Se espera que la excesiva dependencia del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) sea vulnerable a los antisatélites (ASAT) rusos y chinos, a los láseres y a las interferencias de la guerra electrónica (EW).
El general David D. Thompson, vicejefe de operaciones espaciales, admitió ante la audiencia del Subcomité de Fuerzas Estratégicas del Senado el 11 de mayo que "(los EE.UU.) dependen de él única y exclusivamente y en exceso".
El general Thompson se refería a la adjudicación a Lockheed Martin del contrato para diseñar los satélites del programa de seguimiento del GPS-III en 2018, calificándolo de "estándar mundial" y de cómo se ha mejorado con un nuevo "software actualizado, (haciéndose) modular para asegurarse de que es resistente."
Con otros tres satélites GPS-III declarados para su lanzamiento, Lockheed también ha desarrollado un software de control en tierra para hacer operativa una señal de "código M" ultrasegura y resistente a las interferencias.
En la actualidad, la constelación total de GPS consta de 33 satélites. Al parecer, la confesión de Thompson respondía a la hipotética pregunta del senador Angus King sobre qué le ocurriría a un F-35 que sobrevolara el Pacífico si los satélites GPS de los que depende para la navegación se apagaran de repente.
Sin embargo, los temores sobre su vulnerabilidad abundan, lo que se refleja en el impulso agresivo de los satélites NTS-3 dedicados a la navegación.