(maquina-de-combate.com) Peter Watson, Lima – Durante la gestión del reciente ministro de defensa del Perú, Pedro Cateriano, actual primer mnistro, se ha enfatizado la gestión de adquisiciones a través de operaciones gobierno-a-gobierno, modalidad que tiene simpatizantes y detractores, pero que al final del día otorga cierta garantía sobre los productos o servicios contratados al contar con el respaldo del gobierno del país en el que el proveedor tiene su residencia fiscal. No han sido pocos los inconvenientes del Ministerio de Defensa con empresas no certificadas, reclamos de postores, ofrecimientos que no calzaban con el producto real, entre otros.
No obstante éstos no son los únicos inconvenientes experimentados, habría que sumar los engorrosos trámites requeridos por el Estado para las aprobaciones de compras militares – que dicho sea de paso debe de ser simplificado ahora con la Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas, a cargo de un militarde alta graduación; modificaciones a plazos y requerimientos – a veces debido, vale la pensa aclarar, a observaciones de los propios postores; y a veces por cuestionables métodos de evaluación de productos, que sin ir muy lejos viene a la memoria la prueba de caída múltiple de un fusil desde una altura 2.5 metros para evaluar su resistencia, efectuada en el año 2013, sin respaldo técnico evidente.
Un anuncio que ha pasado casi desapercibido, a pesar de haber sido publicado en la prensa local, durante los últimos meses de la gestión del ex-ministro de defensa, Pedro Cateriano, son los planes para insistir en un Programa de Ensamblaje y Co-Producción local de fusiles de asalto, opción que se retoma debido precisamente a los problemas presentados para la selección de este tipo de armamento para las Fuerzas Armadas del Perú. A pesar de que el presupuesto disponible para compras este año es inferior al de 2014, el Ministerio insiste en la adquisición de fusiles bajo la modalidad de transferencia de tecnología y co-producción local porque son cerca de siete años los transcurridos entre idas y venidas, impugnaciones y cancelaciones; así como un proyecto de ensamblaje de fusiles Galil ACE entre FAME, arsenal del Ejército del Perú, y la compañía israelí IWI (Israel Weapon Industries) que fuera suspendido de manera muy discreta. Cabe anotar que este mismo fusil es ensamblado en la región, y que en la feria de defensa LAAD 2015 – la más grande en su tipo en América Latina – fue presentado en conjunto por IWI y FAMAE, arsenal del Ejército de Chile, institución que ha seleccionado dicho fusil para formar parte de su inventario.
El anuncio sobre ensamblaje local positivo, toda vez que promueve puestos de trabajo, se capacita mano de obra local, y se otorga continuidad a la modalidad de co-producción, implementada tanto en los programas en curso de la Marina de Guerra del Perú y la Fuerza Aérea del Perú. Resta apreciar que tanta estandarización promoverá este proyecto, puesto que el o los fusiles seleccionados debería de prestar servicios en los tres institutos armados locales, que deberán ser los principales clientes del nuevo centro de ensamblaje.
Ensamblaje de vehículos terrestres
Finalmente resaltar otra noticia que también parece haber pasado desapercibida, que es la pre-publicación, por parte del Ministerio de la Producción, del Reglamento para la Autorización de la Instalación y Funcionamiento de plantas de fabricación y/o ensamblaje de vehículos de transporte terrestres, norma que debería ser seguida de cerca por el Ministerio de Defensa del Perú.
Foto: maquina-de-combate.com
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