Estados Unidos ha incrementado sus ataques con drones, helicópteros y aviones de combate en Afganistán.
El número de ataques aéreos realizados por Estados Unidos en Afganistán en 2017, comparado con los últimos 10 años, "no tiene precedentes".
BBC Mundo
Así lo describió el editor del Servicio Afgano de la BBC, Dawood Azami.
Es la única respuesta que han mostrado contra el reciente auge del Talibán, reflejado en los ataques como el de este lunes en Kabul, que cobró decenas de vidas.
Cuando Estados Unidos y las fuerzas internacionales de la OTAN pusieron fin a su participación en combates terrestres en Afganistán, en enero de 2015, esa tarea recayó sobre las tropas del ejército y policía afganas.
A partir de entonces, el papel de Washington sería no combativo y se concentraría en "entrenar, aconsejar y asistir" a las fuerzas locales.
Pero los estadounidenses continuaron sus misiones aéreas, en parte para defender a las fuerzas terrestres de algún inminente o actual ataque.
El incremento este año de ataques con helicópteros, drones y aviones de combate es el mayor de la última década y varias misiones han tenido consecuencias nefastas para civiles y la misma policía afgana, indicó el editor de la BBC.
"Sin estrategia"
Aviones de combate han estado bombardeando Afganistán desde finales de 2001 y los ataques aéreos han continuado hasta entrado el gobierno de Donald Trump en 2017.
"Esto es porque el gobierno de Trump no tiene una estrategia militar en Afganistán", explicó Dawood Azami.
El poderío aéreo está destinado a apoyar el ejército afgano.
El Pentágono anunció que, para junio, estaría enviando entre 3.000 y 4.000 tropas terrestres para reforzar su presencia -en un esfuerzo para resolver el conflicto en el que se han visto tres sucesivos gobiernos estadounidenses- pero no ha sucedido hasta el momento.
Hasta diciembre de 2014, EE.UU. operaba en coordinación con sus aliados de la Fuerza de Asistencia de Seguridad Internacional encabezada por la OTAN.
Ahora sólo son EE.UU. y el gobierno de Afganistán los que conducen las misiones aéreas en el país.
Cuando EE.UU. abandonó su estrategia terrestre, enero de 2015, se suponía que dejaría de bombardear deliberadamente al Talibán, dejando esa tarea a las fuerzas afganas.
Pero en junio de 2016, con el Talibán llevando las fuerzas afganas al punto de quiebre, EE.UU. inició una ofensiva contra el grupo extremista bajo lo que llamó ataques de "efecto estratégico".
El Talibán no tiene respuesta contra el poderío aéreo.
"Es una estrategia busca darle ventaja a las fuerzas afganas en tierra. La única que pueden seguir", señaló el editor del Servicio Afgano de la BBC.
"El Talibán no tiene manera de contrarrestar los ataques aéreos de EE.UU. Sus defensas no pueden alcanzar los helicópteros, drones y cazabombarderos", dijo.
El Buró de Periodismo Investigativo, una organización independiente, reporta que los ataque aéreos de Estados Unidos en Afganistán, hasta junio de 2017, ascienden a 1.643.
Las cifras no están actualizadas porque, dice el Buró, la Fuerza Aérea de EE.UU. publica sus números con varias semanas de atraso.
Ataques de EE.UU. en Afganistán reportados en 2017 (hasta junio)
- Total de ataques 1641-1643
- Total de bajas 454-707
- Civiles muertos 29-30
- Menores muertos 22
- Total de heridos 102-163
La estrategia ha sido efectiva pero también es riesgosa con repetidos objetivos errados que cobran vidas civiles y de personal militar "amigo".
En 2017, se han registrado varios incidentes.
El 21 de julio, 16 policías murieron en la provincia de Helmand tras un ataque equivocado. En junio 10, un error similar cobró la vida de al menos dos policías e hirió otros cuatro.
Un puesto de policía fue atacado por error en junio de 2017, matando a por lo menos dos uniformados
e hiriendo a cuatro.
e hiriendo a cuatro.
En febrero, un ataque aéreo de EE.UU. fue responsabilizado de la muerte de 18 civiles, la mayoría mujeres y niños, según fuentes de la ONU.
"Esas equivocaciones suceden todo el tiempo", afirmó Dawood Azami de la BBC.
Pero el gobierno afgano y sus tropas están dependientes del poder aéreo que les proporciona Washington, frente a la creciente insurgencia del Talibán.
Talibán vs. Estado Islámico
Este resurgimiento se debe en parte al debilitamiento de Estado Islámico (EI) en Afganistán, que se perfilaba como un rival del Talibán.
El Talibán ha tenido un resurgimiento que ha llevado al ejército de Afganistán hasta el punto de quiebre.
Las pretensiones de EI de establecer un califato extremista en el mundo musulmán son contrarias a la ideología del Talibán, que está limitada mantener un régimen islámico conservador local.
El Talibán se había visto forzado a crear una unidad especial para combatir a EI y tenía su atención y recursos divididos en dos frentes: contra el gobierno afgano y sus aliados internacionales, y contra la presencia de Estado Islámico.
Ahora, con la virtual derrota de EI en Siria e Irak, el número de sus militantes ha disminuido en Afganistán.
Cómo se vive en el hermético territorio controlado por El Talibán en Afganistán
Aunque todavía tienen alguna presencia en el país con la capacidad de realizar ataques, no son el principal foco de atención del Talibán.
"Antes EI era un dolor de cabeza innecesario e inesperado para el Talibán", indicó Azami . "Muchos de sus combatientes estaban desplegados para frenar EI".
En consecuencia, el Talibán tiene las manos más libres para concentrarse en su campaña contra el gobierno como en su ataque suicida de este lunes en Kabul.
Y la única estrategia que tiene EE.UU. hasta ahora son más bombardeos aéreos.
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