Visita oficial
Es el primer viaje que hace a Sudámerica. Llegó el domingo a Brasil. Su siguiente escala es Buenos Aires, donde será recibido por el ministro Oscar Aguad.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis (der), durante un anuncio en Virginia. / XINHUA ARCHIVO
Por Paula Lugones - Clarín
El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, comenzó en Brasil su primera visita oficial a Sudamérica con el objetivo de “estrechar alianzas” entre las Fuerzas Armadas estadounidenses y de varios países de la región. El martes llega a la Argentina, donde será recibido por el ministro Oscar Aguad.
“El objetivo es ser socios de otros militares en la región, algo muy transparente, nada escondido. Buscamos una sociedad de mutuo beneficio”, dijo el ministro a un grupo de corresponsales --entre ellos Clarín-- que viaja en el avión con el funcionario y su comitiva. Es claro que la influencia de China y Rusia en la región, así como la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, tendrán fuerte peso en la agenda.
Mattis despegó de la Base Andrews, cerca de Washington, y aterrizó el domingo al atardecer en Brasilia en un 747 oficial, especialmente acondicionado para uso militar, sin ventanas, pantallas gigantes, computadoras y sofisticados equipos de comunicación manejados por personal uniformado.
En esta capital se reúne con el canciller Aloysio Nunes y su par de Defensa, Joaquim Silva e Luna, y por la tarde parte hacia Río de Janeiro, donde visitará la Escuela de Guerra. El martes por la tarde llega a Buenos Aires y el miércoles ya parte para Santiago de Chile para terminar la gira el viernes en Bogotá.
La visita de Mattis a la Argentina será breve y la única actividad oficial pactada es una reunión el miércoles cerca del mediodía con su par Aguad.
El viaje del funcionario estadounidense es el primero a la región y, además de estrechar relaciones entre los militares, busca sentar pie en una zona donde Estados Unidos siente que está perdiendo influencia.
El Pentágono ve cómo Rusia, pero sobre todo China, se han convertido en los últimos años en un contrapeso para su tradicional presencia.
El gobierno de Barack Obama había estado focalizado más en Asia y Latinoamérica perdió interés, sobre todo en momentos en que estaba gobernada por líderes que acusaban a EE.UU. de imperialismo.
“Se han visto poderes externos actuando en Latinoamérica”, dijo Mattis a los corresponsales a bordo de su avión, pero rechazó que la relación de otros Estados con Beijing y Moscú suponga un ataque a Washington. “No veo lo que otros países están haciendo con otras naciones como algún tipo de ataque en nuestra contra. Esas son decisiones soberanas tomadas por Estados soberanos”.
Mattis señaló, sin embargo, que la situación podría ser preocupante si los estados perdieran soberanía. “Existe más de una manera de perder soberanía en este mundo... puede deberse a países que llegan con regalos o préstamos”, dijo Mattis en clara referencia al gigante asiático, que en los últimos años ha multiplicado su inversión en Latinoamérica.
“No queremos ver a los países recibiendo grandes préstamos que luego no pueden pagar y pierden soberanía política. O los grandes proyectos en los que los países no pueden colocar a sus trabajadores locales. Queremos que cada país decida lo suyo”, dijo. El ministro resaltó, sin embargo, que por las conversaciones que habían mantenido con sus colegas en los países que visita en esta gira, “hemos visto cero impacto de China o Rusia”.
Consultado sobre si existe particular preocupación por la estación de control para satélites y misiones espaciales en Quintuco, Neuquén, construida por los chinos, el ministro dijo que “el espacio va a comenzar a ser crecientemente importante en las economías en el mundo por el flujo la información, por la observación de los parámetros del tiempo: es la nueva frontera”. Sin embargo, y pese a que Estados Unidos acaba de lanzar un proyecto de creación de una fuerza espacial, Mattis dijo que esta iniciativa nada tiene que ver con la estación china en la Patagonia.
La llegada del ministro coincide también con el inicio de las nuevas directivas anunciadas por el gobierno de Mauricio Macri para las fuerzas armadas, que suman a las funciones tradicionales la lucha contra el terrorismo internacional y los ciberataques, y también un mayor apoyo a las fuerzas de seguridad para el combate al narcotráfico, el contrabando, la trata de personas, la piratería y otros crímenes transnacionales en América del Sur. Esta iniciativa –que levantó polémica porque extiende el rol de las FFAA más allá de combatir ataques de otros estados-- está en sintonía con las prioridades de Estados Unidos en la región.
Washington observa cómo el continente se convirtió en una zona prácticamente sin conflictos limítrofes tradicionales, pero crecieron las llamadas “nuevas amenazas” como el terrorismo internacional, el narcotráfico y el lavado de dinero. Precisamente el próximo viernes, el presidente Macri lanzará el operativo en el Norte con el envío de 500 soldados a patrullar las fronteras de Misiones y Formosa para dar apoyo logístico a Prefectura y Gendarmería en el combate contra el narcotráfico y el contrabando.
Se estima que la visita de Mattis apuntará al combate de esas nuevas amenazas, ya que estas formas complejas del delito, incluido los del ciberespacio, preocupan a toda la región. Creen que la gira del ministro puede ser el punto de partida de un “sistema colaborativo” trasnacional. El intercambio de datos e información de inteligencia es clave en la lucha de estos crímenes, señalan desde el Pentágono. Otros de los temas que serán abordados será la cooperación a nivel de fuerzas de paz y de auxilio ante catástrofes naturales.
Mattis recalcó la buena relación que existe con la gran mayoría de los países de Sudamérica, gracias a que “prácticamente todos ellos”, apuntó, “respetan los derechos humanos, las leyes y las relaciones pacíficas entre vecinos”. “Pero no todos lo hacen y, por eso, una de las razones de este viaje es asegurarnos de que aquellos que son democráticos, que creen en esos valores fundamentales, son conscientes de que cuentan con un socio en el plano militar”. La situación en Venezuela será otro de los ejes de la gira, sobre todo en Brasil y Colombia.
La Casa Blanca declaró el 2018 como el “año de las Américas”, aunque el presidente Donald Trump aún no viajó a la región. Iba a hacerlo en abril de año pasado, pero canceló su participación en la Cumbre de las Américas en Perú, supuestamente para preparar una acción militar contra Siria. Según anunció, visitará Buenos Aires a fines de noviembre para la Cumbre del G.20, aunque con Trump nunca se sabe.
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