No es la primera vez que la escuadrilla pasa por esta situación, ya entre 2013 y 2016 pasó por un escenario similar. Actualmente, según informan medios locales, se prevé que la aeronave Turbotracker matrícula 2-AS-23 sea puesto en servicio para recuperar capacidades mínimas, pero no hay perspectiva de un cambio por otro sistema. La Armada Argentina era la única fuerza naval en el mundo que hasta ahora operaba el Tracker como aeronave militar.
Menor control marítimo
El comandante de la Escuadrilla, capitán de fragata aviador naval Fernando Sebastián Gigena, comentó que además de la tarea principal de la unidad, la misma se encarga de realizar misiones de Búsqueda y Rescate (SAR), y las de control del espacio y tráfico marítimo en la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA).
Para la realización de esta tarea, el Tracker, al ser una plataforma antisubmarina, cuenta con los sensores y controles para hacer comando y control, aunque no cuente con la mayor autonomía como el P3 Orión, agregó el capitán Gigena.
Con su salida, no se contarán con los vuelos, tanto diurnos como nocturnos, que se realizan entre diciembre y junio, trabajando en acción integrada, conjunta y combinada con buques de la Armada y la Prefectura Naval.
Grumman S-2T Turbotracker
El Grumman S-2T Turbotracker es un avión bimotor turbohélice de cuatro plazas con tren de aterrizaje triciclo y .posee fuselaje de alas altas, plegables, para facilitar su maniobra en portaaviones. Tiene una envergadura de 22,13 metros, un largo de 13,13 metros y alcanza una velocidad máxima de 250 nudos.
Fueron adquiridos por la Armada Argentina en 1962. Pertenecen a la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina, creada el 31 de mayo de 1962, con un grupo de oficiales y suboficiales que habían sido entrenados un año antes en Estados Unidos. (Source/Photo: Infodefensa)
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