Giro oficial en la política de asistencia militar
Es por el avance del terrorismo y el extremismo religioso. En el Gobierno temen a posibles represalias.
Por Natasha Niebieskikwiat para Clarín.
La incertidumbre que impera en el ámbito de la política multilateral con el nuevo escenario de creciente ultranacionalismo, resurgimiento de la ultraderecha y focos de terrorismo llevó al Gobierno de Mauricio Macri a tomar la decisión de no enviar más misiones de paz a zonas de conflictos religiosos, guerras irresueltas y violencia como la que plantea el grupo Estado Islámico. Estas iniciativas habían sido inicialmente habladas con las Naciones Unidas, con Estados Unidos y con la Unión Europea. En algunos casos fueron expresos pedidos, pero nunca quedaron por escrito ni avanzaron.
Ahora, más de un año después de la llegada de Macri al poder, el Gobierno ha dado marcha atrás con las simpatías que mostraba inicialmente a la política multilateralista que se pensó para un mundo en el que los demócratas siguieran gobernando de la mano de Hillary Clinton.
Macri y su canciller, Susana Malcorra, imaginaban un escenario en el que Argentina desplegaría por todo el planeta sus cascos azules. Incluso cuando vino al país en el invierno pasado el ex secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki Moon, pidió expresamente a una mayor presencia de los cascos azules argentinos. Lo habló también Macri con el ex presidente Barack Obama y con la Comisaria de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini. Pero la llegada de Donald Trump al poder puso en crisis por completo el esquema del multilateralismo político y económico. Y en Francia, el eventual triunfo de la ultraderechista Marine Le Pen también siembra otra amenaza de "huracán" en Europa.
Según coincidieron ante Clarín las fuentes diplomáticas y militares consultadas al respecto, el Gobierno evitará por todas las vías posibles repetir escenarios como el de los '90 cuando Carlos Menem en su política de las relaciones carnales con los Estados Unidos, aceptó incluso enviar naves a la Guerra del Golfo. “Sufrimos dos atentados terroristas (Embajada de Israel, 1992 y Amia, 1994), aunque los causales directos nunca fueron divulgados, ahora no estamos dispuestos a pagar el precio de guerras que no son nuestras”, afirmó ahora un hombre de larga trayectoria en la cuestión de tropas de paz.
Argentina, de ahora en más, solo planea misiones de observadores de paz en algunos países africanos y de manera selectiva. De hecho está a la firma un acuerdo entre los Casos Blancos -que depende de la Cancillería -con el Ministerio de Defensa, que comanda Julio Martínez- para que el Ejército pueda dar apoyo lógistico a los Cascos Blancos en algunas de sus misiones. “Nos importa trabajar mucho con los desplazados de las guerras, los que no pueden emigrar. A diferencia de lo que se ha dicho por ahí, Argentina nunca pensó en ir a Mali -donde se vive un profundo conflicto en el que intervienen los franceses- Evaluamos ir a la República Centroafricana, pero no iremos. Y estamos ahora evaluando algunos proyectos humanitarios en Mozambique”, le dijo a Clarín el Subsecretario de Asuntos Internacionales, de Defensa, José Luis Vila.
Argentina tiene hoy 71 efectivos en Haití, una tropa que se irá reduciendo junto a los otros países pero de manera gradual y tras los inminentes comicios presidenciales. Argentina tiene allí una presencia muy sensible, porque hay 65 efectivos que forman parte del Hospital Militar Reubicable, de Gonaibe. En Chipre hay 290 efectivos, en el Sahara Occidental 3 observadores militares; en Oriente Medio 3 más. Pero la presencia militar estrella ahora es en Colombia, tras el acuerdo de Paz.
Es por el avance del terrorismo y el extremismo religioso. En el Gobierno temen a posibles represalias.
Macri y Malcorra, impulsan el giro en la asistencia militar.
Por Natasha Niebieskikwiat para Clarín.
La incertidumbre que impera en el ámbito de la política multilateral con el nuevo escenario de creciente ultranacionalismo, resurgimiento de la ultraderecha y focos de terrorismo llevó al Gobierno de Mauricio Macri a tomar la decisión de no enviar más misiones de paz a zonas de conflictos religiosos, guerras irresueltas y violencia como la que plantea el grupo Estado Islámico. Estas iniciativas habían sido inicialmente habladas con las Naciones Unidas, con Estados Unidos y con la Unión Europea. En algunos casos fueron expresos pedidos, pero nunca quedaron por escrito ni avanzaron.
Ahora, más de un año después de la llegada de Macri al poder, el Gobierno ha dado marcha atrás con las simpatías que mostraba inicialmente a la política multilateralista que se pensó para un mundo en el que los demócratas siguieran gobernando de la mano de Hillary Clinton.
Macri y su canciller, Susana Malcorra, imaginaban un escenario en el que Argentina desplegaría por todo el planeta sus cascos azules. Incluso cuando vino al país en el invierno pasado el ex secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki Moon, pidió expresamente a una mayor presencia de los cascos azules argentinos. Lo habló también Macri con el ex presidente Barack Obama y con la Comisaria de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini. Pero la llegada de Donald Trump al poder puso en crisis por completo el esquema del multilateralismo político y económico. Y en Francia, el eventual triunfo de la ultraderechista Marine Le Pen también siembra otra amenaza de "huracán" en Europa.
Según coincidieron ante Clarín las fuentes diplomáticas y militares consultadas al respecto, el Gobierno evitará por todas las vías posibles repetir escenarios como el de los '90 cuando Carlos Menem en su política de las relaciones carnales con los Estados Unidos, aceptó incluso enviar naves a la Guerra del Golfo. “Sufrimos dos atentados terroristas (Embajada de Israel, 1992 y Amia, 1994), aunque los causales directos nunca fueron divulgados, ahora no estamos dispuestos a pagar el precio de guerras que no son nuestras”, afirmó ahora un hombre de larga trayectoria en la cuestión de tropas de paz.
Argentina, de ahora en más, solo planea misiones de observadores de paz en algunos países africanos y de manera selectiva. De hecho está a la firma un acuerdo entre los Casos Blancos -que depende de la Cancillería -con el Ministerio de Defensa, que comanda Julio Martínez- para que el Ejército pueda dar apoyo lógistico a los Cascos Blancos en algunas de sus misiones. “Nos importa trabajar mucho con los desplazados de las guerras, los que no pueden emigrar. A diferencia de lo que se ha dicho por ahí, Argentina nunca pensó en ir a Mali -donde se vive un profundo conflicto en el que intervienen los franceses- Evaluamos ir a la República Centroafricana, pero no iremos. Y estamos ahora evaluando algunos proyectos humanitarios en Mozambique”, le dijo a Clarín el Subsecretario de Asuntos Internacionales, de Defensa, José Luis Vila.
Argentina tiene hoy 71 efectivos en Haití, una tropa que se irá reduciendo junto a los otros países pero de manera gradual y tras los inminentes comicios presidenciales. Argentina tiene allí una presencia muy sensible, porque hay 65 efectivos que forman parte del Hospital Militar Reubicable, de Gonaibe. En Chipre hay 290 efectivos, en el Sahara Occidental 3 observadores militares; en Oriente Medio 3 más. Pero la presencia militar estrella ahora es en Colombia, tras el acuerdo de Paz.
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