Australia perdió el Growler durante el ejercicio Red Flag en la base aérea de Nellis, Nevada, el 28 de enero de 2018.
Una investigación posterior reveló un fallo en un compresor de alta presión del motor del Growler durante un intento de despegue. Más concretamente, el compresor se rompió en pedazos, atravesando el caza en varios lugares.
La tripulación del Growler consiguió controlar la aeronave en la pista y nadie murió en el incidente, pero el fuselaje quedó destrozado. Además, dos de las tres cápsulas de interferencias electrónicas ALQ-99 que llevaba el avión para una misión resultaron gravemente dañadas.
El Departamento de Estado de EE.UU. ha dado luz verde para que Australia adquiera un Growler de sustitución por un coste estimado de 125 millones de dólares.
Según la Agencia de Cooperación para la Seguridad de la Defensa (DSCA) de EE.UU., el avión se suministrará a partir de las existencias de la Marina de EE.UU. y se modificará para adaptarlo a la configuración de los aviones EA-18G de la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF).
“Esta propuesta de venta permitirá a Australia mantener de forma efectiva su actual capacidad de proyección de fuerzas que mejora la interoperabilidad con las fuerzas de EE.UU. hasta bien entrado el futuro y mantener su nivel primario original de aeronaves autorizadas”, dice un comunicado de la DSCA. (Source/Photo: Australian Aviation)
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