lunes, 28 de diciembre de 2015

Los éxitos y los fallos de los nuevos desarrollos militares internacionales

Resumen 2015 
Madrid
G. S. Forte
Fuente: Infodefensa

Algunas de las plataformas militares más importantes que se desarrollan actualmente han recibido este año dosis a partes similares de éxitos y fracasos. El siguiente es un resumen de ambas vertientes.

En el cielo han destacado los duelos entre míticos programas, como el de los aviones de combate Rafale y Eurofighter, o el de las aeronaves de suministro de combustible A330 MRTT y KC-46. A ellos se suma la lucha entre los gigantes norteamericanos Boeing y Lockheed Martin, por un lado, y Northrop Grumman, por otro, para hacerse con el suculento programa de 80.000 millones de dólares con el que dotar a Estados Unidos de su futuro bombardero de largo alcance. El contrato acaba de ser adjudicado a Northrop, pero las otras dos compañías están muy lejos de aprobar el resultado. Este asunto va a dar mucho de sí, como lo lleva tiempo dando el señalado enfrentamiento Airbus-Boeing a costa de sus aviones cisterna.

A finales de septiembre el avión de abastecimiento A330 MRTT de la firma europea Airbus logró suministrar a un avión de combate norteamericano de quinta generación F-35, con lo que metió un sonoro gol a su máximo competidor norteamericano, el Boeing KC-46, que apenas 24 horas antes se ufanaba de haber volado por primera vez.

El A330 MRTT es un modelo ya disponible, al contrario que el KC-46, su principal competidor en el mercado, que aún debe esperar hasta 2017 para estar completado. Este último, en cambio, basa parte de sus principales bazas en su mejor precio  y las ventajas que siempre aporta ser el suministrador de la Fuerza Aérea Estadounidense, a la que proveerá de 179 unidades.

En cuanto a la competencia entre Rafale y Eurofighter, aquí el primer paso lo dio este año Francia al lograr vender sus primeros aviones de combate Rafale al exterior. Tras dos décadas de historia del avión en las que no había cuajado ni una sola exportación, dos encargos más se sucedieron en unos pocos meses. Al primero, rubricado en febrero por Egipto y valorado en unos 3.000 millones de euros, le siguió un mes después un compromiso de la India para adquirir 36 por 5.200 millones de euros, y a principios de mayo el contrato por otros 24 para Qatar.

Según explicó su constructor, Dassault, tras la firma del último acuerdo internacional, la firma elevará el ratio anual de producción hasta las once unidades. Además, los nuevos contratos podrán animar a otros países, como Emiratos Árabes Unidos, a optar por este modelo en su reabierto proceso de adquisición de sesenta aviones de combate con los que quiere sustituir a sus Mirage 2000-9. Entre otros posibles compradores internacionales del Rafale también se barajó Kuwait, aunque un anuncio de adquisición de helicópteros H225M Caracal evidenciaba para algunos expertos un intento de compensación por la presumible elección de otro avión.

Finalmente el Eurofighter el que consiguió el compromiso de compra de 28 cazas por unos 7.000 millones de euros para Kuwait. El avión de capital alemán, británico, italiano y español recibió así su gran noticia de 2015, un año que se salda para sus responsables con un balance agridulce.

Por un lado ha logrado mejorar sus capacidades a través de nuevas inversiones que han resultado muy bien acogidas, como la integración del radar E-Scan y la implementación de misiles BrimstoneStorm Shadow y Meteor. La ausencia de algunos de estos avances le llevó con toda probabilidad anteriormente a perder frente al Rafale concursos como el fallado para dotar a la India de nuevos aviones de combate. El caza europeo, que también acaba de mejorar su aerodinámica, ha sido encumbrado además este año por el Instituto de Servicios de Estudios de Defensa y Seguridad del Reino Unido (RUSI) como el mejor caza en servicio del mundo, únicamente superado por el extraordinariamente caro F-22 Raptor estadounidense.

Pero, por otra parte, en 2015 se han conocido nuevos defectos de fabricación similares a los que en el ejercicio anterior llevaron a Alemania a suspender temporalmente los vuelos del Eurofighter. En esta ocasión, ocurrida el pasado octubre, de nuevo Alemania congeló temporalmente las entregas de más unidades por un fallo de producción que afecta a “la conexión entre la aleta y la parte trasera de la aeronave”. Casualmente, unos días después la caída de un depósito externo de una de las unidades alemanas volvió a hacer saltar las alarmas.

El Eurofighter, en todo caso, es un programa probado, con más de cuatro centenares de unidades entregadas y por encima de setecientas encargadas. Este tipo de fallos, de escasa incidencia final, no son tan determinantes como los más graves que han afectado en otro proyecto de avión militar multinacional europeo: el del A400M.

Este año el modelo insignia de Airbus DS sufrió el peor de los contratiempos que puede experimentar un proyecto al que aún le queda mucho desarrollo: una de las aeronaves se estrelló en Sevilla mientras era probada y mató a cuatro de sus tripulantes, trabajadores de la compañía. El desgraciado suceso atrasó aún más las entregas a los clientes, lo que ha llevado a Alemania a sancionar a la compañía, iniciando así un camino que podrían seguir otros de sus, de momento, ocho compradores (siete de ellos socios): Alemania, Francia, Reino Unido, España, Turquía, Bélgica, Luxemburgo y Malasia.

A todo ello se suman los problemas que están encontrando los desarrolladores para conseguir que el avión pueda suministrar combustible en vuelo a helicópteros y lanzar paracaidistas desde sus puertas laterales (sí pueden hacerlo desde el gran portón trasero).

Para este 2016 se auguran mejoras en el proyecto si cuajan las negociaciones iniciadas para vender varias unidades a Egipto e incluso llega algún contrato más, posiblemente de Jordania, México o Emiratos Árabes Unidos, cuyas autoridades se han interesado por el aparato.

Los contratiempos en el A400M, en todo caso, tampoco se salen demasiado de los que afectan a otros grandes proyectos del sector. En el caso del mayor de todos ellos, el del avión de combate de quinta generación norteamericano F-35, los problemas ya son una constante desde hace mucho que este ejercicio se ha visto confirmada con creces. A la lista de fallos que se han sucedido a lo largo de sus catorce años de desarrollo –incluidos algunos que se han tratado de ocultar, como la suspensión de la recepción de motores después de que en la primavera de 2014 ardiese uno montado en un aparato justo antes de despegar o el uso ilegal de piezas chinas para tratar de contener el encarecimiento de la aeronave– se han sumado otros, como la peligrosidad que para los pilotos más ligeros puede constituir su sistema de asiento eyectable, como reconoció el propio Pentágono el pasado octubre. Tampoco resulta menor el anuncio del nuevo primer ministro canadiense, Justin Trudeau, sobre el abandono de su país como participante del proyecto. Canadá, es uno de los nueve socios del programa liderado por la estadounidense Lockheed Martin (los otros son Australia, Dinamarca, Gran Bretaña, Italia, Noruega, Países Bajos y Turquía).

Informes ‘calientes’ sobre el fusil G36

Poniendo los pies en tierra, otros emblemáticos desarrollos armamentísticos tampoco escapan a los fallos. El fusil de asalto G36 es un ejemplo. Las autoridades alemanas llevan meses estudiando varios informes de expertos en los que se afirma que la precisión de este arma fabricada por Heckler & Koch (HK) falla en ambientes calientes o tras una serie de disparos seguidos.

El Ministerio de Defensa del país ya ha anunciado la convocatoria de un concurso a nivel europeo para sustituir los G36 desde 2019 por un arma de “nueva generación”.

En sistemas terrestres durante el año han destacado los avances de programas de blindados como el Scout SV británico, valorado en casi 5.000 millones de euros, que ha pasado a denominarse Ajax; y el Scorpion francés, encargado a Nexter, Renault Trucos Defense y Thales a finales de 2014, por lo que ha sido ahora cuando ha comenzado a andar firmemente este proyecto de construcción de 2.000 vehículos.

El baile de portaaeronaves

En el ámbito naval, este año se ha seguido con interés, a veces asombro, la aventura de los buques portahelicópteros Mistral encargados por Rusia a Francia en 2011. Tras meses de desacuerdo, en los que París se negaba a entregarlos como castigo de Occidente a la posición de Moscú en el conflicto de Ucrania, se alcanzó un acuerdo por el que los buques acabarán vendidos a Egipto (de nuevo El Cairo salva un gran contrato a Francia).

Rusia por su parte, además de vender helicópteros al nuevo usuario de los portahelicópteros que había contratado originalmente, anunció distintos proyectos con los que sustituir a los Mistral que ya nunca le llegarán.

Más firme en el sector de las portaaeronaves es el proyecto italiano de 1.100 millones de euros para un nuevo buque LHD, que ya ha sido encargado a FIncantieri y Finmeccanica, o el de la India, que en tres años espera contar con su primer portaaviones de fabricación nacional.

Son algunos de los grandes proyectos internacionales que continuarán dando de sí durante el nuevo año.

Fotos: Ginés Soriano Forte / Infodefensa.com y DCNS

No hay comentarios:

Publicar un comentario