Está diseñado para proporcionar capacidad de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) en tiempo real desde una plataforma capaz de operar desde las cubiertas de vuelo de los buques. También sus sensores le permiten la adquisición de objetivos mediante designador láser y el empleo de armas de precisión o tareas más habituales entre los UAVs como la valoración de daños de combate (BDA), todo ello sin recurrir a medios ajenos a la U.S. Navy. Además tiene la capacidad para despegar y aterrizar de forma autónoma desde los buques.
El Fire Scout MQ-9C aun está realizando diferentes evaluaciones, una de las últimas es la que tuvo lugar en el campo de pruebas californiano de Point Mugu durante el pasado mes de noviembre cuando realizó once vuelos para validar las capacidades del sistema en términos de autonomía, fiabilidad y prestaciones.
Recordemos por último que el Fire Scout ha sido uno de los vehículos aéreos no tripulados que la Armada española contempló en el pasado para equipar sus unidades navales. El uso de medios aéreos no tripulados desde buques ofrece la ventaja de reducir el uso de los helicópteros embarcados, reduciendo el riesgo para sus tripulaciones, además de ofrecer la posibilidad de mantener los sensores desplegados cerca de la zona de interés durante un elevado período de tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario