Kiev ha estado clamando por aviones F-16 en su lucha contra la invasión rusa que comenzó hace más de dos años y medio. Dinamarca y los Países Bajos proporcionaron esos aviones, pero fue necesaria la ayuda del 68º Escuadrón de Guerra Electrónica de Estados Unidos para integrar los subsistemas de guerra electrónica con las fuerzas aéreas ucranianas.
La 68ª forma parte de la 350ª Ala de Guerra del Espectro de las Fuerzas Aéreas estadounidenses, creada en 2021 como resultado de un estudio histórico sobre el espectro electromagnético para revitalizar el espectro dentro del servicio. El ala tiene tres misiones principales: reprogramación rápida, desarrollo de objetivos y formas de onda, y evaluación de las capacidades de guerra electrónica de la Fuerza Aérea.
En el juego del gato y el ratón de la guerra electrónica y las operaciones del espectro electromagnético -donde los adversarios tratan de impedir el acceso al espectro para las comunicaciones o la navegación mediante interferencias- la agilidad y la velocidad son primordiales.
Una vez que se detecta una señal, las fuerzas deben reprogramar los sistemas para contrarrestarla, lo que durante la Guerra Fría podía llevar semanas o meses, ya que la señal tenía que enviarse a un laboratorio, se ideaba una solución y luego se enviaba de nuevo al terreno.
El trabajo en el F-16 supuso una prueba crítica para la unidad, ya que el sistema de guerra electrónica que había que integrar y reprogramar no estaba en el inventario estadounidense, lo que significaba que era territorio nuevo para el escuadrón. Además, brindó la oportunidad de reprogramar urgentemente el sistema en un plazo similar al de la guerra.
«La mayoría de los centros de reprogramación habrían dicho ‘de ninguna manera’ al abordar este desafío; es una política desconocida», dijo el ingeniero jefe del 68º EWS en un comunicado de la unidad, que omitió el nombre del ingeniero.
El equipo reunido para la tarea tuvo primero que entender este sistema de guerra electrónica extranjero y cómo reprogramarlo, trabajando con sus socios daneses y noruegos para que les proporcionaran datos.
A continuación, la organización adaptó nuevos procesos, como el envío de personal al extranjero, a un laboratorio de un país asociado, para trabajar en colaboración en el sistema, algo poco habitual en la unidad, ya que la mayor parte de la reprogramación se realiza desde las instalaciones de las bases de las Fuerzas Aéreas en Estados Unidos.
Los oficiales alabaron el esfuerzo y explicaron que este tipo de colaboración con las naciones asociadas será fundamental para las operaciones en el futuro.
«Cuando se habla de un conflicto casi entre pares, es necesario que todos los socios de la coalición operen con el mismo libro de jugadas para poder lograr el dominio del espectro», dijo el director de la unidad en un comunicado, que no incluía su nombre. «Un F-16 con un pod reprogramado no logrará el dominio aéreo por sí solo, pero puede darte un bolsillo de superioridad aérea por un momento para lograr un objetivo que tiene importancia estratégica e impacto».
La Fuerza Aérea espera añadir Ucrania a su cartera en el futuro con su incorporación como caso oficial de ventas militares extranjeras para la 68ª. La unidad proporcionará ahora capacidades de reprogramación basadas en los comentarios de Ucrania, que servirán como datos probados en combate para mejorar sus capacidades, según el servicio.(Source/Photo: Various Media)
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