Medios aéreos de la IV Brigada Aérea de Mendoza
colaboraron en el rescate de una patrulla del Ejército argentino que se
encontraba en la cordillera de los Andes efectuando entrenamiento en alta
montaña. Las fuertes nevadas dificultaron el regreso de esa dotación a su
unidad de origen y, con un pronóstico de incremento de las tormentas, se
decidió efectuar la extracción del personal de la zona.
Para ello se programó en esta Brigada Aérea, cuna de
los pilotos de combate de la FAA, un plan completo de evacuación. Primero se
envió un avión IA-63 Pampa
del Grupo 4 de Caza para que efectuara información visual del sector de forma
rápida, además de inspeccionar los refugios que la fuerza terrestre tiene en la
región. Luego partieron dos helicópteros SA-315B
Lama, que estaban colaborando en un importante ejercicio de
supervivencia que están llevando a cabo cadetes de la Escuela de Aviación
Militar a cierta distancia de la base de la FAA.
Las aeronaves se unió un Cessna C-182 para hacer de medio
de apoyo radioeléctrico móvil y enlace, ya que al ser un cordón montañoso
inmenso, se dificulta el enlace con el puesto comando. Partiendo
desde las instalaciones del Batallón de Ingenieros de Montaña 8, donde
efectuaron carga de combustible ante las grandes distancias, se realizó la
planificación del operativo para luego volar hasta uno de los refugios de
montaña del Ejército, el refugio Real de la Cruz, que se encuentra a nada
menos que 4.500 metros sobre el nivel del mar, atacado por vientos cruzados de
35 nudos de velocidad constante.
La patrulla fue extraída por los helicópteros de la FAA
hasta el Batallón de Ingenieros, donde fueron asistidos por personal sanitario.
Todo este operativo contó con la colaboración, como marca la doctrina sobre
emergencias y catástrofes, de los bomberos y policías de la región. Por Luis Piñeiro.
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