Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos |
La embajada de Estados Unidos en Buenos Aires dijo que Richardson “realizará donaciones humanitarias en representación del Departamento de Defensa de los Estados Unidos para apoyar los esfuerzos de los Cascos Blancos de la Argentina”. Richardson tiene bajo su tutela toda la cooperación de seguridad del Pentágono con las naciones y los territorios de América Central y Sur y el Caribe, salvo México, bajo la jurisdicción del Comando Norte.
Es la primera visita de Richardson a la Argentina como jefa militar para la región, y la segunda misión que envía el Pentágono al país. En abril del año anterior, el almirante Craig S. Faller, el antecesor de Richardson, visitó el país con un objetivo similar que incluyó el apoyo “en los esfuerzos conjuntos para combatir la pandemia del Covid-19″.
La agenda de Richardson todavía debe ser confirmada, aunque LA NACION supo a partir de fuentes oficiales que mañana mantendrá un encuentro con el ministro de Defensa, Jorge Taiana, viejo conocedor de la relación bilateral quien fue canciller durante la presidencia de Cristina Kirchner. La reunión será por la tarde, en el edificio Libertador, sede del organismo.
El viaje de Richardson ofrece una nueva señal de buena salud en la relación bilateral luego del cortocircuito que provocaron las declaraciones del Presidente Alberto Fernández durante su última gira internacional, en la que visitó el Kremlin y se reunió con el presidente Vladimir Putin poco antes de la invasión rusa a Ucrania. Fernández dijo durante esa gira que quería reducir la dependencia de la Argentina de Estados Unidos, ofreció al país como “puerta de entrada” para Moscú en la región, y dijo que la Casa Blanca no había ayudado en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El pico de tensión forzó a Fernández a dar marcha atrás con sus dichos en Twitter, y puso al embajador Jorge Argüello en una ofensiva diplomática para limar asperezas.
La llegada de Richardson al país se da luego de que el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, fortaleció los lazos con la Casa Blanca la semana última en Washington, en su segunda visita como funcionarios a la capital norteamericana.
Beliz fue recibido en el Departamento del Tesoro y la Casa Blanca, donde vio a Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Biden. También se reunió con John Kerry, el “zar del clima” de Biden, y con Juan González, el hombre que maneja los hilos con América latina, una agenda de alto nivel que lo ubica como un canciller de facto en el vínculo con Washington, una relación que alienta y cultiva, a diferencia de otros miembros del Frente de Todos.
“Está muy bien la relación bilateral. El vínculo es muy bueno”, definen las altas fuentes oficiales. “Sullivan ha ayudado mucho en todo el proceso de normalización de las relaciones financieras. Tanto con González como con Sullivan hay un vínculo muy positivo y constructivo que fluye normalmente, no hay que forzar nada”, describen.
El viaje de Beliz coincidió con el del ministro de Economía, Martín Guzmán. Mientras Guzmán se concentró en el Fondo y el G-20, Beliz manejó una agenda más política, más amplia y de largo aliento, que incluyó temas como el fortalecimiento de los organismos multilaterales de crédito, el desarrollo de la industria satelital, y el “impulso a la economía 4.0″. Al Gobierno le preocupa mucho consolidar una agenda productiva con Estados Unidos que consolide un desarrollo sostenible e inclusivo. Bajo esa mirada, creen que fue clave haber cerrado el acuerdo con el Fondo.
Para el Gobierno, el vínculo con Estados Unidos y el gobierno de Joe Biden es muy bueno, superó cortocircuitos, y ahora la Casa Rosada busca consolidarlo en cuatro pilares: el cambio climático, los derechos humanos, y dos áreas que cobraron relevancia por la invasión de Rusia a Ucrania, la seguridad energética y alimentaria. (Source/Photo/Author: Rafael Mathus Ruiz/La Nación)
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