Por Michael Peck - The National Interest
En una sociedad cuya población es tan anciana que los niños robots sustituyen a los de verdad, no es sorprendente encontrar una falta de jóvenes que se unan a las fuerzas armadas.
Sin embargo, Japón está descubriendo que los robots no son un sustituto para que la gente conserve su ejército.
La Fuerza de Autodefensa de Japón no ha podido cumplir sus objetivos de reclutamiento desde 2014. En marzo de 2018, estaba casi un 10 por ciento por debajo de su fuerza presupuestada de 247.154 efectivos. El personal alistado, que tiende a ser más joven, estaba un 26 por ciento por debajo de su nivel previsto en el presupuesto.
“Las mesas de reclutamiento vacías y las personas desinteresadas son cada vez más comunes para las JSDF, ya que los problemas demográficos y la robusta economía del país han creado lo que algunos expertos en defensa llaman una -crisis silenciosa- para el reclutamiento militar”, según el diario Japan Times. “En medio de una baja tasa de natalidad sin precedentes, el número de japoneses de 18 a 26 años de edad, -el núcleo de la reserva de reclutamiento- se ha reducido de 17 millones en 1994 a los 11 millones actuales. Se pronostica que ese grupo se reducirá a 7,8 millones en los próximos 30 años”.
Hideshi Tokuchi, ex viceministro de Defensa, advierte que la falta de soldados tendrá sus consecuencias. “La escasez de mano de obra afectará la eficiencia operativa. Hay más que hacer con menos gente y no creo que haya una solución fácil”.
El reclutamiento está prohibido por la constitución japonesa, por lo que los militares intentan compensar la disminución, elevando la edad máxima para los nuevos reclutas y reclutando a más mujeres. Las mujeres solo representan alrededor del 6 por ciento de las fuerzas de Autodefensa, en comparación con el 15 por ciento en Estados Unidos y el 10 por ciento en Gran Bretaña.
Los problemas de Japón no son únicos. Las tasas de natalidad están cayendo en Europa y también en Rusia (en 2017 un 10,7 por ciento menos). En Estados Unidos la tasa de natalidad ha caído a su nivel más bajo en treinta años. En muchas naciones, el atractivo de una lucrativa carrera civil, supera el esplendor de un uniforme militar.
Sin embargo, Japón trabaja además, bajo la carga del pasado. El servicio militar no ha sido popular en el Japón posterior a la Segunda Guerra Mundial, todavía perseguido por los espectros del fascismo y las bombas atómicas. La constitución japonesa, formada por la ocupación estadounidense, prohíbe la guerra, mientras que el ejército imperial se convirtió en una dócil “Fuerza de Autodefensa”.
La crisis de personal de Japón plantea una pregunta interesante: ¿cuántos soldados necesita reclutar una nación para mantener su poder militar? Antes de la Primera y Segunda Guerra Mundial, Francia era muy consciente de que Alemania tenía una población más grande para mantener un ejército más grande. Así, la Línea Maginot, que ha pasado a la historia como una locura, aunque en realidad fue un intento racional de utilizar el hormigón y el acero para compensar la falta de hombres.
Hasta cierto punto, Japón está protegido de lo peor de la demografía militar. No es probable que emprenda una guerra terrestre en Asia o que comprometa a sus tropas en campañas masivas en el extranjero, como la de Estados Unidos en Irak. Cualquier conflicto con China sería probablemente una lucha naval-aérea que involucraría a barcos y aviones, con quizás un par de brigadas de infantes de marina para apoderarse o defender las bases de las islas. Este tipo de guerra requiere un número limitado de personal cualificado para operar y mantener aeronaves y buques.
Y, quizás una nación tan enamorada de los robots desarrollará autómatas de combate para hacer el trabajo sucio. Pero a menos que la naturaleza de la guerra cambie realmente, Japón todavía necesitará suficientes jóvenes para mantener en marcha su máquina militar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario