- Los países occidentales autorizaron a Kiev a usar allí las armas que le envían.
- Un cambio que podría volver a dar impulso a la contraofensiva, debilitada y en retroceso ante el avance de Rusia.
Militares ucranianos disparan contra posiciones rusas en la región de Kharkiv, en Ucrania, en abril. Foto: AFP |
La ayuda occidental empezó a llegar poco a poco y primero llegaron armas personales que no pasaban de lanzacohetes y armas antitanques que cargan los soldados. Poco a poco, los gobiernos europeos, el estadounidense, el turco o el canadiense fueron aumentando el número, la potencia y la calidad de las armas que ponían a disposición de Kiev.
Llegaron piezas de artillería, drones, misiles antibuque con los que Ucrania pudo alejar a la flota rusa del puerto de Odesa. Tras una larga discusión empezaron a llegar los tanques pesados, principalmente los Leopard alemanes que tienen buena parte de los países de la OTAN.
Pero Ucrania seguía a merced de los bombardeos y la misilería rusa. Rusia lanzaba misiles de medio alcance desde poco detrás de la frontera que llegaban a cualquier objetivo en territorio ucraniano. Sus aviones volaban casi sin oposición despegando desde bases a pocas decenas de kilómetros de la frontera.
Rusia concentraba ingentes cantidades de carburante para equipamiento militar, centros de logística y reunía a decenas de miles de soldados sin que Ucrania pudiera atacarlos porque los gobiernos noroccidentales, por miedo a que el conflicto escalara, sólo cedían las armas a Kiev con la condición de que no fueran usadas para atacar suelo ruso.
Cuando las Fuerzas Armadas ucranianas, el año pasado, derribaron un caza ruso en el espacio aéreo ruso con un misil lanzado desde suelo ucraniano los estadounidenses amenazaron con cortar el suministro de armas.
Llegaron piezas de artillería, drones, misiles antibuque con los que Ucrania pudo alejar a la flota rusa del puerto de Odesa. Tras una larga discusión empezaron a llegar los tanques pesados, principalmente los Leopard alemanes que tienen buena parte de los países de la OTAN.
Pero Ucrania seguía a merced de los bombardeos y la misilería rusa. Rusia lanzaba misiles de medio alcance desde poco detrás de la frontera que llegaban a cualquier objetivo en territorio ucraniano. Sus aviones volaban casi sin oposición despegando desde bases a pocas decenas de kilómetros de la frontera.
Rusia concentraba ingentes cantidades de carburante para equipamiento militar, centros de logística y reunía a decenas de miles de soldados sin que Ucrania pudiera atacarlos porque los gobiernos noroccidentales, por miedo a que el conflicto escalara, sólo cedían las armas a Kiev con la condición de que no fueran usadas para atacar suelo ruso.
Cuando las Fuerzas Armadas ucranianas, el año pasado, derribaron un caza ruso en el espacio aéreo ruso con un misil lanzado desde suelo ucraniano los estadounidenses amenazaron con cortar el suministro de armas.
Un edificio en llamas tras un bombardeo de Rusia en Kharkiv, Ucrania, días atrás. Foto: EFE |
A pesar de que Rusia lanza misiles contra bloques de viviendas en la ciudad de Kharkiv, segunda urbe de Ucrania y a pocas decenas de kilómetros de la frontera.
Objetivos en Rusia
Los ucranianos podrán ahora golpear las bases rusas desde donde despegan sus aviones que van hacia Ucrania, también las lanzaderas de misiles si las localizan (tienen ayuda de satélites occidentales), concentraciones de tropas, depósitos de carburante, nudos de comunicaciones y cualquier infraestructura que pueda servir al esfuerzo de guerra ruso.
Un edificio de viviendas destruido y en llamas por un misil ruso, en Kharkiv, Ucrania. Foto: EFE |
Todo este cambio obligará a Moscú a retirar tropas, combustible, material militar y armas a centenares de kilómetros de la frontera o a exponerlas a ataques. Y si las retira sus ataques sobre Ucrania serán más complejos. Y sobre todo abre un nuevo frente en Crimea, la pequeña península ucraniana que Rusia ocupa desde 2014.
Los aviones de combate podrán atacar objetivos en Crimea, bases militares y buques en su puerto de Sebastopol. Rusia, que sólo puede conectar Crimea por ahora por un puente, puede ver cómo ese trozo de territorio ucraniano queda aislado. Sus suministros continuos las fuerzas rusas en esa región no podrán soportar un asedio de meses.
La guerra da un giro que se sostendrá si los gobiernos occidentales van cumpliendo a partir de ahora con el calendario de entrega de armas que han prometido. Y que también afectará al frente gracias a una iniciativa de la República Checa. Los checos se dedicaron los últimos meses a buscar por todo el planeta obuses de artillería de calibre 155 milímetros, el estándar de los países de la OTAN, que muchos de ellos producen y venden. (Source/Photo: CB)
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