José Quevedo - Infodefensa
En breve la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) dará a conocer el resultado de uno de los concursos de adquisiciones que más ha llamado la atención en los últimos años el T-X, del que se obtendrá un nuevo avión entrenador del que inicialmente se requerirán 350 nuevos jets para reemplazar al T-38C Talon en el Entrenamiento Especializado de Piloto de Pregrado (Specialized Undergraduate Pilot Training o SUPT) con un costo estimado de 16.000 millones de dólares una cifra nada despreciable, para la compañía que resulte ganadora.
En breve la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) dará a conocer el resultado de uno de los concursos de adquisiciones que más ha llamado la atención en los últimos años el T-X, del que se obtendrá un nuevo avión entrenador del que inicialmente se requerirán 350 nuevos jets para reemplazar al T-38C Talon en el Entrenamiento Especializado de Piloto de Pregrado (Specialized Undergraduate Pilot Training o SUPT) con un costo estimado de 16.000 millones de dólares una cifra nada despreciable, para la compañía que resulte ganadora.
El programa T-X inició formalmente el 30
de diciembre de 2016, cuando la USAF presentó su solicitud formal de propuestas
(RFP) para un avión entrenador avanzado (Advanced Pilot Training APT) que
entrará en servicio a más tardar el año 2024, con un período de operación del
2026 al 2045 y un desempeño esperado para el desarrollo de sus misiones de al
menos 80 por ciento volando un promedio de 360 horas al año.
Una característica de rendimiento que destaca de
la lista inicial de requisitos es el índice de viraje sostenido de un mínimo de
6,5 g, el requisito mínimo sostenido de G se fijó en 6.5 g, pero con la
finalidad de alcanzar 7.5 g, un desempeño suficiente para garantizar que los
estudiantes puedan operar a 9 g en un interceptor de última generación.
Otras características incluyen agudeza visual, un
sistema de entrenamiento integrado con sensores sintéticos, un enlace de datos
y de prevención de colisiones además de incluir el reabastecimiento en vuelo (o
en su caso adaptar un kit para reabastecimiento aéreo, pero se prefiere la
capacidad incorporada), una reducción del 10% en el uso de combustible con
respecto al T-38, y una potencia de despegue adecuada para emplearse
usando 8,000 pies de pista, más un rendimiento de viento seco de 25kt y
un rendimiento de pista mojada de 20kt.
Las dos cabinas de vuelo deberán contar con
pantallas y controles idénticos para la liberación simulada de armamento
aire-aire y aire-tierra y podrá llevar un pod de soporte de
sistemas de armas. Las cabinas también contarán con pantallas de área amplia,
como las del F-35 y deberán ser compatibles con pantallas de visión nocturna.
La fase inicial de desarrollo de ingeniería y
fabricación incluirá cinco aviones de prueba y lotes de producción opcionales
para la adquisición de 350 entrenadores en 11 lotes anuales. Dos lotes
iníciales de baja producción serán seguidos por nueve lotes completos y la
producción podría llegar a 37 aviones por año.
Este es el primer gran programa de adquisición de
aeronaves que se enmarca en la iniciativa denominada "Control de
costos" de la USAF, que no es más que transparentar el proceso de
costo de desarrollo de la aeronave. Cuando el proceso de adquisición comenzó
parecía que la USAF favorecería un menor precio sobre el rendimiento, sin
embargo al establecerse los requisitos, quedo claro que el avión ganador
tendría que ofrecer ambos.
Varias compañías se mostraron interesadas y
respondieron a la RFP. Posteriormente Raytheon abandonó la competencia en enero
de 2017, y no se sabía si Leonardo continuaría ofreciendo su avión T-100,
basado en el M-346 Master, luego se unió a DRS Technologies y
siguió adelante.
Boeing presento un avión de nuevo diseño,
señalando que sería la única forma de cumplir con los requisitos establecidos
por la Fuerza Aérea. Lockheed Martin participa con su diseño T-50A,
basado en entrenador coreano T-50 Golden Eagle.
La gran apuesta de Northrop Grumman se
vino abajo cuando el CEO de Northrop Grumman, Wes Bush, dijo a
periodistas que la compañía optó por no presentar una oferta por T-X,
a pesar de haber construido y volado un nuevo diseño en Mojave, California. La
noticia fue una gran sorpresa dada la inversión hecha en un nuevo avión
diseñado por Scaled Composites después de abandonar una propuesta sobre
el Hawk de BAE Systems.
La noticia de la salida tanto de Raytheon
como de Northrop Grumman desató una serie de especulaciones sobre si
el abandono de las compañías al programa T-X era por cuestiones de costos ya
que los márgenes de ganancias para las compañías aeroespaciales han estado bajo
un escrutinio creciente bajo la administración Trump y el programa T-X se ha
enfocado tanto en el rendimiento de la aeronave, como en el estricto control de
costos.
Es así que en la recta final se encuentran las
propuestas de Boeing-Saab, Lockheed Martin-KAI
y Leonardo. Tanto Lockheed Martin como Boeing han construido y
probado un par de prototipos T-X financiados por ellos mismos,
contando con aeronaves de prueba que han volado en los Estados Unidos aprobando
las especificaciones solicitadas, por su parte el T-100 ha sido
probado en las instalaciones de Leonardo en Venegono en Italia. Tras demostrar
sus cualidades de vuelo, cumpliendo con la RFP, estas se incluirán en el
elemento de rendimiento como parte del concurso.
Boeing y su socio Saab dicen que su avión
representa una solución de menor riesgo que sus competidores, señalando
que tienen un avión que se ha construido específicamente para satisfacer
exactamente los requisitos del cliente, ademas aprovechando la experiencia de
Saab en técnicas de fabricación ajustada, pueden entregar el nuevo avión a un
precio muy competitivo. Por su parte Lockhed Martin, tiene a su favor todo el
conocimiento sobre el funcionamiento del F-22 y F-35, mismo
que esta aplicado en el T-50. El T-100 por su parte ha
asegurado una cantidad de clientes y ha demostrado excelentes cualidades de
adiestramiento en vivo y virtual.
Sin embargo, la USAF no solo evaluara el costo y
el rendimiento, sino que también ofrecerá créditos monetarios para propuestas
que ofrezcan desempeño por encima de los parámetros básicos. Analistas han
criticado el hecho de que las recompensas por el rendimiento se han desviado a
las cualidades de vuelo en lugar de las soluciones de entrenamiento sintético;
a pesar de eso en los próximos días veremos que avión será elegido si un nuevo
diseño ó un desarrollo adaptado a las nuevas necesidades, convirtiéndose en el
nuevo entrenador jet de la USAF.
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