La noticia será un impulso para el desmoronado plan de guerra de Putin en Ucrania, particularmente porque persisten las dudas sobre si su misil hipersónico Satan-2 de 15,880 mph, o Sarmat, se desplegará en la escala de tiempo establecida originalmente.
Esta semana, Rusia solo dijo que una segunda prueba del arma horrible “puede” ocurrir antes de fin de año. Pero esto contrasta con lo que esperaba el Kremlin, que tenía la intención de que el misil gigantesco se desplegara por completo con sus fuerzas antes del comienzo de 2023.
El pedido, que al parecer se cumplirá a finales de 2023, se produce después de que el Kremlin encargara un “lote de Tsirkons” durante el verano de 2021.
El informe se produce apenas unos días después de que Teherán, que ha ayudado a Rusia en su guerra en Ucrania, anunciara que había desarrollado su propio misil hipersónico, lo que llevó a algunos a preguntarse si Moscú había ayudado a su aliado de Oriente Medio a desarrollar el sofisticado armamento, aunque los funcionarios de defensa estadounidenses han expresado su escepticismo sobre la autenticidad de las afirmaciones de Teherán.
Los misiles hipersónicos no sólo son capaces de viajar más de cinco veces más rápido que la velocidad del sonido, a una velocidad de 3.800 mph, sino que también pueden viajar en trayectorias complejas, lo que los hace difíciles de defender, informó el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo.
Las fuerzas armadas rusas habrían lanzado “múltiples” misiles hipersónicos en Ucrania desde el comienzo de la guerra, según altos funcionarios de defensa de Estados Unidos, aunque sigue sin estar claro cuántos de esos misiles permanecen en las reservas de Rusia. El Kremlin ha sufrido importantes retrocesos en sus suministros de armas y en su capacidad para mantener sus líneas militares en Ucrania, y Kiev vio uno de sus mayores logros el viernes después de que las fuerzas rusas se retiraran de la ciudad sureña de Kherson.
Mientras que Ucrania y los aliados occidentales han defendido el avance de Ucrania, la ex oficial de inteligencia de la DIA para la Doctrina y Estrategia Rusa, Rebekah Koffler, había advirtido que la retirada podría ser una trampa.
“Las cosas son muy fluidas ahora”, dijo a Fox News Digital. “La inteligencia ucraniana es muy capaz, ya que se ha beneficiado del apoyo de Estados Unidos y la OTAN. Es casi seguro que han planeado varias contingencias”.
“Lo que no se puede descartar es que los rusos hayan tendido una trampa y planeen llevar a cabo una operación de falsa bandera”, añadió.
Un portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, el coronel Yurii Ihnat, emitió un tono igualmente preocupante el sábado y advirtió que Rusia podría utilizar la cumbre del G20 de la semana que viene en Indonesia -en la que los líderes de las 20 naciones más importantes se reunirán para debatir sobre la economía mundial, el cambio climático y el desarrollo futuro- como distracción para golpear a Ucrania.
Ihnat señaló que Rusia tiene un historial de emplear “provocaciones en torno a esos días”, en referencia a anteriores ataques que el Kremlin ha lanzado durante grandes eventos. (Caitlin MacFall/Fox News)
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