. Concebido para interceptar además de aeronaves enemigas misiles de crucero en todas las altitudes y velocidades, así como satélites en órbita baja, esta aeronave es capaz de realizar un seguimiento automático de hasta 24 objetivos y atacar 8 de ellos. Cuatro aviones de este tipo son capaces de rastrear y proteger un espacio aéreo de hasta 800 kilómetros.
El avión es capaz de guiar a los blancos a otros cazas y recibir señales e información para realizar seguimiento de aeronaves de alerta temprana A-50.
Pese a estas características y a tratarse de uno de los aviones de combate más rápidos del mundo, el Mikoyan MiG-31 (Foxhound, según la nomenclatura de la OTAN) dejó de fabricarse en 1994, en medio del caos y la difícil situación económica de la época postsoviética.
Según informaba a comienzos de año el respetado diario de negocios ruso 'Vedomosti' remitiéndose al director general de la corporación Mikoyán, Serguéi Korotkov, MiG ya está trabajando en un nuevo avión de combate que sustituirá a este veterano y fiable avión.
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