martes, 21 de febrero de 2017

W. Ceballos: "Hemos bajado los costos de la campaña antártica en 11 millones de dólares"

Entrevista INFODEFENSA

Buenos Aires
Por Irene Valiente

Ingeniero de profesión, a sus 57 años, Walter Ceballos es el secretario de Servicios Logísticos y Coordinación Militar en Emergencias del Ministerio de Defensa argentino. De él depende la dirección de la campaña antártica, que está destinada a abastecer las bases del continente blanco, retirar los residuos que se generan, relevar al personal y supervisar los equipos de investigación. El papel de Argentina en el territorio no es baladí: es el país con mayor cantidad de bases (seis permanentes y siete de verano) y, además, posee la más antigua de todas (Orcadas, que desde 1904 opera ininterrumpidamente).

A poco más de un mes de que finalice la primera campaña antártica de verano (CAV) de la gestión del Gobierno de Mauricio Macri y la primera, también, realizada casi enteramente con logística del país austral, Ceballos charla con Infodefensa.com sobre los detalles de una iniciativa en la que participa un equipo de 1.800 personas, entre civiles y militares que enfrentan temperaturas extremas y vientos de hasta 100 kilómetros por hora.

¿Qué es la campaña antártica y quién la dirige?
En Argentina la misión antártica tiene dos ministerios con responsabilidades: el de Relaciones Exteriores es el que maneja toda la parte internacional y la investigación científica; y el de Defensa tiene toda la responsabilidad logística, es decir, organiza el abastecimiento, el funcionamiento y las contingencias que pueden generarse en la misión. La campaña dura todo el año pero por la más importante es la de verano, entre diciembre y abril, por una cuestión de clima: es menos duro y facilita el abastecimiento.

¿En qué consiste la campaña de verano?
De las 13 bases, 12 van a ser abastecidas únicamente por medios argentinos: una, Marambio, por vía aérea y el resto, por vía marítima. En todas se trasladan alimentos, combustible y equipos. En las permanentes (Marambio, Esperanza, Belgrano II, San Martín, Orcadas y Carlini), lo primero es retirar a la dotación anterior e instalar a la nueva. En las siete no permanentes (Cámara, Petrel, Matienzo, Decepción, Primavera, Melchior y Brown), también hay que poner en marcha tareas de mantenimiento, construcción, servicios… Porque para cerrar una base que resista todo el invierno hay que llevar adelante un protocolo para evitar que ingrese la humedad, que se revienten cañerías, etcétera. En todas ellas, el abastecimiento está completado en un 80%. A partir de marzo, comenzamos el repliegue de residuos y equipos porque en abril empieza la campaña de invierno y ahí solo se queda la dotación mínima en las permanentes.

¿Qué equipos se han utilizado este año?
Este año utilizamos tres buques que compramos a Rusia en 2015 y que tienen una gran capacidad de potencia y de navegación polar. Hemos operado con dos de ellos y uno queda de backup por si acaso. A esto se suman dos buques de carga, el ARA Canal de Beagle y el ARA Bahía San Blas, que tienen menor capacidad de navegación en hielo y mayor capacidad de transporte, de carga logística. Además, están los avisos Puerto Argentino e Islas Malvinas. De equipos aéreos tenemos un helicóptero MI17, es de alto porte y de origen ruso, un Bell 412 de origen norteamericano y otro Bell 212, de la misma marca pero un poquito más pequeño. Y después hay dos aviones Twin Other que sirven para transportar hasta 14 pasajeros, mover carga o realizar evacuación sanitaria. Uno queda durante el invierno varado en la base Marambio. A eso le sumamos tres Hercules que abastecen el puente aéreo entre esta última y la base en Río Gallegos (capital de la sureña provincia argentina de Santa Cruz).

Esta ha sido la primera campaña, la 113, desde la llegada a la presidencia de Mauricio Macri en diciembre de 2015. ¿Cuál es el presupuesto?
La campaña antártica la tenemos presupuestada en 1.004 millones de pesos (unos 64 millones de dólares), entre bienes, servicios, reparaciones, combustibles, transporte, medicamentos… Este año hemos bajado en costos cerca de 11 millones de dólares respecto al anterior. En alimentos hemos aumentado la cantidad de unidades adquiridas en un 35%. No hemos recortado provisiones, al contrario: no hubo nada de lo que había que proveer, abastecer o retirar que no se haya cumplido.

También ha sido la primera que se ha realizado casi íntegramente con equipos argentinos. ¿Ha perjudicado esto de alguna forma la campaña?
Desde el año 2008 hasta el año pasado, Argentina contrató buques y equipos de transporte aéreo. Este año hay una sola base que tuvimos que contratar, Belgrano 2, la más austral que tiene Argentina, porque allí hay solo dos maneras de llegar: o con rompehielos (que no se logró habilitar a tiempo) o por vía aérea (para lo que se contrataron helicópteros que realizan las tareas de relevo y lanzan contenedores para abastecerla). Para el resto, lanzamos una licitación para contratar medios privados pero la dimos por fracasada porque las ofertas no eran convenientes para el Estado, después tratamos habilitar la colaboración Estado-Estado pero no pudimos nada. Finalmente, hicimos una planificación para realizar la campaña con todos equipos propios y la verdad es que el profesionalismo de nuestras fuerzas ha permitido que casi hayamos terminado con el abastecimiento y ahora ya empezó lo que se llama el repliegue de residuos y equipos que deben ser reparados para el año próximo.

Foto: Ministerio de Defensa argentino

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