Télam. Las fuerzas progubernamentales iraquíes aseguraron que alcanzaron las posiciones de las fuerzas kurdas al oeste de la ciudad, pero el grupo yihadista intenta ingresar desde Siria.
Las milicias progubernamentales iraquíes, integradas mayoritariamente por chiítas, aseguraron este miércoles haber alcanzado las posiciones de las fuerzas kurdas (peshmerga) al oeste de la ciudad de Mosul, lo que dejó aislado del resto de Irak y de Siria al bastión de la milicia radical sunnita Estado Islámico (EI).
Las fuerzas peshmerga, en tanto, confirmaron que esas milicias habían tomado la carretera en dirección sudoeste desde Tel Afar, al oeste de Mosul, y que une esta ciudad con la localidad de Al Raqqa (Siria), informó la agencia de noticias DPA.
Este avance implica que las fuerzas del EI se encuentran encerradas en la ciudad ante el avance de las tropas iraquíes desde el este -a las que se enfrentan con una encarnizada resistencia- y los otros grupos en la zona de Tel Afar.
Sin embargo, por esa carretera que une Mosul con Al Raqqa -otro bastión yihadista en la vecina Siria- empezó a llegar una brigada de rebeldes suicidas como refuerzo para la milicia radical, informaron testigos citados por la agencia de noticias EFE.
Uno de los dirigentes de los llamados Caballeros de Mosul, un grupos de vecinos armados que resisten al EI en la ciudad, Mohamed al Musali, dijo que "la brigada uzbeka", integrada por combatientes suicidas de Uzbekistán, que están armados y portan cinturones explosivos, arribó esta madrugada en camiones con contenedores frigoríficos para transportar carne.
Los miembros del EI todavía pueden llegar a Mosul a través del desierto que se extiende desde la comarca de Al Baach, unos 120 kilómetros más hacia el Oeste, ubicada en la frontera con Siria, pasando por la región de Tel Afar.
El cierre del cerco se produce en el trigésimo sexto día de la ofensiva lanzada por el Gobierno iraquí a mediados de octubre para reconquistar la ciudad, núcleo de una de las principales áreas petroleras del país, con apoyo de la fuerza aérea estadounidense.
Después de más de un mes de una ofensiva masiva e internacional, milicias chiitas aliadas del gobierno de Irak lograron cerrar por completo el bloqueo sobre el grupo radical Estado Islámico (EI) en su último gran bastión, la ciudad norteña de Mosul, el paso previo necesario para iniciar la batalla final y tomar la urbe.
"Controlamos la principal ruta que conecta Mosul con el resto de provincias iraquíes", anunció en un comunicado difundido por las redes sociales Abu Mahdi al Mohandes, el nombre de guerra del comandante iraquí retirado que lidera las milicias chiitas, las mismas que fueron denunciadas en el pasado por abusos y crímenes contra la población sunnita que liberan de los islamistas del EI.
Según Al Mohandes, haber completado el cerco sobre Mosul representa un "punto de inflexión" en la ofensiva, cuyo objetivo final es recuperar el control de la ciudad, la segunda más importante del país y en manos de la milicia extremista desde mediados de 2014, informó la cadena de noticias France 24.
En los últimos días, los combatientes del EI aún podían entrar y salir de Mosul hacia el oeste, a través de la desértica zona que une el noroeste de Irak con el norteste de Siria, donde esta milicia sigue siendo fuerte. La localidad estratégica de esa región es Tel Afar y allí los islamistas siguen en control.
Al Mohandes anunció este mièrcoles que finalmente sus milicianos lograron controlar la ruta que une Tel Afar con Mosul, la victoria que necesitaban después de que la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, bombardeara los cuatro puentes que comunican la ciudad, al norte y el sur, y a través del río Tigris, con el resto del país.
El último puente fue destruido ayer, según confirmó la agencia de noticias Al Amaq, un medio muy cercano al EI.
Los bombardeos aéreos continuaron y el Ejército iraquí anunció que, al menos, dos importantes dirigentes del EI fallecieron, además de otros cinco milicianos islamistas.
La Comandancia de las Operaciones Conjuntas para la Liberación de la provincia de Nínive informó en un comunicado de la muerte de Ziad Jarufa, el miliciano considerado responsable por la producción de películas y páginas web que el grupo usa como propaganda, y Abu Ihab, el presunto responsable de la planificación militar del EI en esa zona, según la agencia de noticias EFE.
El primero murió en bombardeos contra un barrio oriental de Mosul, mientras que el segundo falleció en ataques contra una localidad cercana a Tel Afar, a unos 60 kilómetros de la ciudad asediada,
Mientras crece la expectativa sobre cuándo podría comenzar la batalla final por Mosul, es decir, cuándo el Ejército y sus milicias paramilitares aliadas entrarán masivamente a una de las ciudades más importantes y pobladas del país, también aumentan los temores de que este avance habilite posibles abusos y crímenes.
Versiones periodísticas no confirmadas informaron que, tras el avance, las milicias chiitas pro gubermantales se unieron a las tropas kurdas -las fuerzas de la región del Kurdistán iraquí, autónomas pero aliadas de Bagdad-, que venían avanzando desde otro frente.
Los rumores fueron suficiente para que el gobierno turco advirtiera sobre el avance de las milicias kurdo-iraquíes, según la cadena de noticias Al Jazeera, y para que muchos civiles sunnitas comenzaran a huir hacia la región autónoma del Kurdistán para escapar de posibles ataques y agresiones de las milicias chiitas.
En septiembre pasado Turquía invadió por tierra el norte de Irak con el expreso objetivo de frenar el avance de las milicias sirio-kurdas.
Además, el año pasado las principales organizaciones internacionales de derechos humanos acusaron a milicias chiitas, como las de Al Mohandes, de violar, torturar, prender fuego casas y perseguir a civiles sunnitas, principalmente, en las localidades que recuperó de manos del EI, una milicia sunnita extremista.
Luego que muchos de estos casos fueran reconocidos implícitamente por el gobierno iraquí, de mayoría chiita, Bagdad prometió públicamente que estas milicias paramilitares aliadas no participarían activamente en la ofensiva para recuperar el control de Mosul y sus alrededores.
Por eso, muchos civiles comenzaron a huir en busca de un lugar seguro.
"La gente está escapando por este avance, hay mucho miedo entre los civiles", explicó un representante por Tel Afar en el consejo provincial de Ninive, Nuraldin Qablan, actualmente instalado en la ciudad de Irbil, en territorio del Kurdistán iraquí.
Ayer la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó que al menos 70.000 civiles ya tuvieron que huir de sus casas en esa región desde que el Ejército y su amplio espectro de aliados -que a nivel nacional va de las milicias chiitas a los kurdos, y a nivel internacional de Estados Unidos y Turquía hasta Irán- comenzó la oficina hace casi 40 días.
Según el comunicado de OCHA, 60.000 de estos desplazados internos escaparon las últimas dos semanas, lo que demuestra que la tensión y el miedo está creciendo en la zona ante la lluvia de rumores sobre el inicio de una batalla final que, todos -estados, milicias, ONU y organizaciones civiles- pronostican será sangrienta, larga y devastadora.
Las milicias progubernamentales iraquíes, integradas mayoritariamente por chiítas, aseguraron este miércoles haber alcanzado las posiciones de las fuerzas kurdas (peshmerga) al oeste de la ciudad de Mosul, lo que dejó aislado del resto de Irak y de Siria al bastión de la milicia radical sunnita Estado Islámico (EI).
Las fuerzas peshmerga, en tanto, confirmaron que esas milicias habían tomado la carretera en dirección sudoeste desde Tel Afar, al oeste de Mosul, y que une esta ciudad con la localidad de Al Raqqa (Siria), informó la agencia de noticias DPA.
Este avance implica que las fuerzas del EI se encuentran encerradas en la ciudad ante el avance de las tropas iraquíes desde el este -a las que se enfrentan con una encarnizada resistencia- y los otros grupos en la zona de Tel Afar.
Sin embargo, por esa carretera que une Mosul con Al Raqqa -otro bastión yihadista en la vecina Siria- empezó a llegar una brigada de rebeldes suicidas como refuerzo para la milicia radical, informaron testigos citados por la agencia de noticias EFE.
Uno de los dirigentes de los llamados Caballeros de Mosul, un grupos de vecinos armados que resisten al EI en la ciudad, Mohamed al Musali, dijo que "la brigada uzbeka", integrada por combatientes suicidas de Uzbekistán, que están armados y portan cinturones explosivos, arribó esta madrugada en camiones con contenedores frigoríficos para transportar carne.
Los miembros del EI todavía pueden llegar a Mosul a través del desierto que se extiende desde la comarca de Al Baach, unos 120 kilómetros más hacia el Oeste, ubicada en la frontera con Siria, pasando por la región de Tel Afar.
El cierre del cerco se produce en el trigésimo sexto día de la ofensiva lanzada por el Gobierno iraquí a mediados de octubre para reconquistar la ciudad, núcleo de una de las principales áreas petroleras del país, con apoyo de la fuerza aérea estadounidense.
Después de más de un mes de una ofensiva masiva e internacional, milicias chiitas aliadas del gobierno de Irak lograron cerrar por completo el bloqueo sobre el grupo radical Estado Islámico (EI) en su último gran bastión, la ciudad norteña de Mosul, el paso previo necesario para iniciar la batalla final y tomar la urbe.
"Controlamos la principal ruta que conecta Mosul con el resto de provincias iraquíes", anunció en un comunicado difundido por las redes sociales Abu Mahdi al Mohandes, el nombre de guerra del comandante iraquí retirado que lidera las milicias chiitas, las mismas que fueron denunciadas en el pasado por abusos y crímenes contra la población sunnita que liberan de los islamistas del EI.
Según Al Mohandes, haber completado el cerco sobre Mosul representa un "punto de inflexión" en la ofensiva, cuyo objetivo final es recuperar el control de la ciudad, la segunda más importante del país y en manos de la milicia extremista desde mediados de 2014, informó la cadena de noticias France 24.
En los últimos días, los combatientes del EI aún podían entrar y salir de Mosul hacia el oeste, a través de la desértica zona que une el noroeste de Irak con el norteste de Siria, donde esta milicia sigue siendo fuerte. La localidad estratégica de esa región es Tel Afar y allí los islamistas siguen en control.
Al Mohandes anunció este mièrcoles que finalmente sus milicianos lograron controlar la ruta que une Tel Afar con Mosul, la victoria que necesitaban después de que la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, bombardeara los cuatro puentes que comunican la ciudad, al norte y el sur, y a través del río Tigris, con el resto del país.
El último puente fue destruido ayer, según confirmó la agencia de noticias Al Amaq, un medio muy cercano al EI.
Los bombardeos aéreos continuaron y el Ejército iraquí anunció que, al menos, dos importantes dirigentes del EI fallecieron, además de otros cinco milicianos islamistas.
La Comandancia de las Operaciones Conjuntas para la Liberación de la provincia de Nínive informó en un comunicado de la muerte de Ziad Jarufa, el miliciano considerado responsable por la producción de películas y páginas web que el grupo usa como propaganda, y Abu Ihab, el presunto responsable de la planificación militar del EI en esa zona, según la agencia de noticias EFE.
El primero murió en bombardeos contra un barrio oriental de Mosul, mientras que el segundo falleció en ataques contra una localidad cercana a Tel Afar, a unos 60 kilómetros de la ciudad asediada,
Mientras crece la expectativa sobre cuándo podría comenzar la batalla final por Mosul, es decir, cuándo el Ejército y sus milicias paramilitares aliadas entrarán masivamente a una de las ciudades más importantes y pobladas del país, también aumentan los temores de que este avance habilite posibles abusos y crímenes.
Versiones periodísticas no confirmadas informaron que, tras el avance, las milicias chiitas pro gubermantales se unieron a las tropas kurdas -las fuerzas de la región del Kurdistán iraquí, autónomas pero aliadas de Bagdad-, que venían avanzando desde otro frente.
Los rumores fueron suficiente para que el gobierno turco advirtiera sobre el avance de las milicias kurdo-iraquíes, según la cadena de noticias Al Jazeera, y para que muchos civiles sunnitas comenzaran a huir hacia la región autónoma del Kurdistán para escapar de posibles ataques y agresiones de las milicias chiitas.
En septiembre pasado Turquía invadió por tierra el norte de Irak con el expreso objetivo de frenar el avance de las milicias sirio-kurdas.
Además, el año pasado las principales organizaciones internacionales de derechos humanos acusaron a milicias chiitas, como las de Al Mohandes, de violar, torturar, prender fuego casas y perseguir a civiles sunnitas, principalmente, en las localidades que recuperó de manos del EI, una milicia sunnita extremista.
Luego que muchos de estos casos fueran reconocidos implícitamente por el gobierno iraquí, de mayoría chiita, Bagdad prometió públicamente que estas milicias paramilitares aliadas no participarían activamente en la ofensiva para recuperar el control de Mosul y sus alrededores.
Por eso, muchos civiles comenzaron a huir en busca de un lugar seguro.
"La gente está escapando por este avance, hay mucho miedo entre los civiles", explicó un representante por Tel Afar en el consejo provincial de Ninive, Nuraldin Qablan, actualmente instalado en la ciudad de Irbil, en territorio del Kurdistán iraquí.
Ayer la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó que al menos 70.000 civiles ya tuvieron que huir de sus casas en esa región desde que el Ejército y su amplio espectro de aliados -que a nivel nacional va de las milicias chiitas a los kurdos, y a nivel internacional de Estados Unidos y Turquía hasta Irán- comenzó la oficina hace casi 40 días.
Según el comunicado de OCHA, 60.000 de estos desplazados internos escaparon las últimas dos semanas, lo que demuestra que la tensión y el miedo está creciendo en la zona ante la lluvia de rumores sobre el inicio de una batalla final que, todos -estados, milicias, ONU y organizaciones civiles- pronostican será sangrienta, larga y devastadora.
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