Añadió: “Responderemos con fuerza y precisión cuando elijamos, donde elijamos y cuando elijamos”, y añadió que había ordenado a los funcionarios del Pentágono que prepararan “planes operativos para atacar objetivos, liderazgos e instalaciones” para golpear las posiciones de la rama afgana-paquistaní del Estado Islámico [EI Jorasán o EI-K].
No estaba claro si la respuesta mencionada por Biden tendría lugar antes de que finalizara la retirada de las últimas fuerzas estadounidenses aún desplegadas en Kabul para garantizar la retirada de los ciudadanos extranjeros y de los civiles afganos que puedan verse amenazados por los talibanes. Más aún cuando siguen existiendo amenazas “específicas y creíbles” de nuevos ataques, como recordó el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Finalmente, la respuesta se dio en la noche del 27 al 28 de agosto. De hecho, el Centcom de Estados Unidos, el mando militar estadounidense para Asia Central y Oriente Medio, emitió un breve comunicado para anunciar que se acababa de llevar a cabo una “operación antiterrorista” contra un “planificador del EI-K” en la provincia de Nangarhar [al este de Afganistán] utilizando un dron.
Según la prensa estadounidense, en la operación participó un MQ-9 Reaper que despegó de una base en Oriente Medio y que llevaba “municiones seleccionadas por su precisión para minimizar las víctimas civiles”. El líder del EI-K, cuya identidad no fue revelada, fue atacado cuando se encontraba en un vehículo con otro yihadista. Ambos hombres fueron eliminados.
No es imposible que el MQ-9 Reaper en cuestión fuera operado por el JSOC [Mando Conjunto de Operaciones Especiales] y que un misil AGW-114R9X [derivado del Hellfire], también conocido como “Flying Ginsu”, fuera disparado contra el vehículo objetivo. Esta munición tiene la particularidad de estrellarse como un “yunque” al desplegar seis largas y afiladas cuchillas plegadas en su capuchón.
Cabe señalar que este ataque estadounidense se llevó a cabo en un momento en que algunas fuentes informaron de que los talibanes estaban llevando a cabo una operación contra el EI-K en el distrito de Dara-i-Nur [o Darai Nur] de la provincia de Nangarhar.
Además, dado que el movimiento Taleb ha contado con el apoyo de Pakistán en el pasado, es poco probable que este país se oponga a futuros sobrevuelos de su territorio por parte de aviones estadounidenses que participen en operaciones contra el EI-K. Por lo tanto, es posible que haya más ataques como el que se acaba de realizar después del 31 de agosto, cuando los últimos soldados estadounidenses hayan abandonado Afganistán. (Source/Photo: Laurent Lagneau/Opex360)
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