Macri le pidió a Putin reducir la tasa del préstamo de ese país; se intensifica la agenda bilateral
Por Martín Dinatale para LA NACION
No será una pulseada sencilla. Pero la reciente reunión del presidente Mauricio Macri con su par ruso, Vladimir Putin, en la cumbre del G-20 en China sirvió para generar un buen clima en la negociación abierta entre el Gobierno y el Vnesheconombank (Banco de Desarrollo de Rusia) con un objetivo concreto: bajar la tasa de interés del crédito que Moscú ofreció a la Argentina para la construcción de la represa Chihuido, en Neuquén.
Ayer, Macri reveló que se está avanzando en un acuerdo con Rusia por la represa Chihuido y remarcó: "Estamos esperando una última propuesta de Rusia". No quiso dar detalles de esas negociaciones. Pero durante una conferencia de prensa que ofreció para hablar de los datos del Indec sobre la pobreza, el Presidente destacó la buena sintonía que existe hoy entre Moscú y Buenos Aires.
Reveló además que se trabaja en un eventual acuerdo de cooperación energética entre YPF y la gigante estatal Gazprom para la explotación de shale gas en el yacimiento Vaca Muerta.
En esa misma línea que ayer fijó Macri, una destacada fuente diplomática rusa expresó a LA NACION: "Hay mucho interés de Rusia en concretar la represa de Chihuido y en buscar una solución apropiada para las dos partes en el diferendo que se presenta. Estamos confiados en ir por el buen camino". La solución apropiada se deberá ubicar en un equilibrio justo entre la tasa del 6,5% anual originalmente dispuesta para el préstamo ruso de US$ 2600 millones y el 4% de tasa bancaria que ahora pide el gobierno de Macri. El proyecto Chihuido y la tasa fijada fue acordado por la administración de Cristina Kirchner con Putin antes de dejar el poder. Con la llegada de Macri a la Casa Rosada, los tiempos cambiaron, al igual que las pretensiones de tasas bancarias. Hay buena predisposición entre la Casa Rosada y Moscú en una agenda nutrida. Pero la Argentina cree que esa tasa planteada para la financiación de la obra es alta.
El tema fue abordado en la reunión bilateral que mantuvieron Macri y Putin en la cumbre del G-20 en China. Allí hubo gestos mutuos de buenas intenciones para avanzar con el proyecto. Pero según pudo saber LA NACION, el 1° y el 2 de noviembre próximo podría ser la pulseada decisiva: durante esos días se desarrollarán en Buenos Aires unas jornadas de trabajo de las comisiones intergubernamentales de cooperación económica y comercial. En ese contexto, los ministerios de Producción y Energía deberan lidiar con los referentes rusos del Vnesheconombank para alcanzar una tasa más baja que la pautada, del 6,5%.
Desde Moscú afirmaron a LA NACION que hay "muy buena predisposición y una agenda rica en las relaciones bilaterales para encontrar una solución a cada problema".
Hace 15 días estuvieron en Neuquén los técnicos de la consultora KPMG, encargada de auditar la obra de Chihuido. Se reunieron con funcionarios de la provincia y evaluaron esquemas de relocalización de la población para cuando las aguas ocupen sus actuales terrenos. Hubo buena sintonía con las autoridades de Neuquén, pero no se habló ni una palabra del tema de la negociación por la financiación de la obra.
Es muy probable, según admiten en la Cancillería y en Moscú, que finalmente se alcance un acuerdo alrededor de las condiciones del préstamo, ya que las relaciones entre Macri y Putin pasan por un buen momento. De hecho, la agenda bilateral es amplia. Hace 10 días el ministro de Defensa, Julio Martínez, estuvo en Moscú para cerrar un acuerdo para la compra de equipamientos militares y alquiler de buques para la campaña antártica. En el foro de inversiones que organizó el Gobierno hubo empresarios y autoridades rusas sondeando negocios futuros en la Argentina, con particular interés de parte de la empresa rusa Gazprom.
Hay más muestras de la buena sintonía bilateral: Moscú reiteró su apoyo por el reclamo de la Argentina de soberanía en las islas Malvinas, se acordó intensificar el comercio bilateral de alimentos de la Argentina para Rusia y en el horizonte inmediato también está latente la construcción de una central nuclear de Rusia en el país con uranio enriquecido para su uso con fines pacíficos.
Por Martín Dinatale para LA NACION
Vladimir Putin, presidente de Rusia. Foto: Reuters / Archivo
No será una pulseada sencilla. Pero la reciente reunión del presidente Mauricio Macri con su par ruso, Vladimir Putin, en la cumbre del G-20 en China sirvió para generar un buen clima en la negociación abierta entre el Gobierno y el Vnesheconombank (Banco de Desarrollo de Rusia) con un objetivo concreto: bajar la tasa de interés del crédito que Moscú ofreció a la Argentina para la construcción de la represa Chihuido, en Neuquén.
Ayer, Macri reveló que se está avanzando en un acuerdo con Rusia por la represa Chihuido y remarcó: "Estamos esperando una última propuesta de Rusia". No quiso dar detalles de esas negociaciones. Pero durante una conferencia de prensa que ofreció para hablar de los datos del Indec sobre la pobreza, el Presidente destacó la buena sintonía que existe hoy entre Moscú y Buenos Aires.
Reveló además que se trabaja en un eventual acuerdo de cooperación energética entre YPF y la gigante estatal Gazprom para la explotación de shale gas en el yacimiento Vaca Muerta.
En esa misma línea que ayer fijó Macri, una destacada fuente diplomática rusa expresó a LA NACION: "Hay mucho interés de Rusia en concretar la represa de Chihuido y en buscar una solución apropiada para las dos partes en el diferendo que se presenta. Estamos confiados en ir por el buen camino". La solución apropiada se deberá ubicar en un equilibrio justo entre la tasa del 6,5% anual originalmente dispuesta para el préstamo ruso de US$ 2600 millones y el 4% de tasa bancaria que ahora pide el gobierno de Macri. El proyecto Chihuido y la tasa fijada fue acordado por la administración de Cristina Kirchner con Putin antes de dejar el poder. Con la llegada de Macri a la Casa Rosada, los tiempos cambiaron, al igual que las pretensiones de tasas bancarias. Hay buena predisposición entre la Casa Rosada y Moscú en una agenda nutrida. Pero la Argentina cree que esa tasa planteada para la financiación de la obra es alta.
El tema fue abordado en la reunión bilateral que mantuvieron Macri y Putin en la cumbre del G-20 en China. Allí hubo gestos mutuos de buenas intenciones para avanzar con el proyecto. Pero según pudo saber LA NACION, el 1° y el 2 de noviembre próximo podría ser la pulseada decisiva: durante esos días se desarrollarán en Buenos Aires unas jornadas de trabajo de las comisiones intergubernamentales de cooperación económica y comercial. En ese contexto, los ministerios de Producción y Energía deberan lidiar con los referentes rusos del Vnesheconombank para alcanzar una tasa más baja que la pautada, del 6,5%.
Desde Moscú afirmaron a LA NACION que hay "muy buena predisposición y una agenda rica en las relaciones bilaterales para encontrar una solución a cada problema".
Hace 15 días estuvieron en Neuquén los técnicos de la consultora KPMG, encargada de auditar la obra de Chihuido. Se reunieron con funcionarios de la provincia y evaluaron esquemas de relocalización de la población para cuando las aguas ocupen sus actuales terrenos. Hubo buena sintonía con las autoridades de Neuquén, pero no se habló ni una palabra del tema de la negociación por la financiación de la obra.
Es muy probable, según admiten en la Cancillería y en Moscú, que finalmente se alcance un acuerdo alrededor de las condiciones del préstamo, ya que las relaciones entre Macri y Putin pasan por un buen momento. De hecho, la agenda bilateral es amplia. Hace 10 días el ministro de Defensa, Julio Martínez, estuvo en Moscú para cerrar un acuerdo para la compra de equipamientos militares y alquiler de buques para la campaña antártica. En el foro de inversiones que organizó el Gobierno hubo empresarios y autoridades rusas sondeando negocios futuros en la Argentina, con particular interés de parte de la empresa rusa Gazprom.
Hay más muestras de la buena sintonía bilateral: Moscú reiteró su apoyo por el reclamo de la Argentina de soberanía en las islas Malvinas, se acordó intensificar el comercio bilateral de alimentos de la Argentina para Rusia y en el horizonte inmediato también está latente la construcción de una central nuclear de Rusia en el país con uranio enriquecido para su uso con fines pacíficos.
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