Permanecerá en Buenos Aires pocas horas y en principio solo verá a su par Oscar Aguad.
Paula Lugones - Clarín
El secretario de Defensa estadounidense James Mattis avanza en su gira por cuatro países de Sudamérica y esta tarde aterrizará en la Argentina donde buscará, entre varios objetivos, vender equipamiento militar para neutralizar la competencia de China en la región.
El jefe del Pentágono llega a Ezeiza en un inmenso Boeing 747 equipado con sofisticados sistemas de comunicación, una aeronave que está diseñada para ser refugio presidencial en emergencias o ataques, incluso una ofensiva nuclear. Lo acompaña una nutrida comitiva que incluye altos mandos militares, funcionarios civiles del gobierno de Donald Trump y un reducido grupo de periodistas con base en Washington, entre ellos Clarín.
Mattis viene desde Brasilia y Río de Janeiro, donde se entrevistó con el canciller y el ministro de Defensa. Permanecerá en Buenos Aires pocas horas, ya que su agenda en principio solo contempla por ahora una reunión con su par Oscar Aguad cerca del mediodía del miércoles. Inmediatamente partirá hacia Santiago de Chile y luego a Bogotá. El viernes regresa a Washington.
El lugarteniente general Charles Hooper, director de la Agencia de Cooperación del Ministerio de Defensa (DSCA), viaja en la comitiva y, de la mano de Mattis, es el encargado de buscar “nuevos socios” para la cooperación de seguridad y vender equipamiento militar. “Queremos suministrar los mejores equipos del mundo a un precio justo y de forma rápida a través de un sistema incorruptible”, enfatiza el uniformado en una charla con los periodistas a bordo del avión oficial.
“Este viaje es para escuchar y trabajar con nuestros socios. Tenemos una relación muy robusta con Argentina y queremos fortalecerla. Veremos que dicen nuestros socios argentinos, observaremos sus preocupaciones y pedidos”, señaló.
Cuando se le pregunta si ve a China como un directo competidor regional, Hooper enfatiza la diferencia entre el producto que venden. “Tenemos un compromiso a largo plazo, una sociedad a largo plazo, hay desarrollo de recursos de capital y humanos. Estos factores nos diferencian de algunos de nuestros competidores”, señala Hooper. Y menciona que Estados Unidos ofrece “alta calidad en los equipos más un paquete integral que incluye capacitación, entrenamiento en derechos humanos, en cuestiones jurídicas y hasta idiomas”.
Los chinos no se quedan pasivos frente a esto. Trascendió que el mes próximo llegaría a la argentina una comitiva del Ministerio de Defensa chino para tratar de cerrar acuerdos de producción conjunta de buques y aviones militares en nuestro país. Esta puja se da en un momento en que la Argentina ha reducido al máximo la compra de material y equipamiento militar por problemas presupuestarios.
En los últimos años, China ha venido ocupando un espacio en inversión e infraestructura militar que resignó Estados Unidos, que miraba más bien hacia Asia y no hacia Latinoamérica, donde había varios gobiernos que acusaban a Washington de ser imperialista.
Mattis llega optimista desde Brasil donde las reuniones han sido “muy exitosas”. Allí se abordó el tema de la base de Alcántara, cuyo uso comercial interesa a varias potencias espaciales porque se encuentra muy próxima a la órbita geoestacionaria y garantiza un ahorro de cerca del 30% en el combustible usado para los lanzamientos. El ministro dijo a los periodistas en el avión que se estaba a punto de llegar un acuerdo para que Estados Unidos pudiera utilizarla, algo que había sido rechazado en el pasado por el Congreso brasileño.
Entre los temas que seguramente serán conversados en la Argentina figuran también la situación en Venezuela, la colaboración en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico y la participación en operaciones de paz, entre otros.
El secretario de Defensa de EEUU, general retirado de los Marines James Mattis (REUTERS)
Paula Lugones - Clarín
El secretario de Defensa estadounidense James Mattis avanza en su gira por cuatro países de Sudamérica y esta tarde aterrizará en la Argentina donde buscará, entre varios objetivos, vender equipamiento militar para neutralizar la competencia de China en la región.
El jefe del Pentágono llega a Ezeiza en un inmenso Boeing 747 equipado con sofisticados sistemas de comunicación, una aeronave que está diseñada para ser refugio presidencial en emergencias o ataques, incluso una ofensiva nuclear. Lo acompaña una nutrida comitiva que incluye altos mandos militares, funcionarios civiles del gobierno de Donald Trump y un reducido grupo de periodistas con base en Washington, entre ellos Clarín.
Mattis viene desde Brasilia y Río de Janeiro, donde se entrevistó con el canciller y el ministro de Defensa. Permanecerá en Buenos Aires pocas horas, ya que su agenda en principio solo contempla por ahora una reunión con su par Oscar Aguad cerca del mediodía del miércoles. Inmediatamente partirá hacia Santiago de Chile y luego a Bogotá. El viernes regresa a Washington.
El lugarteniente general Charles Hooper, director de la Agencia de Cooperación del Ministerio de Defensa (DSCA), viaja en la comitiva y, de la mano de Mattis, es el encargado de buscar “nuevos socios” para la cooperación de seguridad y vender equipamiento militar. “Queremos suministrar los mejores equipos del mundo a un precio justo y de forma rápida a través de un sistema incorruptible”, enfatiza el uniformado en una charla con los periodistas a bordo del avión oficial.
“Este viaje es para escuchar y trabajar con nuestros socios. Tenemos una relación muy robusta con Argentina y queremos fortalecerla. Veremos que dicen nuestros socios argentinos, observaremos sus preocupaciones y pedidos”, señaló.
Cuando se le pregunta si ve a China como un directo competidor regional, Hooper enfatiza la diferencia entre el producto que venden. “Tenemos un compromiso a largo plazo, una sociedad a largo plazo, hay desarrollo de recursos de capital y humanos. Estos factores nos diferencian de algunos de nuestros competidores”, señala Hooper. Y menciona que Estados Unidos ofrece “alta calidad en los equipos más un paquete integral que incluye capacitación, entrenamiento en derechos humanos, en cuestiones jurídicas y hasta idiomas”.
Los chinos no se quedan pasivos frente a esto. Trascendió que el mes próximo llegaría a la argentina una comitiva del Ministerio de Defensa chino para tratar de cerrar acuerdos de producción conjunta de buques y aviones militares en nuestro país. Esta puja se da en un momento en que la Argentina ha reducido al máximo la compra de material y equipamiento militar por problemas presupuestarios.
En los últimos años, China ha venido ocupando un espacio en inversión e infraestructura militar que resignó Estados Unidos, que miraba más bien hacia Asia y no hacia Latinoamérica, donde había varios gobiernos que acusaban a Washington de ser imperialista.
Mattis llega optimista desde Brasil donde las reuniones han sido “muy exitosas”. Allí se abordó el tema de la base de Alcántara, cuyo uso comercial interesa a varias potencias espaciales porque se encuentra muy próxima a la órbita geoestacionaria y garantiza un ahorro de cerca del 30% en el combustible usado para los lanzamientos. El ministro dijo a los periodistas en el avión que se estaba a punto de llegar un acuerdo para que Estados Unidos pudiera utilizarla, algo que había sido rechazado en el pasado por el Congreso brasileño.
Entre los temas que seguramente serán conversados en la Argentina figuran también la situación en Venezuela, la colaboración en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico y la participación en operaciones de paz, entre otros.
El tema con estas visitas, de Mattis y de los chinos, es que se como lanzar semillas entre las piedras. Acá ya no saben qué más ajustar. Reventaron un impuesto que repartía miles de millones con las provincias, entre otras tantas cosas. Veo como muy difícil que este gobierno, o cualquier otro dada las circunstancias, pueda comprar armas y equipos. Salvo que vengan regalados pagando solo el traslado, no creo que se puedan incorporar armas.
ResponderEliminarSi bien es cierta la calidad de los productos yanquis, no es menos cierto que esto te deja en una situación de vulnerabilidad frente a los embargos, tal como paso en los 70s con los yanquis y últimamente con los británicos.
EEUU tiene muchas cosas que nos hacen falta en armamento, pero no creo que estemos en situacion de poder comprar armas verdaderamente nuevas y útiles para mejorar nuestra defensa. Los Texan son modernos para su categoría, pero no es el tipo de aviones que hagan la diferencia a nuestro favor en el barrio.