EL POLEMICO CONTRATO FIRMADO POR CRISTINA EN 2012
Incluye una antena para conectar con misiones interplanetarias. Afirman que no tiene fines militares.
Por Guido Braslavsky - Clarín
China quiere llegar a la Luna, y después a Marte. Y en el ambicioso proyecto de jugar entre las principales potencias espaciales se involucró la Argentina, con la cesión de 200 hectáreas en la Patagonia, para que los chinos construyeran una base espacial de apoyo a sus misiones interplanetarias.
Allí emplazaron una antena gigante de 500 toneladas de peso, capaz de recibir información y datos y establecer comunicaciones con el espacio lejano.
La obra civil ya está terminada y la estación espacial -ubicada en el desértico paraje de Bajada del Agrio, Neuquén- podría ser inaugurada en abril. Desde que el gobierno de Cristina Kirchner firmó el primer acuerdo con los chinos en 2012, el emplazamiento de la base generó polémicas no sólo por el otorgamiento de las tierras por 50 años, sino por el posible uso militar y la supuesta existencia de anexos secretos al convenio.
"Jamás hubo cláusulas o anexos secretos, el proyecto es para usos pacíficos, nunca vamos a hacer algo que tenga implicancias militares", sostiene el secretario general de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), Félix Menicocci.
Clarín mantuvo una teleconferencia con Menicocci y con el investigador de la CONAE Marcelo Colazo, en la que explicaron los próximos pasos ahora que las obras ya están finalizadas, y buscaron ahuyentar los fantasmas de un proyecto en torno al cual se generaron muchos misterios y suspicacias. También desde quienes eran oposición al kirchnerismo, hoy en el Gobierno. Con el cambio de mando, Mauricio Macri dijo que iba a revisar todos los convenios con China.
De hecho, cuando el Congreso avaló por ley los acuerdos, el bloque macrista los rechazó. A mediados de 2016 la canciller Susana Malcorra y su par chino, Wang Yi, firmaron un compromiso adicional que explicitó que la estación espacial no será usada con fines militares sino civiles y pacíficos.
Y aquella controversia quedó cerrada.
Para levantar la "Estación de Espacio Lejano", como se la denomina, trabajaron 450 personas. Además de la imponente antena de 35 metros de diámetro, el complejo consta de cuatro edificios y una planta de energía eléctrica cuyo tendido se llevó desde la localidad más cercana, Las Lajas, a 58 kilómetros, con una inversión china de 10 millones de dólares. En las instalaciones pueden alojarse unas 50 personas aunque alcanzan unas 10 para operarla cuando no hay misiones concretas.
En la estación se trabaja para poner a punto la antena para las comunicaciones, estrella excluyente de todo el proyecto. "Si se llega a tiempo para inaugurar el mes próximo aspiramos a que lo hagan las más altas autoridades", señaló Menicocci, apuntando a una posible presencia del Presidente. El funcionario desmiente la supuesta "cesión de soberanía" que cuestionaban legisladores antes opositores, hoy en Cambiemos.
"Nosotros debemos coordinar con los chinos, pero tenemos una zona (en la base) dedicada a la CONAE. Vamos a programar un régimen de visitas, con un centro de interpretación para que vayan las escuelas y que la comunidad pueda ver el aporte a esta exploración de la Luna y de Marte", agrega.
En defensa del convenio espacial con los chinos la CONAE lo compara con la antena instalada en Malargüe en 2012 por la Agencia Espacial Europea (ESA). Otro aspecto que fue muy cuestionado es que la estación china fue construida y es operada por el Centro de Lanzamiento, Seguimiento y Control (CLTC), organismo estatal chino que está bajo la órbita del Ejército Popular de Liberación. Menicocci reconoce que "así es. Ciencia y Tecnología es un conglomerado parte del ejército chino, pero eso no implica un uso militar. Las actividades espaciales de España, Perú o Ecuador también dependen de Defensa", ejemplifica.
La Argentina podrá disponer del 10 por ciento del uso de la antena para sus propios proyectos, aún no definidos, con participación de universidades.
Un entusiasmado Colazo explicó que "las capacidades son muchas. La antena permite tener contacto con naves a millones de kilómetros. Va a poder ser usada para la investigación científica en el área de la radioastronomía, como un telescopio pero para las ondas de radio del universo".
Incluye una antena para conectar con misiones interplanetarias. Afirman que no tiene fines militares.
China quiere llegar a la Luna, y después a Marte. Y en el ambicioso proyecto de jugar entre las principales potencias espaciales se involucró la Argentina, con la cesión de 200 hectáreas en la Patagonia, para que los chinos construyeran una base espacial de apoyo a sus misiones interplanetarias.
Allí emplazaron una antena gigante de 500 toneladas de peso, capaz de recibir información y datos y establecer comunicaciones con el espacio lejano.
La obra civil ya está terminada y la estación espacial -ubicada en el desértico paraje de Bajada del Agrio, Neuquén- podría ser inaugurada en abril. Desde que el gobierno de Cristina Kirchner firmó el primer acuerdo con los chinos en 2012, el emplazamiento de la base generó polémicas no sólo por el otorgamiento de las tierras por 50 años, sino por el posible uso militar y la supuesta existencia de anexos secretos al convenio.
"Jamás hubo cláusulas o anexos secretos, el proyecto es para usos pacíficos, nunca vamos a hacer algo que tenga implicancias militares", sostiene el secretario general de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), Félix Menicocci.
Clarín mantuvo una teleconferencia con Menicocci y con el investigador de la CONAE Marcelo Colazo, en la que explicaron los próximos pasos ahora que las obras ya están finalizadas, y buscaron ahuyentar los fantasmas de un proyecto en torno al cual se generaron muchos misterios y suspicacias. También desde quienes eran oposición al kirchnerismo, hoy en el Gobierno. Con el cambio de mando, Mauricio Macri dijo que iba a revisar todos los convenios con China.
De hecho, cuando el Congreso avaló por ley los acuerdos, el bloque macrista los rechazó. A mediados de 2016 la canciller Susana Malcorra y su par chino, Wang Yi, firmaron un compromiso adicional que explicitó que la estación espacial no será usada con fines militares sino civiles y pacíficos.
Y aquella controversia quedó cerrada.
Para levantar la "Estación de Espacio Lejano", como se la denomina, trabajaron 450 personas. Además de la imponente antena de 35 metros de diámetro, el complejo consta de cuatro edificios y una planta de energía eléctrica cuyo tendido se llevó desde la localidad más cercana, Las Lajas, a 58 kilómetros, con una inversión china de 10 millones de dólares. En las instalaciones pueden alojarse unas 50 personas aunque alcanzan unas 10 para operarla cuando no hay misiones concretas.
En la estación se trabaja para poner a punto la antena para las comunicaciones, estrella excluyente de todo el proyecto. "Si se llega a tiempo para inaugurar el mes próximo aspiramos a que lo hagan las más altas autoridades", señaló Menicocci, apuntando a una posible presencia del Presidente. El funcionario desmiente la supuesta "cesión de soberanía" que cuestionaban legisladores antes opositores, hoy en Cambiemos.
"Nosotros debemos coordinar con los chinos, pero tenemos una zona (en la base) dedicada a la CONAE. Vamos a programar un régimen de visitas, con un centro de interpretación para que vayan las escuelas y que la comunidad pueda ver el aporte a esta exploración de la Luna y de Marte", agrega.
En defensa del convenio espacial con los chinos la CONAE lo compara con la antena instalada en Malargüe en 2012 por la Agencia Espacial Europea (ESA). Otro aspecto que fue muy cuestionado es que la estación china fue construida y es operada por el Centro de Lanzamiento, Seguimiento y Control (CLTC), organismo estatal chino que está bajo la órbita del Ejército Popular de Liberación. Menicocci reconoce que "así es. Ciencia y Tecnología es un conglomerado parte del ejército chino, pero eso no implica un uso militar. Las actividades espaciales de España, Perú o Ecuador también dependen de Defensa", ejemplifica.
La Argentina podrá disponer del 10 por ciento del uso de la antena para sus propios proyectos, aún no definidos, con participación de universidades.
Un entusiasmado Colazo explicó que "las capacidades son muchas. La antena permite tener contacto con naves a millones de kilómetros. Va a poder ser usada para la investigación científica en el área de la radioastronomía, como un telescopio pero para las ondas de radio del universo".
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