Hace mucho que Egipto e “Israel” mantienen una pugna pese a la firma del acuerdo de paz de Camp David, que una mayoría de egipcios continúa rechazando. En la actualidad, Tel Aviv muestra su cólera contra El Cairo pese al mantenimiento del acuerdo. En primer lugar, los egipcios no se han manifestado especialmente entusiasmados con el “acuerdo del siglo”, en especial debido al plan de una transferencia de la población palestina de Gaza al Sinaí, el cual es juzgado imposible de realizar no sólo por la negativa egipcia y palestina al mismo, sino por el rechazo del mundo a semejante proyecto de limpieza étnica. “Israel” ve con preocupación la aproximación entre Gaza y Egipto. Esta semana la fuerza aérea israelí atacó un “convoy militar”, compuesto por tres camiones con armas del que afirmó que se dirigía a Gaza. Los analistas han interpretado este hecho como fruto de la cólera y la confusión israelí. Israel teme, en este sentido, el acercamiento entre Hamas y El Cairo. El sitio israelí Debka, próximo a la Inteligencia Militar israelí, reconoce que la tensión ha estado creciendo entre Tel Aviv y El Cairo y esto ha llevado al régimen israelí a enviar sus sistemas antiaéreos Spyder a Etiopía.
Estos han sido desplegados junto a la controvertida Presa del Renacimiento, una fuente de discordia entre Egipto y Etiopía en los últimos ocho años, ya que puede hacer decrecer las aguas del Nilo que llegan a Egipto. El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, y su gobierno han llevado a cabo esfuerzos dirigidos a convencer a Tel Aviv de que renuncie a tal despliegue, lo cual ha sido rechazado categóricamente por “Israel”. Desde hace años, los servicios secretos israelíes apoyan a los terroristas del Daesh que operan en el Sinaí, los cuales cometen sangrientos atentados anti-egipcios. Ellos atacan al Ejército y la población y sirven de instrumento de presión de Israel sobre Egipto. Ahora, sin embargo, las acciones conjuntas del Ejército egipcio y la Resistencia palestina en el Sinaí pueden dar a esta última acceso a los arsenales de armas enviadas por Israel a los terroristas del Sinaí. Según el sitio Debka, el jefe de los servicios de inteligencia egipcios, general Abbas Kamel, negoció en febrero un acuerdo con Hamas para que este último ayude al Ejército egipcio a combatir al Daesh en el Sinaí. En todo caso, una posible colaboración con Egipto serviría para romper el bloqueo de Gaza y a las organizaciones de resistencia palestinas allí para desarrollar más rápido su capacidad de disuasión frente a Israel. (Source/Photo: Various Media)
Estos han sido desplegados junto a la controvertida Presa del Renacimiento, una fuente de discordia entre Egipto y Etiopía en los últimos ocho años, ya que puede hacer decrecer las aguas del Nilo que llegan a Egipto. El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, y su gobierno han llevado a cabo esfuerzos dirigidos a convencer a Tel Aviv de que renuncie a tal despliegue, lo cual ha sido rechazado categóricamente por “Israel”. Desde hace años, los servicios secretos israelíes apoyan a los terroristas del Daesh que operan en el Sinaí, los cuales cometen sangrientos atentados anti-egipcios. Ellos atacan al Ejército y la población y sirven de instrumento de presión de Israel sobre Egipto. Ahora, sin embargo, las acciones conjuntas del Ejército egipcio y la Resistencia palestina en el Sinaí pueden dar a esta última acceso a los arsenales de armas enviadas por Israel a los terroristas del Sinaí. Según el sitio Debka, el jefe de los servicios de inteligencia egipcios, general Abbas Kamel, negoció en febrero un acuerdo con Hamas para que este último ayude al Ejército egipcio a combatir al Daesh en el Sinaí. En todo caso, una posible colaboración con Egipto serviría para romper el bloqueo de Gaza y a las organizaciones de resistencia palestinas allí para desarrollar más rápido su capacidad de disuasión frente a Israel. (Source/Photo: Various Media)
De ser cierto el apoyo de la inteligencia israelí a grupos terroristas, esto sería demostrativo de la enorme hipocresía de Israel sobre el terrorismo, cosa que no le sería exclusiva, ya que para algunos países hay "terroristas buenos" y "terroristas malos", dependiendo de qué intereses defiendan.
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