El submarino de la armada de Brasil, Riachuelo (S-40), el primero de cuatro submarinos de propulsión diesel-eléctricos en construcción bajo el Programa de Desarrollo Submarino (PROSUB), fue sometido con éxito a una prueba de inmersión estática el 20 de noviembre, un hito decisivo para la evaluación de su estabilidad en el mar. La prueba se llevó a cabo en la zona sur de la isla de Itacuruçá, a unas 4 millas náuticas del Complejo Naval de Itaguaí, en la bahía de Sepetiba, donde se instaló una boya en el fondo del mar al que el submarino permaneció atado hasta su regreso a la superficie. La inmersión estática del "Riachuelo" consistió en la entrada controlada de agua en los tanques de lastre del submarino hasta que se sumergió por completo, sin el uso de su propulsión.
El procedimiento fue diseñado para asegurar no solo el sellado y la estabilidad longitudinal y transversal del submarino cuando está sumergido, sino también para registrar el volumen de agua que fue admitido en los tanques internos de compensación. Estos valores se usaron para determinar con precisión el desplazamiento de agua cuando se sumergió. Esta fue la primera de una serie de pruebas de aceptación en el mar, que se realizarán a partir de diciembre de este año. El propósito de las evaluaciones es verificar el desempeño de la plataforma, el equipo y los sistemas del submarino, tanto dentro como fuera de la costa, a cargo de la tripulación receptora, bajo la supervisión de la Coordinación General del Programa de Desarrollo Submarino de Propulsión Nuclear y la responsabilidad de Itaguaí Construções Navais (ICN) / Naval Group.
El paso final será el lanzamiento de torpedos F21 y misiles antibuque SM-39 lanzados desde submarinos para probar la efectividad del sistema de combate. Las pruebas del entorno operativo del Riachuelo representan otro paso relevante para el avance de PROSUB, un programa que se adhiere a la Estrategia de Defensa Nacional. Al contribuir al fortalecimiento del poder naval brasileño, PROSUB estimula el desarrollo del parque industrial nacional, al mismo tiempo que afirma la alta capacidad tecnológica absorbida por la Armada y el CIE en la construcción de submarinos de alta tecnología. (Source/Photo: Brazilian Navy)
El procedimiento fue diseñado para asegurar no solo el sellado y la estabilidad longitudinal y transversal del submarino cuando está sumergido, sino también para registrar el volumen de agua que fue admitido en los tanques internos de compensación. Estos valores se usaron para determinar con precisión el desplazamiento de agua cuando se sumergió. Esta fue la primera de una serie de pruebas de aceptación en el mar, que se realizarán a partir de diciembre de este año. El propósito de las evaluaciones es verificar el desempeño de la plataforma, el equipo y los sistemas del submarino, tanto dentro como fuera de la costa, a cargo de la tripulación receptora, bajo la supervisión de la Coordinación General del Programa de Desarrollo Submarino de Propulsión Nuclear y la responsabilidad de Itaguaí Construções Navais (ICN) / Naval Group.
El paso final será el lanzamiento de torpedos F21 y misiles antibuque SM-39 lanzados desde submarinos para probar la efectividad del sistema de combate. Las pruebas del entorno operativo del Riachuelo representan otro paso relevante para el avance de PROSUB, un programa que se adhiere a la Estrategia de Defensa Nacional. Al contribuir al fortalecimiento del poder naval brasileño, PROSUB estimula el desarrollo del parque industrial nacional, al mismo tiempo que afirma la alta capacidad tecnológica absorbida por la Armada y el CIE en la construcción de submarinos de alta tecnología. (Source/Photo: Brazilian Navy)
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