Con motivo de realizarse el último adiestramiento naval integrado “Miaplácidus III”, el Comandante de la Flota de Mar, Contraalmirante Carlos María Allievi realizó una serie de declaraciones sobre la actualidad y futuro de la Armada Argentina. Tal como fuera abordado en su momento, la recuperación de la capacidad de desembarco es una de las prioridades a mediano plazo.
Al respecto el Contraalmirante Allievi expresó “en adelante vienen nuevos desafíos. En el mediano y largo plazo la Armada Argentina tiene planificada la incorporación de buques anfibios –el último fue el ARA ‘Cabo San Antonio’, radiado a principios del siglo XXI—construidos en el país, uno de asalto y otro de desembarco. Todo proceso lleva su tiempo y su gestión, pero existe la firme decisión de que la Armada y el país necesitan esta capacidad que, además, permitiría servir de apoyo ante, por ejemplo, una catástrofe natural”.
A finales del año pasado, según fuera expresado en distintas reuniones realizadas entre autoridades de la Armada Argentina y el Astillero Rio Santiago, se analizaba la posibilidad inciar el proceso de construccion de un buque de desembarco del tipo LST en asociación con el astillero Damen de los Países Bajos.
En dicha oportunidad se había expresado que “…Las dimensiones proyectadas (del buque) tendrían unos 100 metros de eslora, 16 metros de manga y de puntal 7,75 metros, velocidad 16 nudos, una autonomía de 4000 millas náuticas o bien 15 días de operación…” El proyecto LST 100 del astillero DAMEN coincide con los requerimientos informados oportunamente, no siendo a la fecha esta propuesta confirmada por el Ministerio de Defensa, mientras se mantenia la posibilidad que el diseño seleccionado sea del tipo LPD.
Dos buques ¿LST y LPD?
Un buque que permita la proyección de las distintas unidades de la Infantería de Marina resulta fundamental a la hora de dotar a la Armada de medios adecuados para cumplir con su misión sobre el extenso litoral marítimo.
De las declaraciones efectuadas por Comandante de la Flota de Mar, se trabaja el proyecto de incorporación de dos buques, con el agregado que los mismos serian construidos en la Argentina. Cabe recordar que dicha decisión fue tomada hace medio siglo con el buque de desembarco de tanques ARA “Cabo San Antonio” (Q-42) construido en el Astillero Rio Santiago (en su momento AFNE – Astilleros y Fabricas Navales del Estado).
Contar además de un LST con un LPD como buque de proyección posicionaría a la Armada Argentina regionalmente a la par de las Armadas de Brasil, Chile y Perú, que cuentan con unidades de este tipo.
En particular, los LPD de la clase Makassar fue una propuesta que tenida en cuenta, considerando las características del buque. La Marina de Guerra del Perú eligió el modelo de Daewoo para construir dos buques en asociación con el astillero SIMA, siendo a la fecha las dos unidades botadas, encontrándose una en servicio.
Un LPD resultaría fundamental a la hora de realizar misiones que requieran la proyección de fuerzas anfibias hacia las costas, contando con la posibilidad de realizar operaciones helitransportadas, transporte de carga, como buque hospital, de apoyo a la comunidad, entre otras.
Junto al proyecto de recuperación de capacidad submarina, junto al reemplazo de los destructores tipo 42 (ARA “Santísima Trinidad” y ARA “Hércules”) y la modernización de dos destructores Meko 360 y Meko 140, contar con un buque especifico da la pauta de la necesidad de contar con unidades de este tipo, destacándose la participación de la industria local.
A diferencia de proyectos como la construcción de remolcadores o el diseño de un buque polar, un LST junto a un LPD representan la incorporación de nuevas capacidades militares, anhelo ponderado desde hace varios años por la fuerza.(Source/Photo: Zona Militar)
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