El conflicto de Libia se ha convertido en una prueba de fuerza entre el general Jalifa Haftar y su Ejército Nacional Libio (ENL), apoyado por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, y el Gobierno de Unidad Nacional (GUN), con sede en Trípoli y reconocido por la ONU, y que está respaldado por Turquía y Qatar. Estas divisiones han alcanzado incluso a Europa, donde Francia apoyaría a Haftar mientras que Italia haría lo mismo con el gobierno de Trípoli. En este sentido, Ahmed al Masmari, portavoz del Ejercito Nacional Libio, ha acusado a Turquía de apoyar a los terroristas en Libia. Esto tiene lugar en un momento en el que, según las fuentes, la ofensiva de Haftar ha sido frenada por las fuerzas leales al GUN antes de que consiguiera llegar a la capital libia. Durante una conferencia de prensa el domingo, Masmari dijo que Turquía y Malta transfieren terroristas a Trípoli mientras que envían ayuda en armas y equipos, por vía aérea o marítima, a los que están ya presentes en la ciudad y que apoyan al GUN. “Desde Turquía se están llevando a cabo vuelos directos hacia la ciudad de Misrata, en Libia, y un cierto número de terroristas del Frente al Nusra que han combatido en Siria han sido transportados a esta ciudad”, añadió.

“El Ejército Nacional Libio no dejara que Libia se convierta en una amenaza para la paz mundial. Él luchará contra el terrorismo en el marco de las normas internacionales”. Aunque la mayor parte de países de la comunidad internacional y la ONU han mostrado su rechazo a la ofensiva del Ejército Nacional Libio, este último ha buscado presentar esta operación como una acción que busca “reintegrar” a Libia en el seno de la comunidad internacional. Medios libios señalaron también que Turquía está enviando armas a sus milicias armadas en Libia.

Los pasados 17 y 18 de diciembre las autoridades aduaneras del puerto de Joms, situado a unos 100 kms de Trípoli, descubrieron un cargamento de armas turco compuesto por 3.000 armas individuales, incluyendo pistolas y fusiles ametralladores, así como 4,2 millones de balas. El general Haftar pidió que el Consejo de Seguridad de la ONU condenara a Ankara por violación del embargo de armas decretado por la ONU y acusó a Erdogan de apoyar a los grupos terroristas y fomentar el caos. Turquía ha devuelto las acusaciones y ha acusado a varios “países árabes” de suministrar tanques, misiles y drones a Haftar y su ejército. Esto era una clara referencia a Egipto, que mantiene unas tensas relaciones con Turquía por el apoyo de este país al movimiento de los Hermanos Musulmanes, considerados como una organización terrorista por el gobierno del presidente Abdelfattah Sisi. El pasado domingo, Haftar viajó a El Cairo donde se entrevistó con Sisi, con el que discutió la situación en Libia. La ayuda turca no se limita al suministro de armas. En enero de 2017, el grupo terrorista Ansar al Sharia anunció la muerte de su líder, herido en un combate con el Ejército Nacional Libio, en un hospital turco, donde él había sido enviado para recibir tratamiento. En septiembre de 2018, el fiscal general de Libia emitió órdenes de captura para el arresto de 826 terroristas que habían huido en su mayoría a Turquía o Qatar.  (Source/Photo: Various Media)