Nuevo libro. Lavagna acaba de publicar Construyendo la oportunidad.
Roberto Lavagna prepara estos días el discurso que brindará el próximo lunes cuando en un acto con Sergio Massa deje inaugurado el ciclo 2015 de su Escuela de Gobierno. Dice que evitará hablar de economía y se referirá lo que son, a su criterio, las condiciones básicas de un gobernante. Ayer en su charla con Clarín no dio ninguna pista. Pero se mostró confiado en una Argentina con enormes potencialidades. “Claro que las oportunidades se construyen”, afirma en coincidencia con el título que eligió para su último libro en el que cuenta los dos años y medio de su gestión como ministro de Economía.
-Hay un debate de cara al próximo Gobierno acerca del cepo y del dólar ahorro. ¿Usted levantaría el cepo? ¿Suprimiría el dólar ahorro?
-Para los que dicen que van a levantar el cepo el primer día de gobierno, quiero que me digan cómo van a hacerlo sin que se produzca una fortísima caída en las reservas. Y los que sostienen que el dólar ahorro debe ser la última prioridad, deberían decir cómo van a hacer para evitar un brusco salto en el dólar blue. Me pregunto si no nos están ocultando algo. Si no están pensando en realidad en una mega devaluación.
-Pero Usted, ¿qué haría?
-Creo que hay que hacer cosas muy rápidamente en materia institucional y hay que manejar lo económico y social con gradualidad y prudencia, con ningún tipo de shock. Hablo de gradualidad y de un programa integral. En cuanto a lo institucional hay que asegurar un Código que sea claro y que los contratos no digan que se toma deuda con una moneda y se paga en otra. Hay que garantizar la independencia judicial, la libertad de prensa, un Indec distinto y otro Consejo de la Magistratura. Eso debe ser inmediato.
-¿Cómo será esta transición?
-Si tomamos las últimas transiciones, las hubo con grandes crisis y otras más calmas, como la de Menem y De la Rúa. La de Cristina con quien resulte electo, será más calma pero es extremadamente peligrosa. La calma relativa hace pensar que no es necesario enfrentar grandes cambios. Pero habrá que encarar cambios profundos porque si no las cosas van a estallar.
-¿ A qué estallido se refiere?
-Hay fuertes desajustes sociales, económicos y políticos. Desde lo social, la falta de creación de empleo tiene graves consecuencias. En lo económico no se puede seguir con una inflación permanente por la expansión del Estado sobre una economía cada vez más chica. Y en lo político habrá que operar para conseguir la gobernabilidad en un Congreso dividido.
-La Unión Industrial teme lo que bautizó como un plan “bomba” de Kicillof para que el próximo gobierno pague los platos rotos...
-Acá no hay plan bomba. Lo que estamos viviendo es la paz de los cementerios. El ingreso per cápita de los argentinos es inferior a 2011. Hace tres años que el país no crece.
-¿Cuáles serían las primeras medidas económicas que debería tomar el próximo presidente?
- Hay que pasar de una sociedad trabada a una sociedad de oportunidades en el sector privado. Impulsaría una fuerte caída en los impuestos, incluyendo las retenciones al campo. Desde fines de 2005 se recorre el camino inverso con un aumento de 8 puntos de la presión tributaria. Vivimos una situación de asfixia fiscal. Y hay que enfocar el empleo juvenil de manera urgente.
-¿Se sentaría a negociar con los fondos buitres?
-Ese es un problema marginal.
-Cristina firmó acuerdos con China que incluyen obras públicas de gran envergadura. ¿Qué recomienda hacer con esos compromisos?
-No soy de los que comparte el griterío anti chino que muestra falta de coraje, porque critican a China porque no tienen el coraje de criticar al Gobierno. El que se equivocó es el gobierno argentino que negoció mal. China va a seguir siendo durante mucho tiempo un cliente fundamental y lo que hay que plantearse es revisar esos contratos en cláusulas que puedan resultar perjudiciales al país. Es algo que ocurre habitualmente en el mundo.
-Según el FMI se acabaron las vacas gordas en los mercados emergentes...
-No creo. Ese análisis pierde la perspectiva histórica. La recuperación de la Argentina en 2002 saliendo de la peor crisis desde 1890 se hizo con una soja promedio de US$ 220 e incluso en algunos momentos un poco por debajo y con una cosecha de 70 millones de toneladas. Actualmente la cosecha llega a 110 millones de toneladas y la soja cotiza en US$ 350, US$ 130 más que cuando hubo que salir de aquella crisis. Estamos en una situación menos favorable pero en términos históricos, son precios excepcionalmente buenos. Por otra parte la tasa internacional superaba 5%. Hoy México se endeuda a 100 años y Bolivia paga 4%. Los países más consolidados económicamente colocan a tasas negativas. Además, Argentina casi no tiene deuda. Por la restructuración que hicimos en 2005 la deuda externa del país no llega al 20% del PBI.
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