Según ha informado este miércoles la agencia británica de noticias Reuters, la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, ha decidido terminar el poco fructífero plan de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) para armar y entrenar a los llamados rebeldes sirios para que estos derroquen al Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad.
Una de las fuentes gubernamentales citadas por Reuters, que prefirió el anonimato, asegura que la medida es parte de los esfuerzos de la Administración de Trump para mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, uno de los principales aliados del Gobierno de Damasco.
“Esta medida no es una gran concesión por parte de Estados Unidos, sino que es una señal para Putin de que la Administración quiere mejorar los lazos con Rusia”, ha dicho una de las fuentes.
Además, las fuentes confirman que la decisión para poner fin a este controvertido plan se había tomado antes de la reunión entre Trump y su homólogo ruso, Vladimir Putin, el 7 de julio, y que tanto el director de la CIA, Mike Pompeo, como el consejero presidencial estadounidense de Seguridad Nacional, Herbert Raymond McMaster, dieron luz verde a esta medida.
Ya durante el mes de febrero circulaba información que indicaba que la CIA había paralizado este programa secreto debido a la ineptitud de los grupos armados sirios y, en especial, por el pésimo rendimiento del llamado Ejército Libre de Siria (ELS) —uno de los principales receptores de armas estadounidenses— en el campo de batalla.
En el transcurso de los seis años desde que comenzara la crisis siria, Estados Unidos ha lanzado varios programas para tratar de armar a los ‘rebeldes moderados’, no obstante, estos no han sido fructíferos, ya que las armas, e incluso miembros de estos grupos, han acabado en las filas de bandas terroristas como el EIIL (Daesh, en árabe) o los rebeldes han expresado su deseo de acercarse a grupos como Al-Qaeda.
Fuente: hgn/anz/mkh
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