Más gas a cambio de un avión. Así fue el acuerdo que renegociaron los funcionarios de energía argentinos y bolivianos en febrero pasado.

Y Bolivia cumplió con su parte: en los meses de mayo a septiembre, cuando aumenta la demanda doméstica por el invierno, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) le exportó a la Argentina más volumen de la meta establecida, lo que le permitió al país ahorrar en menor importación de gas líquido, que es más caro.

A comienzo de año, el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, viajó a Santa Cruz de la Sierra con el fin de renegociar el contrato firmado con Bolivia en 2006, cuando apenas comenzaba la crisis energética y el país necesitaba volver a importar gas. Más de 13 años después, la situación es distinta. Gracias a la productividad de Vaca Muerta, a la Argentina le sobra gas en ocho meses del año, pero todavía le hace falta en invierno, cuando la demanda se quintuplica.

En el acuerdo que se renegoció, y que tiene vigencia hasta 2026, se logró que bajen las cantidades importadas en verano, y aumenten las de invierno, estableciéndose un volumen de 11 millones de metros cúbicos por día (m3/d) en los meses de enero a abril y de octubre a diciembre; de 16 millones de m3/d en mayo y septiembre, y de 18 millones de m3/d en junio, julio y agosto.

Adicionalmente, si la oferta de gas se sobrecumplía en 45 millones de m3 durante los cinco meses de mayor demanda (mayo a septiembre), la Argentina se comprometía a entregarle un avión Pampa III de entrenamiento, que está valuado en US$15 millones.

"La idea de darle una avión a Bolivia surgió del Presidente, en agradecimiento por permitir renegociar un contrato que hay que cumplir hasta 2026 y que con los cambios nos permitió ahorrar US$300 millones este año", indicaron en la Secretaría de Energía.

A Lopetegui le pareció una buena idea. El ex-CEO de Latam venía de controlar las empresas públicas del Estado mientras estaba como vicejefe de Gabinete, y conocía las operaciones de la Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (Fadea), encargada de fabricar el avión. Sin embargo sugirió que el Pampa III se diera como incentivo para que Bolivia cumpla con el contrato, ya que en el invierno anterior se había entregado menos gas del estipulado.

"Con entregarnos 45 millones de metros cúbicos de gas extra, la Argentina ya se ahorraba 15 millones de dólares con lo que dejábamos de importar de gas licuado (GNL) y de quemar otros combustibles líquidos. Y Bolivia terminó suministrándonos cuatro veces más esa cantidad", explicaron en Energía, que además señalaron que la entrega de un Pampa III servía también como estrategia de marketing: "Tenemos como objetivo vender los Pampa a otros países, que son de entrenamiento. Al darles uno, lo pueden probar y después nos piden más".

El gas de Bolivia cuesta US$7 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector), mientras que importar el GNL tiene un costo de US$12. Entre los meses señalados, Bolivia entregó 183 millones de metros cúbicos por arriba de la meta, muy superior al incentivo de 45 millones de metros cúbicos.

Con la meta cumplida, ya arrancaron los trámites para la entrega. La cuestión práctica no es menor. Parte de la tecnología del avión es israelita y hace falta un permiso de Israel para que se le entregue el Pampa III a un país que desde 2007 mantiene buenas relaciones con Irán. Por el momento, en Fadea hay unos chasis a medio construir para la Fuerza Aérea Argentina, que podrían tener destino boliviano.(Source/Photo/Author: Sofía Diamante/La Nación)