Un simulacro de ataque con una bomba nuclear inerte B61-12 en el desierto de Nevada ha completado con éxito la primera de una serie de pruebas de vuelo con el avión de combate más reciente de la Fuerza Aérea, mostrando el primer lanzamiento de la bomba desde el compartimiento interno de la aeronave a una velocidad superior a la del sonido.  

La prueba de vuelo de la B61-12 con el F-35A Lightning II ha sido la primera en el campo de ensayos de Tonopah con el nuevo avión. También ha sido la primera de una serie de pruebas que concluirán con de
mostraciones de los sistemas de armas diseñadas para aumentar la confianza en que la bomba siempre funcionará cuando se la necesite y nunca bajo ninguna otra circunstancia.

“Estamos mostrando la mayor compatibilidad y versatilidad de la B61-12 para la disuasión nuclear del país, y lo estamos haciendo con la pandemia de COVID-19”, ha declarado Steven Samuels, gerente del equipo del Laboratorio Nacional de Sandia en Nevada. “No estamos disminuyendo la velocidad. Seguimos avanzando con las actividades de compatibilidad de la B61-12 en diferentes plataformas aéreas”.

En asociación con la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, el Laboratorio Nacional de Los Álamos y la Fuerza Aérea, Sandia completó una demostración del sistema de armas de la B61-12 con el avión de combate F-15E Strike Eagle en marzo, y otra en julio con el bombardero B-2 Spirit de la Fuerza Aérea.

Sandia es el laboratorio de diseño e ingeniería de los componentes no nucleares del arsenal nuclear de la nación. Además del desarrollo de componentes no nucleares, Sandia sirve como integrador técnico para el arma completa, asegurando que el sistema cumpla con los requisitos como un sistema de arma completa.

Mostrando la capacidad de la bomba en el mundo real

Durante la prueba de vuelo, el F-35A que volaba más rápido que la velocidad del sonido dejó caer una B61-12 – que contenía componentes no nucleares y nucleares de imitación – desde unos 10.500 pies por encima del campo de pruebas de Tonopah. La B61-12 inerte golpeó el suelo del desierto en el área designada como objetivo unos 42 segundos después.

La coordinación entre Sandia, Los Álamos, la NNSA y la Fuerza Aérea ha hecho posible la prueba de vuelo, y los datos iniciales muestran que todos los sistemas e interfaces entre la bomba y el F-35A funcionaron como se esperaba.

A diferencia de los anteriores aviones de combate, el F-35A lleva la bomba internamente. La reciente prueba de vuelo ha sido la primera demostración de un lanzamiento de una B61-12 desde un compartimiento de bombas interno en un caza y el primer lanzamiento de este tipo a velocidades de Mach 1 o superiores.

La prueba también se ha realizado en medio de las restricciones del COVID-19, que pueden hacer más difícil la planificación pero no está frenando el importante trabajo de la misión de Sandia, aclara la gerente del programa, Christine Mitchell.

El F-35A es un caza de quinta generación y es descrito por una hoja de datos en línea de la Fuerza Aérea como un “ágil, versátil, de alto rendimiento, un caza multipolar capaz de 9-G” con tecnología de sigilo y sensores avanzados. Nueve países -los Estados Unidos, el Reino Unido, Italia, los Países Bajos, Canadá, Dinamarca, Noruega, Australia y también Turquía (aunque ya no esté) participaron en el desarrollo del avión de combate.(Source/Photo: Sandia National Laboratories)