La Armada Argentina finalmente reactivaría sus cazabombarderos Dassault Súper Etendard. Estas aeronaves, famosas por su desempeño 35 años atrás durante el Conflicto del Atlántico Sur entre la República Argentina y el Reino Unido, se encuentran hace pocos años fuera de servicio. La baja disponibilidad presupuestaria ha impactado las asignaciones de fondos necesarios para mantener estos medios de los cuales, volaban solo un puñado en la Segunda Escuadrilla de Caza y Ataque de la Aviación Naval, de la Base Aeronaval Comandante Espora.
Incorporados a partir de 1981, los Súper Etendard prestaron servicio en Argentina, Francia y brevemente en Irak, entre 1983 y 1985. La República Argentina incorporo 14 de ellos, de los cuales perdió 3 en accidentes operacionales. La Aviación Naval de la Marina Francesa opero 71 de ellos hasta el mes de Julio 2016, dejando a la Armada Argentina como último operador mundial del Super Etendard. Francia utilizaba una versión actualizada denominada Super Etendard Modernise, con importantes mejoras en electrónica, equipos de navegación, ataque y comunicaciones. Conforme comenzaron a ser desprogramadas progresivamente, la Armada Argentina demostró su interés en repuestos e insumos disponibles así como la posible utilización de los equipos modernizados para convertir aeronaves argentinas, con un mucho menor desgaste al francés, a este estándar.
Según palabras del Secretario de Logística y Coordinación de Emergencias del Ministerio de Defensa, Walter Ceballos, estas gestiones comenzaron en el año 2014 hasta ahora. En los últimos días, han trascendido versiones extraoficiales de que un acuerdo se estaría concretando para que la Armada Argentina incorpore en el mes de Agosto, 5 células francesas desprogramadas, más componentes, insumos y repuestos. Esto destacaría un proceso de reactivación que la primera etapa seria de 3 aeronaves, sin embargo, allegados y fuentes militares han sido muy cautelosas en no especular en la concreción del acuerdo y la posible recuperación del personal técnico y aviadores hasta no recibir los aparatos.
Si bien esto representaría una recuperación de capacidad disuasiva para la Aviación Naval argentina, distintas voces se han expresado en contra o con reservas al respecto. Frente a otras inversiones tales como la necesidad urgente de renovación de los helicópteros embarcados o en aviones de patrulla de largo alcance, entendidos ambos casos de mayor polivalencia y vigencia en el contexto y las necesidades navales actuales.
Incorporados a partir de 1981, los Súper Etendard prestaron servicio en Argentina, Francia y brevemente en Irak, entre 1983 y 1985. La República Argentina incorporo 14 de ellos, de los cuales perdió 3 en accidentes operacionales. La Aviación Naval de la Marina Francesa opero 71 de ellos hasta el mes de Julio 2016, dejando a la Armada Argentina como último operador mundial del Super Etendard. Francia utilizaba una versión actualizada denominada Super Etendard Modernise, con importantes mejoras en electrónica, equipos de navegación, ataque y comunicaciones. Conforme comenzaron a ser desprogramadas progresivamente, la Armada Argentina demostró su interés en repuestos e insumos disponibles así como la posible utilización de los equipos modernizados para convertir aeronaves argentinas, con un mucho menor desgaste al francés, a este estándar.
Según palabras del Secretario de Logística y Coordinación de Emergencias del Ministerio de Defensa, Walter Ceballos, estas gestiones comenzaron en el año 2014 hasta ahora. En los últimos días, han trascendido versiones extraoficiales de que un acuerdo se estaría concretando para que la Armada Argentina incorpore en el mes de Agosto, 5 células francesas desprogramadas, más componentes, insumos y repuestos. Esto destacaría un proceso de reactivación que la primera etapa seria de 3 aeronaves, sin embargo, allegados y fuentes militares han sido muy cautelosas en no especular en la concreción del acuerdo y la posible recuperación del personal técnico y aviadores hasta no recibir los aparatos.
Si bien esto representaría una recuperación de capacidad disuasiva para la Aviación Naval argentina, distintas voces se han expresado en contra o con reservas al respecto. Frente a otras inversiones tales como la necesidad urgente de renovación de los helicópteros embarcados o en aviones de patrulla de largo alcance, entendidos ambos casos de mayor polivalencia y vigencia en el contexto y las necesidades navales actuales.
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