(Foto: Cmapm)
Rusia celebró este domingo el Día de la Armada. Moscú ha aprovechado la fecha para anunciar modificaciones en la doctrina militar marítima del país y la renovación de gran parte de su flota, de forma que pueda hacer frente al despliegue de la OTAN en sus fronteras con Rusia, así como defender sus yacimientos energéticos del Ártico.
El viceprimer ministro ruso y responsable de la industria militar, Dimitri Rogozin, considera que hay que hacer frente a la “nueva situación política internacional” tras la “reunificación de Rusia con Crimea”, señalando el océano Atlántico como un enclave estratégico.
Rogozin acudió a celebrar el Día de la Armada en Baltiisk, perteneciente al territorio ruso a orillas del mar Báltico. Rusia enviará 50 naves más a la flota del Norte y a las flotas militares desplegadas en el mar Báltico, el mar negro, y el Pacífico.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró en ese mismo evento que “Rusia debe conservar su estatus de potencia marítima para defender sus intereses nacionales en todo el mundo”.
El presupuesto para el plan de modernización del Ejército previsto por Putin para los próximos diez años, asciende a 635.000 millones de euros, para sustituir 41 buques de guerra, 110 aeronaves y 15 submarinos:
“Ese plan persigue entre otras cosas renovar la flota de guerra del país con barcos y submarinos de última generación”, prosigue Putin; “se presta especial atención al mantenimiento en un nivel adecuado de las fuerzas marítimas nucleares. Su desarrollo continúa en el marco de dos grupos de cruceros submarinos nucleares para las flotas del norte y del Pacífico”.
La construcción de tres de los navíos previstos se completará en los años 2017, 2019 y 2020.
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