Los presidentes de la Argentina y Brasil se reunieron en Brasilia y calificaron de "estratégica" la relación bilateral; también dieron señales para dinamizar el Mercosur y acercarse a México, en un claro mensaje hacia Donald Trump
Por Alberto Armendáriz para La Nación
BRASILIA.- En contraste con el muro fronterizo propuesto por el presidente estadounidense Donald Trump que tanto rechazo genera entre los mexicanos, los mandatarios de la Argentina y Brasil se comprometieron ayer a derribar las remanentes barreras comerciales entre nuestros países para darle dinamismo al Mercosur, y coincidieron en la necesidad de ampliar los vínculos del bloque a otros países, entre ellos México.
"Ante las tendencias de desunión, aislacionismo y proteccionismo, Brasil y la Argentina responden con más acercamiento, diálogo y comercio", subrayó el presidente brasileño, Michel Temer, quien recibió en el Palacio del Planalto a su par argentino, Mauricio Macri, en su primera visita de Estado a Brasilia, acompañado por una nutrida delegación de ministros, gobernadores, secretarios y diplomáticos.
En un ambiente cálido y distendido, Macri y Temer señalaron que no hablaron sobre una posición conjunta hacia las políticas nacionalistas y proteccionistas de Trump, pero apuntaron que la especial coyuntura entre los Estados Unidos y México puede llevar a un mayor acercamiento del Mercosur con la nación azteca.
"Claramente este cambio de escenario hace que México gire a mirar al Sur con mayor decisión", destacó Macri, quien definió la relación Argentina-Brasil como "una alianza estratégica natural" que precisa consolidarse, modernizándose y abriéndose al mundo.
En las próximas dos semanas, enviados mexicanos llegarán a Brasilia y Buenos Aires para analizar la posible compra de alimentos de las dos mayores economías sudamericanas. En tanto, para fines de marzo o principios de abril se planea realizar una reunión con los cancilleres de los cuatro miembros del Mercosur (la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, luego de que Venezuela fue suspendida) y de los cuatro de la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile).
"Levantamos el tema de una integración cada vez mayor de América latina, en particular de América del Sur y México", resaltó Temer tras un encuentro de casi dos horas con Macri y sus respectivas comitivas.
Funcionarios de ambos países indicaron que con el retroceso de la izquierda bolivariana en América del Sur se abre una ventana de oportunidad importante para acercarse a las naciones de la Alianza del Pacífico. No dejaron de indicar que ya está muy avanzado el demorado acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), y que se pretende iniciar conversaciones con el mismo objetivo con Canadá, Japón, Corea del Sur y la Asociación de Libre Comercio Europea (Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein).
Pero antes, el gran desafío es fortalecer el Mercosur, simplificar sus reglas, volverlo más dinámico y atractivo para las inversiones, y generar así nuevos puestos de trabajo.
En este sentido, entre los cinco acuerdos que firmaron los presidentes ayer sobresale el pedido al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para que estudie la viabilidad de una agencia bilateral que unifique las reglas técnicas, sanitarias y fitosanitarias que tanto obstaculizan el intercambio comercial.
"Frente a las dudas que nos plantea el mundo, lo que nos tiene que quedar claro es que tenemos que ser aliados en este siglo XXI", dijo Macri, confiado en que el Mercosur dará un "salto cualitativo".
Para ello, antes será necesario que se resuelvan los temas espinosos que durante años han quedado de lado: desde la importación argentina de azúcar de Brasil (el Centro Azucarero Argentino se opone) hasta el régimen de autopartes de la Argentina (considerado proteccionista por los brasileños).
"No hay tabúes ni cuestiones que no puedan ser tratadas y solucionadas", se mostró esperanzado Temer, y una y otra vez reiteró la "convergencia pragmática" y la "sintonía" entre ambos gobiernos.
Brasil es el principal destino de las exportaciones argentinas, mientras que nuestro país es el tercer socio comercial brasileño, después de China y Estados Unidos. Luego de un intercambio récord de US$ 39.600 millones en 2011, el comercio bilateral entre la Argentina y Brasil se ha reducido constantemente, y el año pasado cayó a US$ 22.500 millones, con un déficit para nuestro país de US$ 4333.
Integrada entre otros por el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la canciller Susana Malcorra; el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne; el titular de Agroindustria, Ricardo Buryaile; el ministro de Producción, Francisco Cabrera; el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, y los gobernadores de Córdoba y Misiones, además del embajador Carlos Magariños, la delegación argentina fue homenajeada con un almuerzo en el Palacio de Itamaraty. Allí, el presidente Temer entregó a Macri la Orden de la Cruz del Sur, máxima distinción brasileña.
Tres realidades
Gestos políticos
Hace mucho tiempo que una reunión entre los presidentes de la Argentina y de Brasil no tenía el simbolismo político de la de ayer. No hubo acuerdos clave, sino gestos que marcaron la necesidad mutua de Macri y de Temer de unirse frente a tres realidades: las dificultades económicas de los dos países; la irrelevancia en la que cayó el Mercosur, y la urgencia de transformar en oportunidades la amenaza que significó la llegada de Trump al poder.
Jorge Liotti
Por Alberto Armendáriz para La Nación
Los presidentes de la Argentina y Brasil, ayer, se saludaron en el hall de entrada del Palacio del Planalto. Foto: Télam
BRASILIA.- En contraste con el muro fronterizo propuesto por el presidente estadounidense Donald Trump que tanto rechazo genera entre los mexicanos, los mandatarios de la Argentina y Brasil se comprometieron ayer a derribar las remanentes barreras comerciales entre nuestros países para darle dinamismo al Mercosur, y coincidieron en la necesidad de ampliar los vínculos del bloque a otros países, entre ellos México.
"Ante las tendencias de desunión, aislacionismo y proteccionismo, Brasil y la Argentina responden con más acercamiento, diálogo y comercio", subrayó el presidente brasileño, Michel Temer, quien recibió en el Palacio del Planalto a su par argentino, Mauricio Macri, en su primera visita de Estado a Brasilia, acompañado por una nutrida delegación de ministros, gobernadores, secretarios y diplomáticos.
En un ambiente cálido y distendido, Macri y Temer señalaron que no hablaron sobre una posición conjunta hacia las políticas nacionalistas y proteccionistas de Trump, pero apuntaron que la especial coyuntura entre los Estados Unidos y México puede llevar a un mayor acercamiento del Mercosur con la nación azteca.
"Claramente este cambio de escenario hace que México gire a mirar al Sur con mayor decisión", destacó Macri, quien definió la relación Argentina-Brasil como "una alianza estratégica natural" que precisa consolidarse, modernizándose y abriéndose al mundo.
En las próximas dos semanas, enviados mexicanos llegarán a Brasilia y Buenos Aires para analizar la posible compra de alimentos de las dos mayores economías sudamericanas. En tanto, para fines de marzo o principios de abril se planea realizar una reunión con los cancilleres de los cuatro miembros del Mercosur (la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, luego de que Venezuela fue suspendida) y de los cuatro de la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile).
"Levantamos el tema de una integración cada vez mayor de América latina, en particular de América del Sur y México", resaltó Temer tras un encuentro de casi dos horas con Macri y sus respectivas comitivas.
Funcionarios de ambos países indicaron que con el retroceso de la izquierda bolivariana en América del Sur se abre una ventana de oportunidad importante para acercarse a las naciones de la Alianza del Pacífico. No dejaron de indicar que ya está muy avanzado el demorado acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), y que se pretende iniciar conversaciones con el mismo objetivo con Canadá, Japón, Corea del Sur y la Asociación de Libre Comercio Europea (Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein).
Pero antes, el gran desafío es fortalecer el Mercosur, simplificar sus reglas, volverlo más dinámico y atractivo para las inversiones, y generar así nuevos puestos de trabajo.
En este sentido, entre los cinco acuerdos que firmaron los presidentes ayer sobresale el pedido al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para que estudie la viabilidad de una agencia bilateral que unifique las reglas técnicas, sanitarias y fitosanitarias que tanto obstaculizan el intercambio comercial.
"Frente a las dudas que nos plantea el mundo, lo que nos tiene que quedar claro es que tenemos que ser aliados en este siglo XXI", dijo Macri, confiado en que el Mercosur dará un "salto cualitativo".
Para ello, antes será necesario que se resuelvan los temas espinosos que durante años han quedado de lado: desde la importación argentina de azúcar de Brasil (el Centro Azucarero Argentino se opone) hasta el régimen de autopartes de la Argentina (considerado proteccionista por los brasileños).
"No hay tabúes ni cuestiones que no puedan ser tratadas y solucionadas", se mostró esperanzado Temer, y una y otra vez reiteró la "convergencia pragmática" y la "sintonía" entre ambos gobiernos.
Brasil es el principal destino de las exportaciones argentinas, mientras que nuestro país es el tercer socio comercial brasileño, después de China y Estados Unidos. Luego de un intercambio récord de US$ 39.600 millones en 2011, el comercio bilateral entre la Argentina y Brasil se ha reducido constantemente, y el año pasado cayó a US$ 22.500 millones, con un déficit para nuestro país de US$ 4333.
Integrada entre otros por el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la canciller Susana Malcorra; el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne; el titular de Agroindustria, Ricardo Buryaile; el ministro de Producción, Francisco Cabrera; el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, y los gobernadores de Córdoba y Misiones, además del embajador Carlos Magariños, la delegación argentina fue homenajeada con un almuerzo en el Palacio de Itamaraty. Allí, el presidente Temer entregó a Macri la Orden de la Cruz del Sur, máxima distinción brasileña.
Tres realidades
Gestos políticos
Hace mucho tiempo que una reunión entre los presidentes de la Argentina y de Brasil no tenía el simbolismo político de la de ayer. No hubo acuerdos clave, sino gestos que marcaron la necesidad mutua de Macri y de Temer de unirse frente a tres realidades: las dificultades económicas de los dos países; la irrelevancia en la que cayó el Mercosur, y la urgencia de transformar en oportunidades la amenaza que significó la llegada de Trump al poder.
Jorge Liotti
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