La recuperación de YPF dispuesta hace tres años por la presidenta Cristina Fernández de Kircher frenó la política de desinversión que llevaba adelante la multinacional española Repsol, y permitió mejoras de la producción que hoy puede mostrar la petrolera, en su avance hacia un futuro autoabastecimiento energético.
"Esa decisión de la presidenta fue muy positiva, porque rompió la dinámica de vaciamiento que tenía Repsol para la compañía, llevándola a reducir fuertemente los niveles de reservas y la producción de hidrocarburos", aseguró a Télam el economista de la Gran Makro, Agustín D'Atellis.
"Que esto es positivo -remarcó- lo demuestra la recuperación que viene experimentando en estos tres años la producción de YPF y, por otra parte, no hay duda de que un recurso estratégico como ése corresponde que esté en manos del Estado".
Para D'Atellis, "las políticas implementadas por el Gobierno al respecto, van a permitir a la Argentina recuperar su soberanía hidrocarburífera, y terminar con la restricción más importante de divisas que tenemos hoy por la necesidad de importar energía".
El economista precisó "la escasez de dólares tiene que ver con que tenemos que importar combustible, y por eso el aumento progresivo de producción va permitir revertir esa situación, y a eso apunta la política del Gobierno con YPF".
Por su parte, el director de Observatorio de la Energía, la Tecnología y la Infraestructura para el Desarrollo (Oetec), Federico Bernal, opinó que "los tres años transcurridos de gestión pública demuestran lo acertado, necesario y justo de aquella medida presidencial de recuperar YPF".
En ese sentido, indicó que "el año pasado YPF volvió a repetir magnitudes económicas ascendentes en relación con 2013, incluso superándolo. Por ejemplo, los ingresos ordinarios de $ 141.942 millones aumentaron 57,5%, y la utilidad operativa de $19.742 millones se incrementó 64,3%".
En cuanto a los niveles de producción, señaló que "en 2014 contra 2013, la producción de petróleo aumentó 8,9% y la de gas natural 12,5%, mientras que la incorporación de reservas comprobadas de hidrocarburos creció 11,9% en la comparación interanual, y los volúmenes de petróleo procesados en sus refinerías fue 4,3% superior al registrado en 2013".
El 16 de abril de 2012, la Presidenta de la Nación decretó la intervención de YPF y envió al Congreso un proyecto proponiendo la expropiación del 51% de las acciones de la petrolera.
El Congreso nacional convirtió en ley esa expropiación el 3 de mayo de 2012, tras dos jornadas de debate en la Cámara baja, en la que hubo encendidos discursos a favor y en contra de la medida. La votación, que confirmó lo sancionado por el Senado, fue de 207 votos por la afirmativa y 32 en contra.
Así, el Estado argentino recuperó el control de la petrolera 13 años después de que el Gobierno de Carlos Menem la privatizara, para transferirla a la española Repsol.
Con esa expropiación la participación de Repsol quedó reducida a 6%, que después vendió; y del total expropiado, el 51% quedó en manos del Gobierno nacional y el 49% restante pasó a las provincias petroleras. El Grupo Petersen fue desplazado de la gestión, pero conservó sus acciones, al igual que los inversores minoristas.
Para el economista Orlando Ferreres, "la de YPF no es una estatización típica, sólo se tomó el 51% del capital que estaba en manos de Repsol y el resto siguió siendo de inversores particulares, por lo que cada tanto la empresa coloca obligaciones negociables como lo hace una empresa privada".
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