Prestaron servicios de ciberseguridad en el G20. En exclusiva, Infobae los entrevistó en Tel Aviv. No pudieron revelar sus nombres ni contestar muchas de las preguntas.
(Desde Tel Aviv) Israel no solo es un estado tecnológicamente de vanguardia sino que ya se define a sí mismo como una cibernación, es decir, un territorio que tiene protegida su población de ataques de armamentos a través de un sofisticadísimo software que rechaza cualquier incursión aérea, del mismo modo que es imposible atacar la infraestructura energética, de transporte o aún el sistema financiero.
Rafael Advanced Defense Systems es la empresa israelí que creó la ya famosa cúpula de hierro, el Iron Dome, un escudo ultra eficiente que ínterceptó y derribó miles de misiles y cohetes más sencillos, que hacen a Israel una de las zonas más seguras del mundo, literalmente inatacable. Buena parte de los edificios o zonas más sensibles del mundo están bajo los escudos de Rafael, pero no están autorizados a revelarlo.
Lo que tampoco se sabe es que esta empresa estatal, nacida como un laboratorio de investigación y desarrollo del Ministerio de Defensa israelí en 1948, transformada en el 2002 como una compañía de propiedad estatal que desarrolla programas de investigación a gran escala, ya aterrizó en la Argentina.
Rafael Systems presta servicios en nuestro país y sus productos tuvieron una actuación destacada en el G20, donde demostraron una capacidad operativa acorde a las naciones más avanzadas del mundo, garantizando recursos tecnológicos y humanos acorde a las más altas exigencias.
En efecto, Rafael y su representante local Codesur-Danaide (vinculada al empresario experto en desarrollos tecnológicos aplicados a la defensa y la seguridad Mario Montoto) ganaron la licitación para desplegar -por primera vez en la Argentina- un proyecto de ciberdefensa, que es el nuevo nombre de la defensa estratégica de las naciones o el cuarto espacio a proteger, después de la tierra, el agua y el aire.
Infobae estuvo en Israel con representantes de la compañía en la que trabajan 7500 personas, el 60% con grados académicos de ingenieros o grados superiores, una estructura muy particular que demuestra que el pilar de la empresa es el desarrollo tecnológico. La entrevista fue muy interesante pero nada sencilla.
Los entrevistados no pueden aparecer con sus nombres y muchas de las preguntas no pueden ser contestadas. La respuesta, más de una vez, fue siempre la misma: "No estamos autorizados a hablar de eso". Sin embargo, en el diálogo no solo dieron información que nunca se había publicado en la Argentina, sino que facilitaron un contexto del cual estamos ajenos como país que, en la enorme mayoría de los sectores, sigue pegado al siglo XX.
En el espacio cibernético, Rafael tiene más de 25 años de experiencia probada y su enfoque, según explican, "va más allá de la tradicional seguridad cibernética, evolucionando a la defensa cibernética", recopilando "información estratégica sobre las amenazas y posibles atacantes y sus herramientas", pero también "proporcionando procedimientos y metodología al equipo de respuesta".
Dicen de ellos mismos que "Rafael es el hogar de tecnologías de vanguardia, pero lo más importante es que Rafael emplea a los mejores científicos, ingenieros y expertos cibernéticos para crear soluciones no solo para hacer frente a los problemas actuales, sino plataformas para afrontar los desafíos cibernéticos más complejos de las décadas venideras".
También explican que "como parte de su portafolio cibernético, Rafael ofrece soluciones a gobiernos, agencias, corporaciones, institutos, empresas de servicios y otros, en dos sectores cibernéticos principales", el ya presentado "Cyber Dome Center" y el "SCADA Dome", destinado básicamente a infraestructuras.
Como se trata de información secreta, no se sabe exactamente qué compró la Argentina a Rafael. Sí se conoce que se pagaron 5.2 millones de dólares en una licitación donde varias empresas quedaron fuera de juego, como Israel Aeroespace Industries (IAI) y Elbit, a pesar de que cotizaron menos que Rafael que, finalmente, hizo una oferta menor a la presentada originalmente.
Lo que sí se conoció es que el mismísimo jefe de Gabinete, Marcos Peña, acompañado por el ministro de Defensa, Oscar Aguad, visitó un mes antes de la fecha del G20 las nuevas instalaciones de ciberseguridad del país, que se podría decir que a partir de entonces ingresó en el siglo XXI en materia de defensa nacional.
De hecho, nuestro país creó recién este año la subsecretaría de Ciberdefensa, puso al experto en comunicaciones Alfredo Parodi a cargo, y diseñó una red cibernética de defensa nacional, con dispositivos de alta tecnología que el país carecía y que, ahora, tiene un nuevo standard en materia de seguridad para prevenir el ciberterrorismo y proteger el sistema y las redes de las Fuerzas Armadas.
Un comunicado de Presidencia del 1º de noviembre de este año decía, justamente, que "los funcionario (Peña y Aguad) pudieron interiorizarse en torno a los avances y puesta en funcionamiento de nuevos dispositivos de alta tecnología, que serán utilizados para brindar extrema seguridad en el campo informático" con el objetivo de prevenir eventuales ataques de ciber terrorismo y fallas en los sistemas y redes de las Fuerzas Armadas, del Estado Mayor Conjunto y de Defensa, que servirán de soporto a las operaciones durante la cumbre.
Obviamente, después del G20 esa tecnología y las capacitaciones que fueron necesarias quedan, seguirán profundizándose, y las Fuerzas Armadas locales tienen ahora capacidad para resolver los hitos más complejos en materia de cruce de información sensible.
Aunque se negaron a profundizar al respecto, los representantes de Rafael le explicaron a Infobae las capacidades en materia de producción y distribución de inteligencia que tiene otra plataforma de la empresa, Wisdom Stone, que -aseguran- "acorta los ciclos de inteligencia, gestiona la información de las bases de datos (documentos, imágenes, voz, etc), da el entorno de análisis visual que necesita el usuario".
Es decir, colecta, fusiona y analiza enormes cantidades de datos, de fuentes múltiples, de tipos y formatos diferentes y transforma esos datos en conclusiones de inteligencia para implementar acciones. Sin embargo, nada de eso fue contratado en la Argentina.
El concepto de la ciberdefensa, para muchos el nuevo campo de batalla en los tiempos de Internet, nos abre a otro, el de las guerras híbridas, un nuevo tipo de confrontación no convencional y desestabilizadora. Pero es tema para una próxima nota. (Source/Photo/Author: Silvia Mercado/Infobae)
(Desde Tel Aviv) Israel no solo es un estado tecnológicamente de vanguardia sino que ya se define a sí mismo como una cibernación, es decir, un territorio que tiene protegida su población de ataques de armamentos a través de un sofisticadísimo software que rechaza cualquier incursión aérea, del mismo modo que es imposible atacar la infraestructura energética, de transporte o aún el sistema financiero.
Rafael Advanced Defense Systems es la empresa israelí que creó la ya famosa cúpula de hierro, el Iron Dome, un escudo ultra eficiente que ínterceptó y derribó miles de misiles y cohetes más sencillos, que hacen a Israel una de las zonas más seguras del mundo, literalmente inatacable. Buena parte de los edificios o zonas más sensibles del mundo están bajo los escudos de Rafael, pero no están autorizados a revelarlo.
Lo que tampoco se sabe es que esta empresa estatal, nacida como un laboratorio de investigación y desarrollo del Ministerio de Defensa israelí en 1948, transformada en el 2002 como una compañía de propiedad estatal que desarrolla programas de investigación a gran escala, ya aterrizó en la Argentina.
Rafael Systems presta servicios en nuestro país y sus productos tuvieron una actuación destacada en el G20, donde demostraron una capacidad operativa acorde a las naciones más avanzadas del mundo, garantizando recursos tecnológicos y humanos acorde a las más altas exigencias.
En efecto, Rafael y su representante local Codesur-Danaide (vinculada al empresario experto en desarrollos tecnológicos aplicados a la defensa y la seguridad Mario Montoto) ganaron la licitación para desplegar -por primera vez en la Argentina- un proyecto de ciberdefensa, que es el nuevo nombre de la defensa estratégica de las naciones o el cuarto espacio a proteger, después de la tierra, el agua y el aire.
Infobae estuvo en Israel con representantes de la compañía en la que trabajan 7500 personas, el 60% con grados académicos de ingenieros o grados superiores, una estructura muy particular que demuestra que el pilar de la empresa es el desarrollo tecnológico. La entrevista fue muy interesante pero nada sencilla.
Peña y Aguad visitando la oficina de ciberdefensa. 1º de noviembre de 2018.
Los entrevistados no pueden aparecer con sus nombres y muchas de las preguntas no pueden ser contestadas. La respuesta, más de una vez, fue siempre la misma: "No estamos autorizados a hablar de eso". Sin embargo, en el diálogo no solo dieron información que nunca se había publicado en la Argentina, sino que facilitaron un contexto del cual estamos ajenos como país que, en la enorme mayoría de los sectores, sigue pegado al siglo XX.
En el espacio cibernético, Rafael tiene más de 25 años de experiencia probada y su enfoque, según explican, "va más allá de la tradicional seguridad cibernética, evolucionando a la defensa cibernética", recopilando "información estratégica sobre las amenazas y posibles atacantes y sus herramientas", pero también "proporcionando procedimientos y metodología al equipo de respuesta".
Dicen de ellos mismos que "Rafael es el hogar de tecnologías de vanguardia, pero lo más importante es que Rafael emplea a los mejores científicos, ingenieros y expertos cibernéticos para crear soluciones no solo para hacer frente a los problemas actuales, sino plataformas para afrontar los desafíos cibernéticos más complejos de las décadas venideras".
Plataforma de fusión y análisis de datos.
También explican que "como parte de su portafolio cibernético, Rafael ofrece soluciones a gobiernos, agencias, corporaciones, institutos, empresas de servicios y otros, en dos sectores cibernéticos principales", el ya presentado "Cyber Dome Center" y el "SCADA Dome", destinado básicamente a infraestructuras.
Como se trata de información secreta, no se sabe exactamente qué compró la Argentina a Rafael. Sí se conoce que se pagaron 5.2 millones de dólares en una licitación donde varias empresas quedaron fuera de juego, como Israel Aeroespace Industries (IAI) y Elbit, a pesar de que cotizaron menos que Rafael que, finalmente, hizo una oferta menor a la presentada originalmente.
Lo que sí se conoció es que el mismísimo jefe de Gabinete, Marcos Peña, acompañado por el ministro de Defensa, Oscar Aguad, visitó un mes antes de la fecha del G20 las nuevas instalaciones de ciberseguridad del país, que se podría decir que a partir de entonces ingresó en el siglo XXI en materia de defensa nacional.
De hecho, nuestro país creó recién este año la subsecretaría de Ciberdefensa, puso al experto en comunicaciones Alfredo Parodi a cargo, y diseñó una red cibernética de defensa nacional, con dispositivos de alta tecnología que el país carecía y que, ahora, tiene un nuevo standard en materia de seguridad para prevenir el ciberterrorismo y proteger el sistema y las redes de las Fuerzas Armadas.
Un comunicado de Presidencia del 1º de noviembre de este año decía, justamente, que "los funcionario (Peña y Aguad) pudieron interiorizarse en torno a los avances y puesta en funcionamiento de nuevos dispositivos de alta tecnología, que serán utilizados para brindar extrema seguridad en el campo informático" con el objetivo de prevenir eventuales ataques de ciber terrorismo y fallas en los sistemas y redes de las Fuerzas Armadas, del Estado Mayor Conjunto y de Defensa, que servirán de soporto a las operaciones durante la cumbre.
Obviamente, después del G20 esa tecnología y las capacitaciones que fueron necesarias quedan, seguirán profundizándose, y las Fuerzas Armadas locales tienen ahora capacidad para resolver los hitos más complejos en materia de cruce de información sensible.
Aunque se negaron a profundizar al respecto, los representantes de Rafael le explicaron a Infobae las capacidades en materia de producción y distribución de inteligencia que tiene otra plataforma de la empresa, Wisdom Stone, que -aseguran- "acorta los ciclos de inteligencia, gestiona la información de las bases de datos (documentos, imágenes, voz, etc), da el entorno de análisis visual que necesita el usuario".
Es decir, colecta, fusiona y analiza enormes cantidades de datos, de fuentes múltiples, de tipos y formatos diferentes y transforma esos datos en conclusiones de inteligencia para implementar acciones. Sin embargo, nada de eso fue contratado en la Argentina.
El concepto de la ciberdefensa, para muchos el nuevo campo de batalla en los tiempos de Internet, nos abre a otro, el de las guerras híbridas, un nuevo tipo de confrontación no convencional y desestabilizadora. Pero es tema para una próxima nota. (Source/Photo/Author: Silvia Mercado/Infobae)
No hay comentarios:
Publicar un comentario