Periodistas de The JoongAng accedieron a las instalaciones de KAI y pudieron ver de primera mano los progresos que se están realizando en los 6 prototipos del KF-21. Una de las peculiaridades que pudieron apreciar rápidamente fueron los diferentes esquemas de pintura que KAI está probando en sus aviones. En particular las llamativas derivas verticales de los prototipos 4 y 5.
En KAI no pierden el tiempo
Los prototipos 1 y 2 ya están equipados con su grupo propulsor, compuesto por dos General Electric F414. Este año comenzarán las pruebas de los prototipos con los motores en marcha. Si los motores y los varios paneles de instrumentos y sistemas del avión funcionan según lo previsto, se pasará a la fase de pruebas en pista.
Un funcionario de KAI dijo: «Una vez que las pruebas de motor se completen normalmente, planeamos realizar una prueba de manejo de los aviones de combate en la pista a partir de la primavera». La prueba de conducción en pista es una prueba en la que un avión de combate no vuela, sino que corre por la pista a gran velocidad. Un funcionario de KAI dijo: «Este es el momento más tenso».
Si todo funciona bien, se espera que el KF-21 Boramae levante vuelo por primera vez para finales del mes de junio. Inicialmente, el vuelo de prueba inaugural estaba programado para comenzar en julio, pero el proceso de montaje y preparación para el vuelo de prueba transcurrió sin problemas, por lo que se adelantó el cronograma.
Esta fase de pruebas durará aproximadamente 4 años, ya que deben corroborarse las performances y capacidades proyectadas, controlar el correcto desempeño de todos los sistemas de abordo e incluso se debe probar la correcta separación de tanques de combustible externos y los diferentes armamentos con los que irá equipado el caza.
La actividad de pruebas dura las 24 horas. Los vuelos se realizan durante el día, y si surge el más mínimo error o divergencia, el diseño es revisado y corregido durante la noche, para volver a probar el avión al día siguiente.
Diseñado para durar 30 años o más
En el edificio de pruebas estructurales adyacente a la planta de producción, se llevan a cabo las pruebas de durabilidad en dos prototipos estructurales del KF-21. El Boramae, que tiene más de 100.000 orificios para fijar más de 220.000 pernos y tuercas, es sometido a pruebas de presión continuas para simular los rigores del vuelo durante su vida operativa. En este aspecto, la prueba de fatiga de carga alar es extremadamente importante.
La vida útil de un avión de combate KF-21 está diseñada para ser de 30 años (en condiciones de uso “normales”), pero se prueba para ver si puede soportar hasta 2,5 veces más (75 años), a fin de tener un buen margen de seguridad.
El KF-21 podrá transportar hasta 7,6 toneladas de carga de combate, entre misiles, bombas y tanques de combustible, repartidos entre el fuselaje y las alas, y deberá realizar maniobras de alta velocidad con ese peso. Para comprobar que el diseño y construcción del ala resiste semejante exigencia, se prueba la misma aplicando repetidamente una presión equivalente a esa carga 100.000 veces.
En el otro prototipo de prueba estructural, se conectaron 3232 cables para probar el correcto funcionamiento eléctrico de los equipos a instalar. Lee Won-seok, jefe del equipo de pruebas estructurales, dijo: “Analizamos y complementamos una gran cantidad de datos de más de 3000 cables todos los días.
Equipamiento avanzado
El KF-21 Boramae, aunque estructuralmente en sus primeros lotes puede ser considerado como un caza de 4.5 generación, con una sección transversal de radar menor a 1 metro cuadrado (como un Rafale o Super Hornet), su equipamiento y arquitectura de software será equivalente a los aviones de quinta generación, como el F-35 Lightning II.
El elemento de detección principal será un avanzado radar AESA (matriz en fase de escaneo electrónico activo) desarrollado por el Instituto de Investigación de Ciencias de la Defensa (ADD) y producido por Hanwha. Según fuentes coreanas, este radar tendrá características superiores a sus contrapartes rusas y chinas. A partir de febrero, un prototipo del radar se instalará en un B-737 de pruebas y durante el año que viene será testeado en los KF-21.
El apartado de sensores se complementara con sistemas pasivos frontales como el IRST (dispositivo de seguimiento por infrarrojos, como los utilizados por aviones europeos o rusos) y un avanzado equipo de seguimiento y puntería optrónico bajo la cabina del piloto, de características análogas al EOTS del F-35. Desde luego también contará con un avanzado sistema de guerra electrónica y auto-defensa, que aumentará el conocimiento situacional y la capacidad de supervivencia de la aeronave.
El KF-21 será un avión seguro, ya que dispondrá de computadoras de vuelo de redundancia triple y un sistema automático de recuperación y prevención de colisiones, que puede salvar la aeronave ante la eventual pérdida de orientación del piloto.
Pensado para evolucionar
El KF-21 Boramae está diseñado para ir avanzando progresivamente en capacidades de combate y supervivencia, mediante la implementación de mejoras en bloques. Los aviones del bloque 1, se contarán entre los aviones de 4.5 gen, con una observabilidad reducida al radar. El bloque 2, será un avión de construcción más avanzada y llevará su armamento internamente, logrando mayor discreción al radar, similar a la de un F-117. Para el bloque 3, el diseño, la construcción y los materiales del KF-21 habrán evolucionado lo suficiente como para convertirse en un avión de muy baja observabilidad, entrando en la liga del F-35 o F-22.
Pero KAI va más allá, y quiere ir dotando paulatinamente a su KF-21 con características de aviones de sexta generación.
Por ejemplo, se buscará equipar al futuro caza coreano con armas laser, para lo cual se va a trabajar en la miniaturización de este tipo de tecnologías. Asimismo, los pilotos serán apoyados por una inteligencia artificial (IA), que permitirá eventualmente al caza llevar a cabo misiones de ataque cibernético contra las fuerzas enemigas. Para todo ello el hipotético KF-21 “avanzado” deberá incorporar motores más potentes de nueva generación, que produzcan mayor energía y tengan un manejo del calor excedente más eficiente. Incluso se habló de llevar la velocidad de vuelo nivelado del avión a mach 3 o más.
Además, el caza coreano no volará solo, sino que tendrá la capacidad de hacer misiones de combate en equipo con aviones de combate no tripulados, como el furtivo Stingray, revelando al público en un video promocional de KAI en octubre del 2021. Desde el asiento trasero de la versión biplaza del KF-21, un operador de sistemas podrá controlar las acciones de combate de un número aún no determinado de sistemas Stingray, actuando como un potente multiplicador de fuerzas.
Buscando clientes
Pero para que todas estas fabulosas perspectivas se concreten, KAI necesita clientes de exportación que financien el camino al futuro del programa. No es casualidad que, durante su rollout, el KF-21 fuera “pintado” con las banderas de países como Colombia, Qatar, Turquía, Perú o Malasia.
Actualmente el KF-21 Boramae tiene una producción asegurada de 120 unidades para la Fuerza Aérea de la República de Corea (ROKAF), a un costo estimado de USD 60 millones la unidad.
A ese número habría que sumarle las 50 o 60 unidades que Indonesia, socia del programa KF-X, debería construir en su país mediante transferencia de tecnología de Corea. Para ello Yakarta se había comprometido a pagar el 20% del costo del desarrollo, pero según la última información conocida, solo pagó la cuarta parte de sus compromisos. Los dos países han negociado nuevos acuerdos, los cuales permitieron retomar los trabajos conjuntos y decenas de técnicos indonesios volvieron a Corea a seguir participando del programa, pero no se sabe si la diferencia económica fue subsanada. Teniendo en cuenta que Indonesia está negociando la adquisición de 36 Dassault Rafale e incluso ocho Boeing F-15EX, no parece probable que pueda cumplir al mismo tiempo con todas sus obligaciones.
Por lo que Corea del Sur realizará importantes esfuerzos para conseguir nuevos clientes para el KF-21, ya que ello permitiría financiar su desarrollo, a la vez que la evolución del KF-21 es necesaria para conquistar nuevos mercados, en especial de cara a la emergencia de opciones de quinta generación chinas y rusas con buen potencial de exportación.
Además, para KAI el éxito del programa Boramae significa poder mantener su capital humano. En el KF-21 trabajan actualmente 1.600 ingenieros altamente calificados, los cuales representan un cumulo de conocimientos y habilidades que permitirían a la empresa crecer y proyectarse al futuro, sobro todo teniendo en cuenta los planes expuestos por su CEO, de convertir a KAI en la compañía aeroespacial mas grande de Asia para el 2030.(Source/Photo: Aviacionline)
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