«Increíbles beneficios»
El equipo de ingenieros asegura que puede aguantar casi 1.100 grados centígrados y tiene 1.000 veces más durabilidad bajo tensión a altas temperaturas que las aleaciones metálicas más avanzadas. Además, tiene el doble de capacidad para resistir fracturas y 3,5 veces más flexibilidad y capacidad de estiramiento que las mejores aleaciones conocidas.
Según Hopkins, nunca habían visto esta combinación de propiedades: «Antes, un aumento de la resistencia solía reducir la capacidad de un material para estirarse y doblarse antes de romperse, por lo que nuestra nueva aleación es extraordinaria».
El resultado, apuntan los investigadores, es que tendrá un gran impacto en el futuro de la ingeniería aeroespacial: «Ahora los diseñadores podrán utilizar opciones que anteriormente no podían considerar, sin sacrificar el rendimiento». En un motor a reacción, por ejemplo, «la mayor temperatura y la mayor durabilidad de la aleación se traducen en una reducción del consumo de combustible y menor coste de operación y mantenimiento». Obviamente, las aplicaciones de este metal van más allá de la industria aeronáutica y es posible que veamos su aplicación en otras industrias, como la automovilística.
Cómo lo han hecho
Lo que es aún más sorprendente del GRX-810 es su proceso de desarrollo, afirman sus responsables. Esta aleación reforzada con dispersión de óxido fue creada usando a una combinación de nuevos modelos computacionales de simulación de materiales e impresión 3D.
El sistema de modelado termodinámico utilizado es, según la NASA, una nueva herramienta desarrollada dentro de su programa NASA 2040 Vision Study. El sistema —ayudado por la inteligencia artificial— creó la aleación “después de solo 30 simulaciones”. Luego utilizaron impresión 3D para distribuir de manera precisa los óxidos a una escala nanoscópica por toda la aleación, según la especificación creada por el modelado termodinámico.
Este proceso de desarrollo y fabricación es “más eficiente, más económico y más limpio que otros procesos” y además, como apunta el experto de la NASA Steve Arnold “el rendimiento de esta aleación demuestra claramente la madurez y la capacidad de la herramienta de modelado para producir resultados significativos”.
Llave del futuro
Tim Smith —uno de los inventores del GRX-810 que trabaja en el Centro de Investigación Glenn de la NASA en Cleveland— afirma que “la aplicación de estos dos procesos ha acelerado drásticamente el ritmo de desarrollo de nuestros materiales. Ahora podemos producir nuevos materiales más rápido y con mejor rendimiento que antes”.
Algo en lo que coincide Hopkins, que sugiere que el proceso de desarrollo de la aleación es tan revolucionario como el propio material. “[Un descubrimiento así] solía llevar años de ensayo y error, pero ahora tarda meses o semanas”. Lógicamente, el GRX-810 es solo el comienzo de otros descubrimientos similares y seguramente un torrente interminable de ‘materiales maravilla’ (‘wonder materials’, como los llaman en inglés). Esta tecnología, afirma la NASA, está disponible para toda la industria aeroespacial. (Source/Photo: www.madrimasd.org)
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