Esta semana ha sido muy rica en tensiones entre EEUU y Rusia. EEUU ha apuntado repetidamente a la base aérea de Hamaimim, donde Rusia tiene docenas de aviones de combate y helicópteros, y que ha sido objeto de espionaje de aviones estadounidenses y un nuevo ataque fallido con drones. No hace falta decir que lo que EEUU busca es hostigar a Rusia y, obviamente, a Siria tanto como sea posible para evitar que la operación para liberar Idleb se complete con éxito y el Ejército sirio, ayudado por el Irán y Rusia, no se vuelva hacia el Este, donde EEUU está implicado en el robo y contrabando del petróleo sirio.
El martes, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que Rusia preservaría su presencia militar en Siria, en Tartús, pero también en Hamaimim y Qamishli, porque lo que está en juego es la estabilidad de Siria, lo que significa que Rusia está lista para ir a confrontación directa, si es necesario, para mantener su posición en el país, donde se encuentra a invitación de las autoridades sirias. Las defensas antiaéreas del Ejército sirio, secundadas por Rusia, también contrarrestaron un nuevo ataque con drones atribuido a los terroristas, que estuvo precedido por el vuelo de reconocimiento de un Boeing C-135 estadounidense a lo largo de la costa siria.
La agencia SANA afirma que “las unidades de defensa antiaérea siria lograron interceptar y derribar el dron mientras volaba sobre la ciudad de Suqailabiyah el martes por la mañana”. El dron estaba equipado con seis misiles, que deberían haber impactado en el aeropuerto militar de Hama, En su discurso del martes, el presidente ruso dijo que su país estaba a la vanguardia del desarrollo de nuevas armas y tiene sistemas únicos.
En Siria, Rusia ha podido probar esta afirmación. El ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, dijo el martes que la base aérea de Hamaimim ha sido atacada desde el comienzo de 2019 por 53 drones kamikaze y 27 misiles, pero la defensa antiaérea en la base y sus radares pudieron “repelerlos a todos”. Estos ataques superan a los de 2018 y, sin embargo, todos han sido neutralizados. Las instalaciones militares rusas están cubiertas de manera fiable por un sistema de defensa antiaérea y sistemas de guerra electrónica, dijo el ministro ruso. (Source/Photo: Various Media)
El martes, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que Rusia preservaría su presencia militar en Siria, en Tartús, pero también en Hamaimim y Qamishli, porque lo que está en juego es la estabilidad de Siria, lo que significa que Rusia está lista para ir a confrontación directa, si es necesario, para mantener su posición en el país, donde se encuentra a invitación de las autoridades sirias. Las defensas antiaéreas del Ejército sirio, secundadas por Rusia, también contrarrestaron un nuevo ataque con drones atribuido a los terroristas, que estuvo precedido por el vuelo de reconocimiento de un Boeing C-135 estadounidense a lo largo de la costa siria.
La agencia SANA afirma que “las unidades de defensa antiaérea siria lograron interceptar y derribar el dron mientras volaba sobre la ciudad de Suqailabiyah el martes por la mañana”. El dron estaba equipado con seis misiles, que deberían haber impactado en el aeropuerto militar de Hama, En su discurso del martes, el presidente ruso dijo que su país estaba a la vanguardia del desarrollo de nuevas armas y tiene sistemas únicos.
En Siria, Rusia ha podido probar esta afirmación. El ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, dijo el martes que la base aérea de Hamaimim ha sido atacada desde el comienzo de 2019 por 53 drones kamikaze y 27 misiles, pero la defensa antiaérea en la base y sus radares pudieron “repelerlos a todos”. Estos ataques superan a los de 2018 y, sin embargo, todos han sido neutralizados. Las instalaciones militares rusas están cubiertas de manera fiable por un sistema de defensa antiaérea y sistemas de guerra electrónica, dijo el ministro ruso. (Source/Photo: Various Media)
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