Gira Sudamericana
Una periodista de Clarín viaja en la aeronave, con el ministro de Defensa norteamericano.
Por Paula Lugones - Clarín
En la base militar Andrews, a pocos kilómetros de Washington DC, se ven estacionados la mayoría de los aviones oficiales, bien a mano para los múltiples traslados del presidente de los Estados Unidos. Allí está el famoso Air Force One y otros tantos que son utilizados por los funcionarios. Pero el más inmenso de la flota asoma imponente entre todos: se trata del llamado “Doomsday plane”, (el avión del Día del Juicio Final), la aeronave estadounidense de aspecto tosco pero ultrasofisticada que puede ser utilizada hasta en un ataque nuclear. Este avión arribará a la Argentina este martes por la tarde con el ministro de Defensa de EE.UU., James Mattis, y con un reducido grupo de periodistas a bordo, entre ellos esta corresponsal.
Este Boeing 747 (Jumbo) tiene desde afuera el aspecto de un avión de uso comercial, pero adentro está completamente reconvertido y es como volar en un cuartel militar. Los expertos comparan al Air Force One (un VC-25 que suele llevar y traer a los jefes de la Casa Blanca) con este enorme aparato de tres pisos, 131 metros de largo y 6 de ancho: “Si el primero es un Mercedes Benz, el otro es un poderoso Humvee. Es como un avión de guerra envuelto en un papel civil de regalo”, explican.
Esto se nota con solo poner un pie en el avión. Se ingresa por una escalerilla a la “panza” de la aeronave y ya se advierte que los periodistas no viajarán en cómoda clase ejecutiva, como esta cronista alguna vez comprobó personalmente en el Air Force One, ni habrá vajilla delicada con el escudo presidencial ni comidas gourmet. Tampoco hay ventanas para admirar el paisaje exterior porque han sido bloqueadas y bajo una luz fría y fluorescente se pierde la noción del tiempo.
Se entienden estas modificaciones: esta aeronave cuyo interior se parece a una oficina repleta de equipos de comunicaciones, copada por uniformados, está concebida como para que el presidente de los Estados Unidos o el ministro de Defensa puedan estar informados constantemente y en tiempo real ante cualquier emergencia en cualquier parte del mundo. Es el avión –hay otros iguales distribuidos en otras partes del país, por las dudas—al que debe subirse el jefe de la Casa Blanca inmediatamente en caso de ataque o catástrofe. Aunque el presidente viaja habitualmente en el Air Force One, el “Doomsday” acompaña al mandatario en sus traslados al exterior.
El avión no es nuevo: fue construido en 1970, a poco de que la Boeing lanzara este modelo que sorprendió al mundo y que enseguida los militares estadounidenses reconvirtieron en una sala de guerra. La aeronave tiene adelante una zona donde circulan los funcionarios, con austeras oficinas y salas de reuniones donde el secretario Mattis recibe a los periodistas. Se ven teléfonos, pantallas donde se observa el desplazamiento del avión, que también están ubicadas en la zona media donde está la prensa. Hay relojes en las paredes con la hora de Washington y otros destinos y varias computadoras y teléfonos. En la parte de atrás, la más amplia de la aeronave, se ven a decenas de uniformados, algunos con mamelucos verdes, que manejan computadoras y equipos de comunicación en forma constante. Si quisiera, el ministro Mattis podrá comunicarse desde allí mismo con algún submarino estadounidense en aguas profundas. En el avión hay wifi, que solo puede ser utilizado por las ultrachequeadas computadoras de uso oficial.
Este avión llegará este martes a la tarde a la Argentina, donde reposará por varias horas hasta que parta el miércoles rumbo a Santiago de Chile.
Una periodista de Clarín viaja en la aeronave, con el ministro de Defensa norteamericano.
El “Doomsday plane”, (avión del Día del Juicio Final) que traslada al secretario de Defensa estadounidense, James Mattis. (Foto: Prensa)
Por Paula Lugones - Clarín
En la base militar Andrews, a pocos kilómetros de Washington DC, se ven estacionados la mayoría de los aviones oficiales, bien a mano para los múltiples traslados del presidente de los Estados Unidos. Allí está el famoso Air Force One y otros tantos que son utilizados por los funcionarios. Pero el más inmenso de la flota asoma imponente entre todos: se trata del llamado “Doomsday plane”, (el avión del Día del Juicio Final), la aeronave estadounidense de aspecto tosco pero ultrasofisticada que puede ser utilizada hasta en un ataque nuclear. Este avión arribará a la Argentina este martes por la tarde con el ministro de Defensa de EE.UU., James Mattis, y con un reducido grupo de periodistas a bordo, entre ellos esta corresponsal.
El “Doomsday plane” (avión del Día del Juicio Final) que traslada al secretario de Defensa estadounidense, James Mattis. (Foto: Prensa)
Este Boeing 747 (Jumbo) tiene desde afuera el aspecto de un avión de uso comercial, pero adentro está completamente reconvertido y es como volar en un cuartel militar. Los expertos comparan al Air Force One (un VC-25 que suele llevar y traer a los jefes de la Casa Blanca) con este enorme aparato de tres pisos, 131 metros de largo y 6 de ancho: “Si el primero es un Mercedes Benz, el otro es un poderoso Humvee. Es como un avión de guerra envuelto en un papel civil de regalo”, explican.
Esto se nota con solo poner un pie en el avión. Se ingresa por una escalerilla a la “panza” de la aeronave y ya se advierte que los periodistas no viajarán en cómoda clase ejecutiva, como esta cronista alguna vez comprobó personalmente en el Air Force One, ni habrá vajilla delicada con el escudo presidencial ni comidas gourmet. Tampoco hay ventanas para admirar el paisaje exterior porque han sido bloqueadas y bajo una luz fría y fluorescente se pierde la noción del tiempo.
Se entienden estas modificaciones: esta aeronave cuyo interior se parece a una oficina repleta de equipos de comunicaciones, copada por uniformados, está concebida como para que el presidente de los Estados Unidos o el ministro de Defensa puedan estar informados constantemente y en tiempo real ante cualquier emergencia en cualquier parte del mundo. Es el avión –hay otros iguales distribuidos en otras partes del país, por las dudas—al que debe subirse el jefe de la Casa Blanca inmediatamente en caso de ataque o catástrofe. Aunque el presidente viaja habitualmente en el Air Force One, el “Doomsday” acompaña al mandatario en sus traslados al exterior.
El avión no es nuevo: fue construido en 1970, a poco de que la Boeing lanzara este modelo que sorprendió al mundo y que enseguida los militares estadounidenses reconvirtieron en una sala de guerra. La aeronave tiene adelante una zona donde circulan los funcionarios, con austeras oficinas y salas de reuniones donde el secretario Mattis recibe a los periodistas. Se ven teléfonos, pantallas donde se observa el desplazamiento del avión, que también están ubicadas en la zona media donde está la prensa. Hay relojes en las paredes con la hora de Washington y otros destinos y varias computadoras y teléfonos. En la parte de atrás, la más amplia de la aeronave, se ven a decenas de uniformados, algunos con mamelucos verdes, que manejan computadoras y equipos de comunicación en forma constante. Si quisiera, el ministro Mattis podrá comunicarse desde allí mismo con algún submarino estadounidense en aguas profundas. En el avión hay wifi, que solo puede ser utilizado por las ultrachequeadas computadoras de uso oficial.
Este avión llegará este martes a la tarde a la Argentina, donde reposará por varias horas hasta que parta el miércoles rumbo a Santiago de Chile.
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