Con el Ministerio de Finanzas merodeando, los belicosos legisladores del gobernante Partido Liberal Democrático continúan peleando contra el Ministerio de Defensa por el desarrollo del avión de combate de próxima generación que reemplazará al Mitsubishi F-2.

El plan inicial de los legisladores del Partido Liberal que el desarrollo fuera llevado a cabo en su totalidad por empresas japonesas fue desechado debido a los altos costes previstos y a los posibles problemas de ingeniería.

Pero no han renunciado a esa lucha y ahora argumentan que las empresas japonesas deberían  desempeñar un papel de liderazgo en el desarrollo conjunto del nuevo avión de combate.

Sin embargo, el Ministerio de Finanzas quieren mantener el gasto bajo control independientemente de la decisión que se tome en el proyecto de desarrollo.

El F-2 fue desarrollado conjuntamente con los Estados Unidos y desplegado por primera vez en el año 2000. Se espera que la vida útil de estos cazas expire alrededor del 2030.

Avión F-2 de las Fuerzas Aéreas de Autodefensa de Japón. 

Inicialmente el Ministerio de defensa tenía tres opciones para el avión de combate de nueva generación: desarrollarlo plenamente en el país; desarrollarlo conjuntamente con otras naciones; o prolongar la vida útil del F-2 mediante diversas modificaciones.

La tercera opción fue descartada porque las modificaciones por sí solas no obtendrían las capacidades necesarias.

En cuanto al pleno desarrollo interno, el Ministerio de Finanzas advirtió que sería demasiado caro.
Eso dejó el desarrollo conjunto como el curso tomado por el Ministerio de Defensa, pero los miembros del PLD no aceptan esa decisión sin hacer nada.

En una sesión de estudio celebrada el martes pasado, los parlamentarios examinaron una propuesta para presentarla al Ministerio de Defensa, diciendo que incluso con el desarrollo conjunto, las compañías japonesas tenían que desempeñar un papel de liderazgo.

 El prototipo del caza japonés X-2 


 Prototipo Mitsubishi ATD-X-2 durante su primer vuelo en abril de 2016. 

Los diputados quieren asegurarse de que las empresas japonesas de la industria de la defensa obtengan su parte de los beneficios y trasladar la base tecnológica que se ha creado a través del desarrollo pasado de los aviones de combate.

Todavía tienen en mente el desarrollo por parte del Ministerio de Defensa de un prototipo de avión a reacción denominado X-2, que se confirmó que tiene una alta capacidad de ocultación y de motor.
Más de 200 empresas participaron en el proyecto X-2, entre ellas Mitsubishi Heavy Industries Ltd., y el 93 por ciento del prototipo se realizó en Japón.

Sin embargo, el Ministerio de Defensa ya ha recibido respuestas de tres empresas extranjeras después de que se emitiera una solicitud de información (RFI).

La propuesta presentada por Lockheed Martin Corp. de Estados Unidos era un modelo híbrido que combinaría las capacidades de ocultación  de su avión F-35 en el cuerpo del F-22, considerado el avión de combate más fuerte del mundo.

Además, la propuesta de Lockheed Martin decía que las empresas japonesas serían responsables de más de la mitad del trabajo de desarrollo y producción.

La propuesta ideal: avión híbrido de F-35 y F-22. 

Las otras propuestas que llegaron fueron presentadas por Boeing Corporation y la británica BAE Systems.

Independientemente del avión de combate que se desarrolle, el Ministerio de Finanzas estará atento para asegurarse que los costes no se disparen.

Se espera que el presupuesto para el nuevo avión de combate ascienda a billones de yenes. Este gasto se sumaría a los seis años consecutivos de aumentos en el presupuesto de defensa.

La cifra inicial para el gasto de defensa en el año fiscal actual fue de 5.191 billones de yenes (46.000 millones de dólares). (Source/Photo: The Ashai Shimbun)