La cumbre del G-20: Entre el 30 de noviembre y el 1º de diciembre próximos se realizará en la Argentina la reunión de los principales jefes de Estado y las calles porteñas serán escenario de un despliegue de seguridad cuya magnitud no tiene antecedentes en nuestro país Crédito: Ricardo Pristupluk
Por Daniel Gallo - La Nación
Dentro de un mes, Buenos Aires estará en el centro del mundo. Durante 48 horas, las noticias transmitidas desde la ciudad marcarán la agenda internacional. Entre el 30 de noviembre y el 1º de diciembre, los principales jefes de Estado se reunirán aquí, en la cumbre del G-20 . Será un escenario político nunca visto en el país. Dos días que modificarán todas las rutinas. Incluso habrá un feriado especial como parte de un operativo de seguridad cuya magnitud no tiene antecedentes locales. Más de 25.000 policías estarán directamente encargados de dar protección a los mandatarios, que dispondrán de otros 5000 custodios que llegarán con las delegaciones.
La ciudad tendrá otro movimiento esos días. Más de 25 "cápsulas" presidenciales -grupos de más de veinte vehículos, con patrullas armadas y hasta una ambulancia- contarán con absoluta prioridad de paso, los vuelos estarán restringidos y los trenes no llegarán a las cabeceras de Retiro. "Si alguien tiene la posibilidad de pasar unos días fuera de la ciudad, sería bueno que lo hiciese", resumió un funcionario porteño que se prepara para la cita.
Por Daniel Gallo - La Nación
Dentro de un mes, Buenos Aires estará en el centro del mundo. Durante 48 horas, las noticias transmitidas desde la ciudad marcarán la agenda internacional. Entre el 30 de noviembre y el 1º de diciembre, los principales jefes de Estado se reunirán aquí, en la cumbre del G-20 . Será un escenario político nunca visto en el país. Dos días que modificarán todas las rutinas. Incluso habrá un feriado especial como parte de un operativo de seguridad cuya magnitud no tiene antecedentes locales. Más de 25.000 policías estarán directamente encargados de dar protección a los mandatarios, que dispondrán de otros 5000 custodios que llegarán con las delegaciones.
La ciudad tendrá otro movimiento esos días. Más de 25 "cápsulas" presidenciales -grupos de más de veinte vehículos, con patrullas armadas y hasta una ambulancia- contarán con absoluta prioridad de paso, los vuelos estarán restringidos y los trenes no llegarán a las cabeceras de Retiro. "Si alguien tiene la posibilidad de pasar unos días fuera de la ciudad, sería bueno que lo hiciese", resumió un funcionario porteño que se prepara para la cita.
Los incidentes del miércoles pasado frente al Congreso, con extranjeros detenidos, parecen señalar que a ambos lados de las vallas comenzó la carrera hacia la cumbre del G-20 . En el encuentro del año pasado en Hamburgo hubo duros choques entre manifestantes y policías. Los responsables argentinos de la seguridad recabaron enseñanzas de esa reunión en Alemania, donde los disturbios no se focalizaron en los alrededores del evento presidencial, sino que se generalizaron en toda la ciudad. Para prevenir esa situación se desplegarán 15 grupos antitumultos fuera de la zona central de la cumbre.
La actividad violenta de manifestantes antiglobalización es la preocupación más cercana para los funcionarios que analizan cada paso de la cumbre. Hay planes de contingencia incluso para un ataque con armas químicas -los Estados Unidos donaron carpas y equipos para una emergencia de ese tipo-, pero el foco real de la inquietud oficial es qué pasará en las calles.
Tal como ocurre en toda cumbre de estas características, la seguridad se prepara para disuadir o frenar otra clase de ataques más directos, incluso con una zona de prohibición de vuelo en un radio de 45 kilómetros -no habrá vuelos en el Aeroparque desde las 15 del jueves 29, Ezeiza tendrá un cronograma especial y se utilizarán inhibidores de drones, cuyo uso en la zona de movimiento de las comitivas estará totalmente prohibido- y patrullas aéreas de combate, con cazas A4 y Super Etendart, habilitados por un decreto especial para el derribo de aeronaves intrusas. Algo similar sucedió en la Cumbre de las Américas celebrada en Mar del Plata en 2005. Allí, la vigilancia aérea estuvo a cargo de aviones-radar Awacs de los Estados Unidos. Ahora se usarán otros tres Awacs norteamericanos.
El presidente norteamericano, Donald Trump ; el ruso, Vladimir Putin , y el chino, Xi Jinping , contarán con las mayores comitivas de seguridad propias. Las autoridades argentinas hacen equilibrio entre los pedidos de esas tres delegaciones, que quieren llegar en igualdad numérica de agentes; fuentes oficiales estiman que cada mandatario arribará con 1500 guardaespaldas. No todos estarán visibles; la mayoría se quedarán dentro de los hoteles reservados por sus embajadas, porque la protección de los líderes del mundo estará en manos de las fuerzas argentinas.
El Ministerio de Seguridad empezó a planear el operativo hace un año. Y se eligió para la cumbre un lugar que tuviera buenas condiciones de vigilancia y un impacto urbano disminuido. El predio de Costa Salguero cumplió con esos requisitos, con un flanco en el Río de la Plata y una amplia zona deshabitada.
La experiencia de la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en diciembre pasado desalentó usar como sede Puerto Madero, el Centro de Exposiciones y Convenciones de la Ciudad y el Centro Cultural Kirchner. El censo que se realizó entonces para conocer a los habitantes de la zona alteró a los vecinos, según reconocieron funcionarios que participaron de la coordinación de las reuniones internacionales. Costa Salguero no tiene esas complicaciones, aunque tiene algunas particularidades que toma en cuenta la seguridad nacional. En ese lugar estará el eje central del sistema de protección.
Tres anillos
Según los análisis previos, se espera que una importante manifestación intente acercarse a Costa Salguero. La zona estará blindada como nunca se vio. Habrá tres anillos de seguridad; el más externo bloqueará los márgenes más cercanos a la zona portuaria de la villa 31, tendrá un puesto fuerte en la calle Salguero detrás del Paseo Alcorta y alcanzará los ingresos a la Ciudad Universitaria. Frente al predio de la UBA, en Parque Norte, se instalará el centro de prensa. En el anillo exterior se ubicarán la Policía de la Ciudad y los destacamentos móviles de la Gendarmería, que será el "músculo" principal frente a posibles disturbios. En el interior del perímetro se fortificará un segundo anillo de control, con unidades de gendarmes, mientras que las inmediaciones de la sede estarán bajo control de la Policía Federal.
La Prefectura tendrá la responsabilidad de resguardar la costa y el río, donde operará el grupo de seguridad y buzos tácticos Albatros con 23 embarcaciones, entre ellas, las dos lanchas artilladas Shaldag recientemente adquiridas a Israel, que cuentan con ametralladoras pesadas calibre 50. Más alejados estarán fondeados dos navíos de la Armada con capacidad antiaérea.
Entrenamiento intensivo: Los integrantes de las unidades tácticas del GEOF, el grupo de elite de la Policía Federal, tendrán directa participación en la protección más cercana de los jefes de Estado durante el evento; las inmediaciones de los lugares de reunión y alojamiento serán protegidas por fra Crédito: Ricardo Pristupluk
Las autoridades nacionales saben que fuera de las aguas argentinas fondeará una fuerza naval norteamericana, con un portaaviones, movimiento habitual en visitas de presidentes de los Estados Unidos.
En los puestos de chequeo de cada anillo se instalarán escáneres controlados por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). China entregó 30 equipos especiales para detectar potenciales peligros entre las pertenencias de quienes tengan acceso a la zona vigilada. La seguridad de la cumbre es responsabilidad primaria del país anfitrión, pero hay mucha colaboración en los preparativos. Más allá de la donación de equipos, como los camiones de comunicaciones cedidos por los Estados Unidos, resultó importante el intercambio de experiencias con Brasil y sus trabajos para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y el Mundial 2014,y con los encargados de seguridad de las reuniones del G-20 realizadas en China, Alemania y Australia. El Comando Sur norteamericano aportó, entre otros elementos, entrenamiento especial a francotiradores argentinos. Entre las nuevas amenazas a resolver se encuentran los ciberataques, y buena parte de la capacitación en ese tema estuvo a cargo de especialistas británicos.
Sospechosos marcados
A la oficina de la ministra Patricia Bullrich llegan datos de sospechosos "marcados" por la seguridad de cada país. Como en el fútbol local, se aplicará un sistema de "tribuna segura": prohibirán el ingreso a la Argentina de todo extranjero que esté en la lista de violentos. Ya figuran más de 2000 nombres de detenidos en las últimas cumbres.
La fantasmagórica presencia del Black Block siempre es una amenaza en grandes reuniones internacionales. Es un grupo radicalizado incluso dentro del anarquismo. Son los "sospechosos de siempre". Habían anunciado su presencia en Mar del Plata 2005, cuando Hugo Chávez llamó a chocar contra la visión de George Bush y su ALCA, pero faltaron. A las autoridades locales les preocupa más la información que llega desde Chile sobre los preparativos de un sector anarquista. Avisan que la protección de las zonas seguras no será pasiva.
Están invitados a la cumbre los jefes de Estado de Alemania, Arabia Saudita, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Reino Unido, Sudáfrica, Turquía y de la Unión Europea. También participarán los líderes de España, Chile y Holanda, además de los titulares de los principales organismos internacionales. Alrededor de todos los hoteles de cinco y cuatro estrellas porteños habrá dispositivos especiales de seguridad, incluso en uno de Pilar. Los cortes de calles serán anunciados en las próximas semanas. El movimiento cotidiano no será fácil. La ciudad estará blindada.
Uno de los lugares claves a vigilar sería el Teatro Colón, donde está previsto que el presidente Mauricio Macri sea anfitrión de la cena oficial la noche del viernes 30, aunque el lugar de esa recepción será confirmado pocos días antes de la cumbre por razones de seguridad. En caso de optarse por ese lugar, en la 9 de Julio se montará un fortificado sistema de anillos de vigilancia.
El operativo de seguridad general comenzará algunos días antes del inicio oficial de la cumbre del G-20, dado que los presidentes empezarán a llegar a la Argentina a partir del miércoles 28 de noviembre. Uno de los primeros en arribar será Trump, con sus dos famosas limusinas blindadas y tres helicópteros pesados del cuerpo de Marines. Además de los líderes mundiales, más de 10.000 delegados y periodistas llegarán a Buenos Aires para esta cita histórica.
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