martes, 21 de abril de 2015

Instalaron en Córdoba el primer radar meteorológico de serie fabricado por INVAP.

Permitirá prevenir contingencias ambientales, crecidas de ríos, caída de granizo o tormentas. Mejorará la seguridad para la aeronavegación.“Pelota”. La torre de 33 metros de altura y el radomo que cobija al RMA-1 ya pueden verse en el extremo sur de la Ciudad Universitaria (Javier Cortéz/LaVoz)
Funciona en Córdoba el Radar Meteorológico Argentino, el primero de una serie de 12 artefactos que el Gobierno nacional comenzó a instalar en diferentes puntos del país –el primero en esta ciudad– para conformar el Sistema Nacional de Radares Meteorológicos (Sinarame).

Consta de una torre de 33 metros sobre la cual ya se ha montado el radomo –una “pelota” gigante de 6 metros de diámetro– que alberga el radar propiamente dicho. El enorme artefacto de casi 40 metros de altura en total ya puede verse desde las calles Maestro López y Filloy, en el extremo sur de la Ciudad Universitaria. En las adyacencias está el edificio de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC y el Laboratorio de Recursos Hídricos, relacionados con el proyecto.
Es un avanzado sistema de alerta meteorológico e hidrológico, cuya información será utilizada por científicos e investigadores, pero también por organismos públicos y privados para prevenir, por ejemplo, efectos perjudiciales de tormentas, crecidas de ríos, de embalses, etcétera. También servirá para la aeronavegación que desde hace años padece la inexistencia de un radar de estas características en Córdoba.

El artefacto fue desarrollado y fabricado por Invap, la empresa Sociedad del Estado nacional dedicada al diseño y construcción de sistemas tecnológicos complejos que también llevó a cabo el satélite Arsat 1. Pero en Córdoba hay dos unidades académicas de la UNC involucradas en distintos roles: las facultades de Matemática, Astronomía y Física (Famaf), y de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Los docentes e investigadores de la Famaf Giorgio Caranti y Raúl Comes supervisan el contrato con Invap y gestionan la instalación del RMA-1.

Raúl Taborda, titular del Laboratorio de Investigaciones Aplicadas y Desarrollo Electrónico de la Facultad de Ciencias Exactas, está a cargo de las mediciones de radiaciones electromagnéticas no ionizantes previas y posteriores a la instalación del radar.

Tecnología doppler

El RMA-1 es el primer radar meteorológico que utiliza tecnología doppler, de doble polarización, fabricado en el país.

Como explicaron allegados al proyecto, esta característica permite que el radar no sólo “ve” o anticipa un fenómeno (que puede ser una tormenta severa, por ejemplo), sino que también puede medir la velocidad de las partículas de precipitación que trae, y la forma o geometría del fenómeno detectado, para diferenciar si se trata de una gota de agua, de un cristal, de mariposas, langostas o simplemente de polvo.

Con esta precisión tendrá un radio de alcance o cobertura de 240 kilómetros, que se extenderá a 480 kilómetros en modo “vigilancia”.

Días atrás, durante una visita a las instalaciones, el rector de la UNC, Francisco Tamarit, destacó el emprendimiento como “un esfuerzo del sistema científico-tecnológico nacional; es un desarrollo genuinamente nacional, con tecnología de punta a nivel mundial”.

Por su parte, el ministro de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de la Provincia, Fabián López, subrayó las prestaciones informativas que brindará el radar “en tiempo real”, para que se puedan tomar medidas preventivas.

Este primer radar de serie forma parte del Sistema Nacional de Radares Meteorológicos (SINARAME), que estará compuesto por una serie de sensores radar conectados de manera centralizada y en tiempo real.

La primera etapa del proyecto incluyó el diseño, desarrollo, fabricación, e instalación de un prototipo (RMA0), que fue instalado en 2013 el aeropuerto de la ciudad de San Carlos de Bariloche, más el primer radar de serie en la ciudad de Córdoba.

De aquí al 2016 el proyecto continuará con la construcción y puesta en funcionamiento de diez nuevos radares, que distribuidos a lo largo del territorio nacional, conformarán la primera etapa del SINARAME.

El RMA utiliza tecnología doppler de doble polarización en la banda C, que le permite conocer con precisión la estructura de la tormenta, estimar su trayectoria y potencial de daños, medir la velocidad de las partículas de la misma, y determinar la geometría del fenómeno. Así, el dispositivo puede diferenciar si se trata de una tormenta de agua, hielo, polvo, o incluso de un enjambre de langostas.

La Voz del Interior

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