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El fuselaje del Tipo B incorpora una amplia bodega de armas ventral, esencial para mantener una baja visibilidad y permitir el transporte interno de municiones. (Fuente de la imagen: CCTV) |
Este sistema destaca por una gama de características técnicas que indican una investigación avanzada en el campo de los UCAV de alto rendimiento. Emplea un ala sin cola en forma de diamante con puntas móviles que reemplazan las superficies de control convencionales. El morro alberga un sensor electroóptico que recuerda a los sistemas EOTS occidentales, mientras que las antenas de comunicación furtivas tipo MADL se ubican a ambos lados de las tomas de aire del motor. La aeronave está equipada con dos tomas de aire supersónicas sin desviador (DSI) orientadas hacia adelante que alimentan un único motor turbofán de clase WS-10C. En la parte trasera, una tobera dentada de geometría variable, similar a la del F-35, sugiere un equilibrio entre rendimiento aerodinámico, reducción de la sección transversal del radar y asequibilidad. Estas decisiones de diseño apuntan firmemente a una posible capacidad supersónica, así como a un mayor alcance, gracias al fuselaje aerodinámico y a la ausencia de sistemas relacionados con el piloto.
El fuselaje del Tipo B incorpora una amplia bodega de armas ventral, esencial para mantener una baja visibilidad y permitir el transporte interno de municiones. Esta disposición indica que la aeronave podría realizar misiones de superioridad aérea, a la vez que mantiene su capacidad para ataques de precisión y misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). El concepto evoca algunos aspectos del dron furtivo GJ-11 Sharp Sword, pero señala un cambio hacia misiones tradicionalmente realizadas por cazas tripulados. La posibilidad de que el Tipo B esté diseñado para atacar directamente objetivos aéreos, ya sea con supervisión humana o con cierto grado de autonomía, es cada vez más discutida.
El origen industrial del programa parece residir en el Instituto 611 de Chengdu Aircraft Corporation (CAC). Una imagen satelital publicada en julio de 2021 ya mostraba un prototipo en pruebas en las instalaciones de la CAC, lo que indica un proceso de desarrollo que lleva varios años en marcha. Las unidades exhibidas durante el desfile llevaban números de serie que empezaban por 53x3x, correspondientes a una brigada de la Fuerza Aérea Popular de China (FAEPL) estacionada en el suroeste de China. Esto ha alimentado la especulación de que el dron podría estar ya vinculado a una unidad operativa, aunque su estado de servicio real sigue siendo incierto.
Junto con el Tipo B, se presentó otro modelo, conocido como Tipo A. De menor tamaño, se caracteriza por un ala en forma de lambda y tomas de aire tipo careta. Carece del sensor electroóptico bajo el morro y presenta un perfil más delgado en comparación con su homólogo. Si bien comparte ciertas características conceptuales, el Tipo A parece diseñado para una misión diferente, quizás menos orientada al combate directo aire-aire. Ambos drones exhibieron un acabado de alta calidad, incluyendo paneles de acceso detallados, que supera lo esperado de simples maquetas.
La aparición del Tipo B se enmarca en la estrategia más amplia de China para desarrollar drones de combate furtivos y de alto rendimiento. Este enfoque contrasta con el de Estados Unidos, que actualmente se centra en drones colaborativos de menor coste, diseñados para operar junto con aeronaves tripuladas como parte del programa CCA. Pekín, por otro lado, parece priorizar los UCAV con mayor autonomía y perfiles de misión más complejos, lo que subraya una creciente divergencia doctrinal con Washington. Esta trayectoria también recuerda al S-70 Okhotnik ruso, que también pasó por una fase de demostración pública antes de alcanzar una madurez más avanzada.
En desfiles anteriores, China solía presentar prototipos o maquetas que posteriormente se convirtieron en sistemas operativos. El GJ-11 es un ejemplo notable, ya que realizó sus primeros vuelos con una configuración rudimentaria antes de ser presentado en una versión refinada. El Tipo B podría seguir un camino similar, posiblemente evolucionando hacia una tobera bidimensional más sigilosa con vectorización de empuje para mejorar aún más la capacidad de supervivencia y la maniobrabilidad.
En resumen, la presentación del Tipo B representa una señal importante de los crecientes esfuerzos de China en el campo de los UCAV furtivos avanzados. Ya sea que se convierta en un sistema operativo, sirva como demostrador o compita directamente con el Tipo A, el dron marca un nuevo paso en la ambición de Pekín de expandir su arsenal aéreo no tripulado. La creciente brecha con los programas estadounidenses en este ámbito resalta la importancia estratégica de estas capacidades para el futuro equilibrio del poder aéreo.
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