Military Balance del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) compartió una vez más su publicación anual de 2021, dónde se menciona el presupuesto de defensa argentino en comparación con el resto de los países de la región, además de un análisis de las capacidades militares del país.
El análisis esta contextualizado en base a la respuesta que dieron las Fuerzas Armadas en cada país frente a la crisis que desató la pandemia y el estado de los recursos con lo que estas operaron. Para describir la situación Argentina, la publicación afirma que «los planes de modernización de las fuerzas armadas han sido obstaculizados por problemas económicos», a lo que se le podría agregar la palabra «recurrentes» para lograr enfatizar la problemática dentro del contexto clásico de crisis eterna en Argentina. Luego, continúa diciendo que la recapitalización de vehículos blindados sigue «moribunda», y que los planes de modernización naval incluyen cuatro OPV y el plan de «revivir la flota de Super Etendard Modernisé de la ex Marine Nationale que avanza despacio». Además agrega que las prioridades de la Fuerza Aérea Argentina son el mantenimiento de la flota actual, la búsqueda de reemplazo para el Skyhawk, ya retirado, y para los aviones Mirage.
Así, la publicación muestra un balance del gasto militar para el año 2020 de la región latinoamericana y el caribe, ubicando a Argentina en un gasto de USD 2.9 por debajo de Chile con USD 4, México con USD 5.3, Colombia con USD 9.4 y Brasil con USD 22.1.
Sobre personal activo dentro de la fuerzas, Argentina se ubica en el puesto 7 del top 10, con 72.100 soldados en actividad, también por debajo de Chile. Brasil se encuentra en el puesto primero con 366.500 soldados en activo.
Asimismo afirma que el gasto en la región continúa languideciendo con bajos niveles de inversión debido a «un desempeño económico mediocre, desafíos sociales y la ausencia de importantes amenazas a la seguridad». Por supuesto, nada de esto sorprende.
También se refiere a la falta de incremento en el gasto de defensa y los bajos niveles de financiación para investigación y desarrollo (I+D), como los principales obstáculos para el crecimiento de las capacidades militares en toda la región, y como ya sabemos, es una combinación que también se da en Argentina que ya sufre décadas de desinversión.
Por otro lado, Argentina figura entre los cinco países latinoamericanos que más gastan en defensa, junto con Brasil, Colombia, México y Chile. Pero que, el gasto destinado a inversión, oscila entre el 2 y el 10 por ciento del gasto anual total, siendo un porcentaje demasiado bajo para los estándares internacionales, según señala la publicación.
Military Balance define a las Fuerzas Armadas Argentina como un organismo que intenta mantener sus capacidades militares dentro de lo «creíble» con un presupuesto de defensa que presenta «persistentes desafíos económicos», sumada a la situación de crisis generada por la pandemia de coronavirus que no ha hecho más que empeorar el escenario económico argentino.
Con el pasar de los años, las Fuerzas Armadas vieron reducir su presupuesto en defensa de 4.7 porciento del PBI en la década del 70 al 0.6 porciento del PBI en el 2020. El proceso de desinversión es notable y ha causado estragos al instrumento militar de la defensa argentina.
En la imagen anterior, se refleja las alteraciones en el presupuesto de defensa desde el año 2008 hasta el 2020, con la cifra total en pesos y estimando el tipo de cambio oficial.
Para concluir, la publicación afirma que las Fuerzas Armadas de Argentina cuentan con entrenamiento y equipo suficiente para cumplir con las tareas de adiestramiento, y misiones secundarias, pero que «cualquier ambición de proyección de poder se ve limitada por la escasez de fondos».
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