El director ejecutivo de Yacyretá destaca los proyectos que se abren tras la firma del acuerdo entre la Argentina y Paraguay; habrá reducción de gastos
Por Pablo Fernández Blanco para LA NACION
Humberto Schiavoni ocupa dos sillas importantes. En el terreno político, es el presidente de Pro, el partido que condujo a Mauricio Macri a la Casa Rosada en diciembre de 2015. Y como funcionario del gobierno actual, maneja la Entidad Binacional Yacyretá, encargada de administrar la mayor generadora de energía eléctrica del país, en sociedad con Paraguay. Schiavoni debió realizar en los últimos días dos tareas importantes. Mientras avanzaba en la definición de la campaña para las elecciones de octubre, cerró un acuerdo con Paraguay el 4 de este mes (fue firmado por Macri y por su par paraguayo, Horacio Cartes) para saldar un conflicto con ese país sobre la represa que llevaba más de tres décadas. Eso, sostiene Schiavoni, le quita el cepo al crecimiento de Yacyretá. Según describe, tras el acuerdo "pondremos en marcha inversiones por 1650 millones de dólares".
-¿Cuál es la importancia del acuerdo?
-Yacyretá enfrentó desde el principio distorsiones importantes. La primera fue el paso del tiempo. La central tenía que estar lista en 1981, pero por diversas circunstancias, como la falta de financiamiento y los problemas políticos argentinos y paraguayos, se fue retrasando el proyecto. Recién en 1983 se licitó la obra civil y en 1998 se completaron las 20 turbinas, pero trabajando a media máquina. Todo esto generó una deuda gigantesca, pactada en dólares, que resultaba impagable. La demora, además, generó sobrecostos. Por ejemplo, cuando se hizo el primer censo [para determinar la cantidad de gente que debía ser relocalizada por la inundación del embalse] había una familia, pero a lo largo del tiempo se fueron sumando otras por las demoras. Entonces, donde al principio había que poner una casa se terminaron poniendo más. Esta acta da respuesta a lo que dice el tratado, según el cual a los 40 años del proyecto se debían revisar las bases económicas, atendiendo a la evolución de la deuda y a la prestación del servicio de energía. Además, nos pusimos de acuerdo en la manera de calcular la cesión de energía para cada país.
-¿Con quién es la deuda?
-Mayormente, con el Estado argentino, con Ebisa (continuadora de Agua y Energía), con la distribuidora eléctrica de Paraguay y con el Estado paraguayo. El acta sincera la cuestión. Se quitan intereses, se pacta un repago a 20 años con 10 de gracia y se compensan todas las deudas cruzadas. La deuda total hoy es de US$ 4000 millones con la Argentina, US$ 700 millones con Ebisa y US$ 800 millones con Paraguay, principalmente.
-¿Qué cambiará de ahora en más?
-En cuatro años tiene que haber una reducción de gastos. Y la margen que no los reduce se le descuenta de lo que produce. Esto destraba la posibilidad de licitar [la construcción de un proyecto en el brazo] Aña-Cuá, que se lanzará este semestre. Es una inversión de 650 millones de dólares e incrementa la generación efectiva en un 10%. Se va a hacer con recursos propios.
-¿Yacyretá tiene recursos para eso?
-Yacyretá factura unos 180 millones de dólares anuales. Con el ordenamiento de las cuentas que está previsto, podemos establecer un flujo de fondos para hacer frente a la inversión. También se está preparando el proyecto para la ampliación de la central. Se agregarán tres turbinas adicionales. Eso incrementará en un 15% la potencia y en un 6% la generación efectiva, que va a permitir trabajar en hora pico. Costará alrededor de 1000 millones. Estamos pensando que los oferentes propongan el financiamiento. El otro proyecto que está en marcha es el programa integral de rehabilitación y modernización de la central. Las turbinas están golpeadas por haber trabajado años a una cota diferente de la de diseño. Eso llevará 10 años. Con lo previsto, pondremos en marcha inversiones por más de 1650 millones de dólares.
Por Pablo Fernández Blanco para LA NACION
Humberto Schiavoni ocupa dos sillas importantes. En el terreno político, es el presidente de Pro, el partido que condujo a Mauricio Macri a la Casa Rosada en diciembre de 2015. Y como funcionario del gobierno actual, maneja la Entidad Binacional Yacyretá, encargada de administrar la mayor generadora de energía eléctrica del país, en sociedad con Paraguay. Schiavoni debió realizar en los últimos días dos tareas importantes. Mientras avanzaba en la definición de la campaña para las elecciones de octubre, cerró un acuerdo con Paraguay el 4 de este mes (fue firmado por Macri y por su par paraguayo, Horacio Cartes) para saldar un conflicto con ese país sobre la represa que llevaba más de tres décadas. Eso, sostiene Schiavoni, le quita el cepo al crecimiento de Yacyretá. Según describe, tras el acuerdo "pondremos en marcha inversiones por 1650 millones de dólares".
-¿Cuál es la importancia del acuerdo?
-Yacyretá enfrentó desde el principio distorsiones importantes. La primera fue el paso del tiempo. La central tenía que estar lista en 1981, pero por diversas circunstancias, como la falta de financiamiento y los problemas políticos argentinos y paraguayos, se fue retrasando el proyecto. Recién en 1983 se licitó la obra civil y en 1998 se completaron las 20 turbinas, pero trabajando a media máquina. Todo esto generó una deuda gigantesca, pactada en dólares, que resultaba impagable. La demora, además, generó sobrecostos. Por ejemplo, cuando se hizo el primer censo [para determinar la cantidad de gente que debía ser relocalizada por la inundación del embalse] había una familia, pero a lo largo del tiempo se fueron sumando otras por las demoras. Entonces, donde al principio había que poner una casa se terminaron poniendo más. Esta acta da respuesta a lo que dice el tratado, según el cual a los 40 años del proyecto se debían revisar las bases económicas, atendiendo a la evolución de la deuda y a la prestación del servicio de energía. Además, nos pusimos de acuerdo en la manera de calcular la cesión de energía para cada país.
-¿Con quién es la deuda?
-Mayormente, con el Estado argentino, con Ebisa (continuadora de Agua y Energía), con la distribuidora eléctrica de Paraguay y con el Estado paraguayo. El acta sincera la cuestión. Se quitan intereses, se pacta un repago a 20 años con 10 de gracia y se compensan todas las deudas cruzadas. La deuda total hoy es de US$ 4000 millones con la Argentina, US$ 700 millones con Ebisa y US$ 800 millones con Paraguay, principalmente.
-¿Qué cambiará de ahora en más?
-En cuatro años tiene que haber una reducción de gastos. Y la margen que no los reduce se le descuenta de lo que produce. Esto destraba la posibilidad de licitar [la construcción de un proyecto en el brazo] Aña-Cuá, que se lanzará este semestre. Es una inversión de 650 millones de dólares e incrementa la generación efectiva en un 10%. Se va a hacer con recursos propios.
-¿Yacyretá tiene recursos para eso?
-Yacyretá factura unos 180 millones de dólares anuales. Con el ordenamiento de las cuentas que está previsto, podemos establecer un flujo de fondos para hacer frente a la inversión. También se está preparando el proyecto para la ampliación de la central. Se agregarán tres turbinas adicionales. Eso incrementará en un 15% la potencia y en un 6% la generación efectiva, que va a permitir trabajar en hora pico. Costará alrededor de 1000 millones. Estamos pensando que los oferentes propongan el financiamiento. El otro proyecto que está en marcha es el programa integral de rehabilitación y modernización de la central. Las turbinas están golpeadas por haber trabajado años a una cota diferente de la de diseño. Eso llevará 10 años. Con lo previsto, pondremos en marcha inversiones por más de 1650 millones de dólares.
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