viernes, 12 de julio de 2024

La Armada Argentina evalúa la incorporación de submarinos de segunda mano en el corto plazo

 Con el objetivo de recuperar la operatividad de uno de los componentes que integran el concepto de Poder Naval Integrado, la Armada Argentina evalúa la incorporación de submarinos de segunda mano en el corto plazo. Esta opción fue expuesta por el Jefe del Estado Mayor General de la Armada, Contraalmirante Carlos María Allievi, quien ante la consulta efectuada por Zona Militar durante una entrevista exclusiva sobre  la posibilidad de adquirir unidades de segunda mano, que actualmente se encuentren en servicio.

Esta modalidad, conocida como hot transfer (transferencia en caliente) permitiría en el corto plazo recuperar la operatividad del Comando de la Fuerza de Submarinos con unidades propias, considerando que actualmente el submarino ARA “Salta” es la única unidad de la Armada Argentina que oficia de unidad de entrenamiento, sumado a los simuladores de la Escuela de Submarinos de la Base Naval Mar del Plata, y la comisión de submarinistas enviados a Perú para efectuar navegaciones en unidades de la Marina de Guerra, cumpliendo un rol operativo en la tripulación.

Si bien el principal proyecto a mediano/largo plazo es la formulación de un programa de adquisición de unidades nuevas, los plazos de construcción de submarinos demandan un tiempo de aproximadamente siete años desde el momento de la suscripción de los contratos, tiempos a los que deben sumarse el entrenamiento y formación de las tripulaciones, como la adecuación de la infraestructura para la nueva plataforma.

En este sentido, el Contralmirante Allievi realizó una analogía con los proyectos mas ambiciosos de la Armada Argentina en los últimos 50 años, como son los submarinos TR 1700 y el programa de destructores y corbetas MEKO. En este sentido, afirmó que “Les aclaro de por qué hablamos de mediano a largo plazo, y es que, si yo hoy se firmase el contrato para incorporar uno de esos dos submarinos, el primer ejemplar nuevo viene dentro de 7 años, no es que hay un sub listo que yo voy, lo compro y lo incorporo. Como pasó con los TR, que el contrato se firmó diez años antes. O como las MEKO o los Super Etendard. Entonces, en 7 años, lo cual sumarian otros 7 años, en total 14 años sin submarinos, por eso pensamos en el corto plazo. Y el tercer submarino, porque el plan contempla 3 unidades, se incorporaría en el año 10. Entre el año 7 y 10 tendríamos los tres, pero concretamente hasta ese séptimo año, tendríamos un gap de 14 años si hoy firmamos ese contrato”

Submarino ARA San Juan
Cerrar la brecha en la cual el Comando de Submarinos estará sin unidades operativas es una de las prioridades de la actual conducción de la Armada. En particular, el análisis recae en aquellos países que operan submarinos diésel-electricos que tengan una vida útil de al menos 10 o 15 años.

Cabe destacar que la última incorporación de submarinos de segunda mano ocurrió en 1971 con los submarinos ARA “Santa Fe” (S-21) (Ex USS Catfish) y ARA “Santiago del Estero” (S-22) (Ex USS Chivo) pertenecientes a la clase GUPPY de la Armada de los Estados Unidos. Esta opción también fue la elegida por numerosos países del bloque occidental, contando muchos de ellos por primera vez con verdaderos submarinos al contar con sistema de Snorkel y varias mejoras  aplicadas a los submarinos clase Balao.

Ara “Santa Fe” (S-21) Créditos Gaceta Marinera
Si bien durante los últimos años de la anterior gestión trascendió el interés en incorporar al menos un submarino de la clase Tupí de la Marina de Brasil, unidades que están siendo dadas de baja (a la fecha los submarinos Tamoio (S-31), Timbira (S-32) y Tapajó (S-33) ya han sido desprogramados), mientras que aún continúan en servicio los submarinos Tupi (S-30) y Tikuna (S-34), otra opción que actualmente estaría siendo evaluada recae en los submarinos clase Ula de origen noruego, la cual comenzó a analizarse desde hace al menos 5 años.

Estas unidades fueron construidas en Alemania a fines de los años ochenta y principios de los noventa (1987-1992) desarrolladas a la Real Armada Noruega, especialmente diseñados para operaciones costeras. Con un reducido tamaño (59 metros de eslora, 1040 toneladas de desplazamiento, y 1150 toneladas de desplazamiento en inmersión) se trataría de unidades de menor proyección a las últimas generaciones de submarinos argentinos (U-209 y TR-1700), siendo esta última diseñada especialmente en búsqueda de una considerable autonomía (70 días) y velocidad en inmersión (25 nudos en superficie).

Asimismo, otro aspecto que debe ser contemplado es la poca disponibilidad de unidades diésel eléctricas para ser transferidas como unidades de segunda mano, en virtud que estas unidades, con un promedio de vida útil cercano a los 40 años gracias a modernizaciones integrales de media vida (MLU o Mid Life Upgrade) llevan a que el ciclo operativo concluya dentro de la misma fuerza que lo recibió originalmente.

No obstante, no debe perderse de vista el objetivo a largo plazo para incorporar unidades nuevas, las cuales actualmente recaen sobre las ofertas efectuadas por Naval Group por los submarinos Scorpène, y la de ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS) por el modelo Tipo 209 NG (Nueva Generación). Esta decisión requiere de un fuerte compromiso desde el Ministerio de Defensa, considerando el costo de la misma, y su considerable impacto en la planificación de la Armada en las próximas décadas, como la voluntad politica emana de la presidencia de la Nación, la cual tendrá la última palabra para avanzar o no en estos proyectos.

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